MUNDO
Primera boda gay en Uruguay fue ‘in extremis’
La pareja aprovechó la nueva normatividad que permite que personas del mismo sexo se casen. Uno de ellos tiene cáncer.
En el primer día de vigencia de la ley de matrimonio igualitario, dos hombres se casaron el lunes en un trámite de emergencia conocido como in extremis, ante la enfermedad terminal de uno de ellos, poco después de que otra pareja homosexual se anotó para casarse en el Registro Civil.
Dos hombres que conviven como pareja desde hace décadas se casaron la mañana de este lunes en una ceremonia íntima en el hospital donde uno de ellos está internado por padecer un cáncer muy avanzado. "Fue muy emotivo" y "especial", dijo a la prensa Luisa Salaberry, la funcionaria del registro civil que los casó.
Uno de los contrayentes "estaba muy enfermo", por lo que la pareja estaba "esperando que la ley tuviera vigencia para casarse", añadió.
El matrimonio in extremis se realiza cuando las condiciones de salud no permiten esperar a realizar el trámite normal, que implica unos 10 días de papeleos entre la inscripción al registro civil y el matrimonio, explicó la funcionaria.
El director del Registro Civil, Adolfo Orellano, confirmó que se trata del "primer matrimonio" entre dos personas del mismo sexo en Uruguay.
El hecho ocurrió en el primer día de vigencia de la ley aprobada en abril pasado que permite el matrimonio homosexual, y poco después de que otra pareja de hombres que se presentó al amanecer ante el Registro Civil fuera la primera en anotarse por el trámite correspondiente.
Sergio Miranda y Rodrigo Borda, que conviven como pareja desde hace 14 años, se presentaron en el Registro Civil de Montevideo poco antes del amanecer y esperaron unos minutos hasta que los funcionarios abrieran las puertas.
"Podríamos haber hecho este trámite anónimamente, pero tomamos la decisión de hacerlo público para ayudar a naturalizarlo, para que la gente empiece a verlo con naturalidad", dijo Miranda, un productor audiovisual de 45 años, a The Associated Press.
"Este es un día histórico para nosotros y para el país. Ya no va a haber ciudadanos de primera y de segunda. Esto va a ser visto en muchos países donde esta opción aún no es posible y ojalá ayude a que en otras partes se pueda vivir más libremente", añadió por su parte Borda, de 39 años, licenciado en Artes Plásticas.
Uruguay es el tercer país de toda América -luego de Canadá y Argentina- en permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo.
"Esto va a servir para que muchas personas puedan decir 'fuimos con mi novio a caminar por el parque' y no tener que inventar que tienen una amiga o algo por el estilo", dijo Miranda.
"Existen personas que viven una doble vida constante. Por eso hacemos todo esto visible, para mostrar que se puede. Estamos en un país que ahora está con la cabeza muy abierta, se ve en la gente y en la calle", acotó Borda.
El gobierno de José Mujica, un ex guerrillero izquierdista, ha impulsado en los últimos meses varias leyes liberales en Uruguay, incluida la despenalización del aborto y un proyecto para legalizar la marihuana que pasará próximamente a la Cámara de Senadores, donde tiene votos para ser aprobado.
Minutos después de llegar al Registro Civil la pareja ingresó e hizo el trámite de inscripción para casarse a partir del cual corren 10 días de trámites burocráticos. "El 16 de agosto podrán elegir fecha, cualquier fecha que ustedes quieran a partir del 16 y con un máximo de tres meses en adelante", les explicó la funcionaria que los inscribió, Silvia Cabrera.
La fecha exacta aún no está decidida, "pero vamos a casarnos muy pronto", dijo Borda, que afirmó que una de las invitadas a la boda es la embajadora de Estados Unidos en Uruguay, Julissa Reynoso. "Tenemos un amigo en común que nos presentó a Julissa cuando llegó y somos amigos desde entonces", contó.
La inscripción fue "absolutamente idéntica a la de toda la vida, el mismo expediente, los mismos trámites. Lo único que cambió fue la redacción, cambiaron los términos que antes se usaban: en vez de marido o mujer ahora se dice los contrayentes", explicó Adolfo Orellano a la AP.
"Es todo un poco raro, pero para mí es una alegría, siento a mi hijo feliz, realizado, es la opción de su vida. Esto era impensable, hubiera parecido descabellado unos años atrás. Pero todo se construye, la gente debe ser feliz", contó Susana Charrié, madre de Borda, en las puertas del Registro Civil.