NACIÓN

Álvaro Uribe regaña a Vélez por revelar la estrategia del No

El gerente de la campaña para rechazar el acuerdo cometió la imprudencia de revelar los financiadores y las maniobras que habría utilizado la campaña del No.

6 de octubre de 2016
El exsenador Juan Carlos Vélez fue gerente de la campaña del No. | Foto: Archivo particular

La campaña del No, con una estrategia basada en la indignación, fue la más barata y efectiva en mucho tiempo. Al menos así lo sentenció su gerente, el excandidato a la alcaldía de Medellín Juan Carlos Vélez Uribe, en unas declaraciones al diario La República que no pasaron inadvertidas en el polarizado e incierto ambiente político luego de la derrota en las urnas del plebiscito para refrendar los acuerdos, y que le provocaron un inmediato jalón de orejas de su jefe político, el expresidente Álvaro Uribe Vélez.

El tono molestó, pues muchos simpatizantes del Sí lo consideraron provocador y triunfalista, además que valorar que Vélez confesaba que habían manipulado a los electores. Pero además, en la entrevista cometió la imprudencia de revelar detalles sobre los financiadores de la campaña y la discutida presencia de estrategas extranjeros, una afirmación que los asesores del senador Uribe muy pronto salieron a desmentir.

“Hacen daño los compañeros que no cuidan las comunicaciones”, trinó el propio Álvaro Uribe en un evidente regaño al gerente de su campaña.

La campaña del No logró recaudar $1.300 millones de 30 personas naturales y 30 empresas, de acuerdo con las declaraciones de Vélez a La República, en la que ‘echó al agua’ al ‘top5’ de sus financiadores: la Organización Ardila Lülle, el Grupo Bolívar, el Grupo Uribe, Codiscos y Corbeta. “Los miembros de la junta de la ANDI decían que iban a votar por el Sí, pero realmente muchos iban por el No”, afirma Vélez. Muy pronto, en las redes sociales incluso se comenzaron a organizar campañas para boicotear a los financiadores del No, muchos de los cuales han salido a explicar que aportaron a ambas campañas en la refrendación.

De entrada, Vélez admitió que “estábamos buscando que la gente saliera a votar berraca”, y esa idea rindió frutos. Y cuando le preguntaron por qué tergiversaron mensajes en la campaña, contestó que “fue lo mismo que hicieron los del Sí”.

“Descubrimos el poder viral de las redes sociales. Por ejemplo, en una visita a Apartadó, Antioquia, un concejal me pasó una imagen de Santos y ‘Timochenko’ con un mensaje de por qué se les iba a dar dinero a los guerrilleros si el país estaba en la olla. Yo la publiqué en mi Facebook y al sábado pasado tenía 130.000 compartidos con un alcance de seis millones de personas”, le contó el gerente del No al diario económico.

“Unos estrategas de Panamá y Brasil nos dijeron que la estrategia era dejar de explicar los acuerdos para centrar el mensaje en la indignación”, dice Vélez en uno de los pasajes más polémicos. “En emisoras de estratos medios y altos nos basamos en la no impunidad, la elegibilidad y la reforma tributaria, mientras en las emisoras de estratos bajos nos enfocamos en subsidios. En cuanto al segmento en cada región utilizamos sus respectivos acentos. En la costa individualizamos el mensaje de que nos íbamos a convertir en Venezuela”, añadió.

Al regaño en redes del expresidente Álvaro Uribe se sumaron sus asesores, que negaron la presencia de cualquier asesor extranjero en la campaña del No. Lejos de zanjar la discusión, la controversia se avivó y Vélez habló con Blu Radio para explicar que lo sacaron de contexto y la supuesta ‘asesoría’ se había limitado a un cruce de mensajes por Whatsapp, pues había sido una campaña austera y ellos no tenían dinero para contratar nada.

Fernando Quijano, director de La República, acudió a la misma emisora para dejar claro que la larga conversación que sostuvieron con Vélez, de una hora y media, está grabada y que sopesaban publicarla para que la gente sacara sus propias conclusiones. A juzgar por las reacciones, al menos los simpatizantes del Sí ya lo hicieron. El gerente del No se las arregló para atizar la indignación, tanto antes como después del plebiscito.

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