CORTES
Por ahora se queda el procurador Ordóñez
El Procurador logró ganar tiempo y lo que iba a ser su inminente caída ahora parece ser todo lo contrario. ¿Por qué?
Hace ochos días, el procurador Alejandro Ordóñez estaba prácticamente afuera del cargo. Era casi un hecho que se daría una votación de 4-1 o 3-2 en favor de un fallo del Consejo de Estado que anulaba su elección con el argumento de que no podía ser reelegido.
Sin embargo, hoy la situación es distinta. Si bien en el propio Consejo de Estado algunos consideran que aún no está a salvo, por lo menos Ordóñez ha logrado que su caso se enrede de tal manera que tiene chance de terminar su segundo periodo en diciembre de 2016.
¿Cómo lo logró? La defensa del procurador recusó a los magistrados Alberto Yepes y Lucy Jeannette Bermúdez y ganó el tiempo necesario para voltear la situación. Ellos tenían previsto votar este caso el lunes de la semana pasada en la Sección Quinta. Donde ya parecía estar todo consumado para la caída del procurador. Pero ante la recusación, y frente a la solicitud de otros consejeros de que el caso lo estudiara el Consejo de Estado en pleno, tuvieron que esperar al día siguiente, martes, a la reunión de Sala Plena.
Tras un debate de más de cinco horas, entonces, llegaron a la conclusión de que todos los 24 magistrados que hoy integran el alto tribunal definirán si Ordóñez se queda o se va.
La votación quedó 16 a favor de que el caso se elevara a Sala Plena y tres para que se mantuviera en la Sección Quinta. Los magistrados Yepes y Bermúdez decidieron apartarse por la recusación que cursa contra ellos. Hay quienes piensan que esa votación es un anticipo de que el fallo final será a favor de Ordóñez, pero en realidad no es así. Todos estuvieron de acuerdo que por la trascendencia del caso, y por la polémica que ha despertado, debían darle toda la legitimidad posible al proceso.
¿Qué va a pasar en la Sala Plena? Este martes se medirá un primer pulso de cómo pueden estar las fuerzas a favor y en contra de tumbar al procurador. La Sala Plena debe decidir si acepta o no la recusación contra Yepes y Bermúdez. Si la acepta, serían dos bajas sensibles de quienes estarían a favor de anular su elección pues son ellos quienes están más convencidos de los argumentos jurídicos para tal fin. Si por el contrario, la sala en pleno decide que Yepes y Bermúdez pueden seguir en el debate del caso, sería una señal de que Ordóñez la puede tener difícil.
Pero ese no es el punto más crucial. Luego vendrá la etapa de los impedimentos. Hasta el viernes, al menos ocho magistrados se habían declarado inhabilitados para participar en la discusión del caso Ordóñez. La mayoría de ellos por tener familiares en la Procuraduría. Incluyendo a la presidenta del Consejo de Estado, María Claudia Rojas, porque su hijo trabaja en la Procuraduría Delegada para los Derechos Humanos. Y así como ella se han declarado impedidos Gustavo Gómez Aranguren, Bertha Lucía Ramírez, Hernán Andrade y María Elizabeth García.
A estos, habría que sumarles también los que se tendrían que declarar impedidos por haber sido elegidos como consejeros de Estado en su momento por el procurador. Como se recordará, antes de llegar a la Procuraduría, Ordóñez hacía parte de este tribunal y en condición de tal participó en la elección de los magistrados que hoy están a punto de terminar su periodo. Es decir, por el llamado ‘yo te elijo, tú me elijes’ tendrían que ponerse al margen, pues ellos fueron elegidos por Ordóñez y hoy están debatiendo la permanencia o no de él en su cargo como procurador.
Por esa razón, el Consejo de Estado hace menos de un mes anuló la elección del magistrado del Consejo de la Judicatura Francisco Ricaurte. En esta condición, de inhabilitados por el ‘yo te elijo, tú me eliges’ (en su versión de ‘yo te elijo, tú no me tumbas’), estarían al menos cinco magistrados: Susana Buitrago, Marco Velilla, Enrique Gil, Alfonso Vargas y Bertha Lucía Ramírez.
En total son hoy 24 magistrados en el Consejo de Estado, si llega a aprobarse el impedimento de ocho o diez, por ejemplo, quedarían solo 16 o 14. Y teniendo en cuenta que el fallo debe aprobarse o rechazarse por un número mínimo de 14 votos, no habría materia en el Consejo de Estado para llegar a una decisión. Sin contar que también quedarían por fuera Yepes y Bermúdez en caso de prosperar la recusación. E incluso, Danilo Rojas, quien antes de convertirse en magistrado era parte de Dejusticia, uno de los demandantes contra Ordóñez.
Si bien en el Consejo de Estado en pleno parecía haber ambiente, y suficientes votos para tumbar al procurador, como ya ocurrió antes con el magistrado Ricaurte, el alargue del proceso puede llevar a un fallo que lo deje, atornillado, en su cargo.
El caso, tal y como van las cosas, puede quedar en manos de una combinación de magistrados y conjueces. Y en ese escenario cualquier cosa puede pasar.
Lo cierto es que, en lo que a tiempos se refiere, el procurador ya se ganó por lo menos dos meses más en la Procuraduría. Tiempo sin duda suficiente para que logre que no lo tumben.