PROCESO DE PAZ
“No hay un proceso formal de acercamiento con la Mesa de La Habana”
El uribista Carlos Holmes Trujillo plantea un gran pacto nacional para que los acuerdos no se refrenden con un plebiscito. Aquí explica su propuesta.
El pasado viernes, en Mompox, el presidente Juan Manuel Santos pareció iniciar la campaña por el plebiscito por la paz. El Gobierno ya se la jugó por este mecanismo para refrendar los acuerdos con las FARC, pero la propia guerrilla y el partido más crítico al proceso de paz, el Centro Democrático, insisten en rechazar este escenario.
Carlos Holmes Trujillo, director de asuntos internacionales del Centro Democrático y excandidato a la Vicepresidencia por el uribismo, descartó que su partido se sume al tren de la paz si los acuerdos se refrendan por vía de plebiscito. Por eso propone un gran pacto nacional para buscar otros mecanismos, e incluso, consultar al pueblo colombiano si quiere que la implementación de los acuerdos la haga un Congreso para la paz o una Asamblea Nacional Constituyente.
Semana.com: La semana pasada el presidente Santos ambientó la idea de transformar la coalición de la Unidad Nacional por la Unidad para la Paz, al incluir otros sectores políticos y sociales. ¿Qué tan cerca o que tan lejos está el uribismo de sumarse a la paz?
Carlos Holmes Trujillo: El Centro Democrático ha venido planteando posibilidades de consenso en distintas materias. Se planteó la posibilidad de un acuerdo nacional en materia de justicia y están las puertas abiertas para buscar un acuerdo político nacional, de Estado, en materia de refrendación que les permita a los colombianos expresarse de manera auténtica y no a través de un plebiscito, que no es un procedimiento idóneo.
Semana.com: ¿Ese gran acuerdo es una Constituyente?
H. T.: No. Si hay voluntad, se avanzaría en un acuerdo sobre un mecanismo de refrendación que permita a los colombianos expresarse al detalle sobre el contenido de los acuerdos y señalar si los aprueban o los rechazan en su conjunto. La Constituyente es una de ellas, pero no la única. Evidentemente habría otras opciones.
Semana.com: ¿No le parece curioso que los que se mantienen cerrados a la banda en materia de Constituyente sean el uribismo y las FARC?
La constituyente que hablan las FARC es totalmente distinta a la que plantea el Centro Democrático. La que platean las FARC sería una Constituyente tripartita, integrada con constituyentes de elección popular, otros con curules asignada directamente a las FARC, y otra parte integrada por una especie de composición corporativa, y no se podría tocar el núcleo duro de los acuerdos. Es decir, las FARC están planteando una especie de despacho notarial para efecto de ponerle a lo acordado un sello que resultaría inmodificable. El Centro Democrático está pensando en una Constituyente de elección popular en la cual hubiera una amplia deliberación sobre los distintos temas.
Semana.com: Entonces, ¿qué otros mecanismos podrían ser alternativa al plebiscito?
H. T.: Lo que propongo es un acuerdo político de Estado para definir un mecanismo nuevo que supere las dificultades que hoy tienen los existentes. He venido hablando de la posibilidad de una consulta refrendataria, mediante la cual se le preguntaría a los colombianos sobre el contenido detallado de los acuerdos y simultáneamente se preguntaría si los ciudadanos desean o no que estos acuerdos se desarrollen mediante un Congreso transitorio para la paz, o una asamblea constituyente perfectamente definida en cuanto a su competencia, su integración y el período de sesiones.
Semana.com: Pero la consulta refrendataria no está contemplada por la Constitución…
H. T.: Habría que crearla, pero sobre la base de los mecanismos existentes. Eso es perfectamente viable en momentos de gran importancia nacional como se ha hecho antes. Así se hizo en 1957 cuando se convocó un plebiscito dentro de un contexto de búsqueda de la paz cuando el plebiscito no existía constitucionalmente. En 1991 se hizo algo similar, en un contexto de búsqueda de la paz. Se convocó una Asamblea Nacional Constituyente que no existía en ese momento como mecanismo de reforma de la Carta Política en la Constitución entonces vigente. Todo tiene que ver con la voluntad política de acordar un mecanismo que dé legitimidad a los acuerdos, si es que estos son aprobados, que les garanticen sostenibilidad.
Semana.com: La semana pasada el presidente Santos dijo que habrá referendo “gústeles o no a las FARC”. ¿Cree que no hay voluntad política en el presidente para llegar a ese acuerdo nacional?
H. T.: Sinceramente creo que es una posición equivocada. El plebiscito no es un mecanismo idóneo ni por su definición, ni por el valor que tiene, ni por su capacidad, pues carece de competencia para reformar la Constitución. Entonces no es idóneo ni jurídicamente, ni políticamente, ni socialmente. Por eso la idea de un gran acuerdo para pensar en un mecanismo nuevo, porque aquí no está en juego el resultado de unas elecciones. Lo que está en juego es la legitimidad de los acuerdos, la sostenibilidad de lo que se acuerde, y la estabilidad institucional que se derive del desarrollo de esos acuerdos.
Semana.com: Desde cuando se inició el proceso de paz el uribismo ha sido su principal crítico, pero ¿qué posiciones han cambiado en el partido en los tres años que llevan las conversaciones?
H. T.: El Centro Democrático siempre ha buscado la paz, ha hecho una serie de propuestas para que el resultado de las conversaciones sea el mejor para el país. Y los hechos nos están dando la razón. Dijimos, en principio, que era más importante conversar previo cese de la violencia por parte de las FARC y es evidente que la disminución de la violencia ayudó a que haya un mejor clima. Señalamos que era absolutamente necesaria la verificación y se ha acordado. Señalamos que es importante la concentración para efecto de que la verificación sea eficaz y eso es lo que se está discutiendo. De manera que todas las propuestas que ha hecho el Centro Democrático demuestran, a través de los hechos, que teníamos razón de plantearlas.
Semana.com: En las últimas semanas se ha hablado de supuestos acercamientos del uribismo con la Mesa de La Habana. ¿En ese contexto se puede entender la reunión que sostuvieron con el abogado de las FARC, Enrique Santiago?
H. T.: Son reuniones con el propósito de tener información recíproca, pero no hay un proceso formal de acercamiento ni nada que se parezca. Es bueno recordar que el CD ha expresado su disposición, en boca del expresidente Álvaro Uribe, de llegar a consensos nacionales en temas centrales.
Semana.com: Parece más difícil un consenso entre el Gobierno y el uribismo que la firma de un acuerdo con las FARC. ¿Hay inamovibles para que el Centro Democrático se sume a la paz?
H. T.: El Centro Democrático ha sido y es propositivo. Lo único que no se puede esperar del partido es que firme un contrato de adhesión.