CRISIS

El pueblo rico que muere de sed

Aunque Casanare es el segundo departamento con más regalías, su capital lleva sin agua ya tres años.

18 de julio de 2014
La planta de agua principal de Yopal se destruyó en mayo de 2011 y, desde entonces, ha sido complicado conseguir el líquido. Foto: archivo Semana.

Pueden pasar horas o incluso días sin que salga una sola gota de agua por los grifos de sus casas y la única solución para muchos de ellos son los carros abastecedores. Ante la escasez, en ocasiones los yopaleños han tenido que lavar su ropa en los ríos como si vivieran en una sociedad de hace décadas.

Lo curioso es que viven en uno de los departamentos más ricos de Colombia por su producción petrolera y agraria. Lo crítico es que la falta de agua es un problema que ya cumple tres años.

Cansados de la situación, los habitantes de la capital de Casanare convocaron a un paro cívico este viernes para alzar su voz de protesta. Es inimaginable que no haya agua en el departamento que más dinero tiene para su plan acuífero.

El dato lo dio el entonces ministro de Vivienda, Germán Vargas Lleras, quien afirmó que para el 2013, Casanare tenía un presupuesto de 170.000 millones de pesos destinados a todo lo relacionado con el agua, pero que el dinero estaba inutilizado.

Sin contar que es el segundo departamento que más regalías recibe en todo el país, después de Meta (vea todas las regalías de Colombia).

Cifras del Sistema General de Regalías.

Además, en El Yopal existen buenas fuentes acuíferas que son suficientes para abastecer a toda la ciudad, según la Sociedad de Ingenieros de Casanare. Entonces, ¿por qué no hay agua?

El primero de los desastres

Uno de los inviernos más fuertes en la historia reciente de Colombia fue entre octubre del 2010 y mayo del 2011, con daños que ascendieron a 11,2 billones de pesos según el balance de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Todos los lugares del país se resintieron por la cantidad de lluvia, pero quizás el problema más duradero fue en Yopal. 

La planta de tratamiento y los tanques de aguas de la ciudad estaban ubicados en un terreno completamente estable y llano. Más arriba, había una cordillera. El 29 de mayo del 2011, esta se deslizó por la cantidad de humedad y las estructuras de la planta recibieron el lodazal. La planta se rompió con pérdidas irrecuperables.

Desde entonces, además de la falta de agua, El Yopal ha estado sometida a una puja de poderes entre la Alcaldía, la Gobernación de Casanare, el Ministerio de Vivienda y el Ministerio de Hacienda, especialmente en los gobiernos locales.

Según los estudios de la Alcaldía de ese momento, la factibilidad, los diseños y la construcción del nuevo sistema de acueducto para El Yopal costarían aproximadamente 53.500 millones de pesos. 

La Gobernación se comprometió con $ 40.000 millones, el Fondo de Adaptación del Ministerio de Hacienda con $ 5.000 millones y el municipio con $ 8.500 millones. Todo para realizar cuatro pozos y una planta de tratamiento.

Tres años después, los dineros no están completos y no todas las instituciones han dado el monto que les correspondía. El único pozo construido hasta ahora no funciona tan bien como se planeaba, el segundo podría estar listo para septiembre del presente año y la planta de tratamiento sí se hizo pero falló. 

La ‘ñapa’ del acueducto

Así protestaron los yopaleños el viernes 18 de julio. Foto: Cortesía de LasChivasDelLlano.com.co

Como si fueran poco la pérdida de la planta de tratamiento y los líos económicos y políticos para hacerle frente a la crisis, El Yopal tuvo más inconvenientes para solucionar la falta de agua. 

La ciudad consume aproximadamente 420 litros de agua por segundo y el único pozo construido hasta ahora está dando 32 litros por segundo, aunque no es el único acuífero.

Se esperaba que diera entre 50 y 60 litros, pero “tuvo inconvenientes de construcción. La tubería quedó atrapada y los filtros se corrieron tras un derrumbe”, explicó Hernando Pérez, presidente de la Sociedad de Ingenieros de Casanare.

Pérez cree que lo de los pozos “será un tema superado” pues el agua que falte se sacará de otros lugares y habría 12 horas permanentes de agua, suficientes para almacenar para tiempos en los que no haya.

“El acuífero que tiene El Yopal es muy bueno. Nos garantiza que donde hagamos pozo tendremos muy buen caudal de agua, siempre y cuando haya una interventoría más eficiente”, aseguró. 

El problema más grave, según el ingeniero, es que no existen tanques de almacenamiento, no hay regulador para almacenar agua cuando el consumo sea bajo y abastecer cuando el consumo se maximice. 

Una de las soluciones iba a ser la planta de tratamiento, construida después del desastre del 2011. Pero la mayor esperanza fracasó. 

Aunque los tanques de la planta habían pasado las pruebas, no soportaron el caudal de agua cuando comenzó a funcionar. El resultado fue que algunas partes de los tanques se torcieron y se inhabilitó la estructura. “La planta de tratamiento la contrataron porque lo que ofrecían era una construcción rápida y económica. Se convirtió en un problema”, dijo el ingeniero.

Los 170.000 habitantes de El Yopal hacen lo que pueden para sobrevivir con la poca agua que tienen disponible. Muchos de ellos se han enfermado de hepatitis A, enterovirus y adenovirus por la contaminación en el líquido, según datos del Instituto Nacional de Salud. 

La solución más inmediata siguen siendo los carros abastecedores, pues las otras posibilidades tardarán como mínimo meses para restablecer el servicio del agua. Mientras los gobiernos locales y nacional siguen disputándose quién debe dar qué, los yopaleños se están enfermando por la baja calidad y por la casi inexistente cantidad de agua.