NACIÓN
Proceso de paz: ¿dónde están las mujeres?
A pesar de que el enfoque de género es un tema prioritario, ellas no están en la foto. Marta Lucía Ramírez, Piedad Córdoba y Florence Thomas hablan de lo que esto significa en esta nueva etapa de los diálogos.
En medio de la derrota del plebiscito, en gran parte por la polémica desatada por el contenido de género en los acuerdos, se conformó un equipo de negociadores en el que brillan por su ausencia las mujeres. Para analistas, feministas, e incluso para las dos mujeres que participan en este grupo, la foto es preocupante.
El aparte de género de los acuerdos de La Habana se convirtió en una sombra en las urnas, al punto de que partidarios del No, como el ex procurador Alejandro Ordóñez y el ex presidente Álvaro Uribe, mencionaron en sus discursos que los acuerdos afectaban los valores de la familia tradicional.
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El presidente Santos en una alocución el pasado jueves aseguró que “El acuerdo no promueve la ideología de género”. Sin embargo, el tema es una de las principales peticiones tanto de los líderes políticos del No como de los pastores cristianos que también rechazan los acuerdos.
Sin embargo, la foto que publicó el Gobierno esta semana en la que se reunían con los promotores del No generó sorpresa. En la mesa no se ven mujeres. El tema llama la atención, pues la principal discusión se ha dado para desmentir que el acuerdo quiera imponer una agenda LGBTI, y se ha explicado que lo que se busca es que las mujeres tengan un tratamiento diferenciado al ser las principales víctimas de la guerra.
Sin embargo, para muchas feministas, ese valor que tiene la mujer en la 297 páginas del acuerdo no se refleja en la mesa del equipo negociador del Gobierno con los promotores del No.
Martha Lucía Ramírez, excandidata presidencial conservadora que actualmente hace parte del equipo de negociación, asegura que no es un tema de cantidad de mujeres que deban estar en el equipo sino de la actitud, ya que muchas veces hay displicencia frente a las propuestas. “Hemos hablado con la senadora Sofía Gaviria en cuanto a que estas mesas son sordas a los planteamientos de las mujeres. Se deben tener en cuenta nuestras propuestas, conocimiento, ideas, trabajo y la convicción de trabajar por una sociedad justa e incluyente”, dijo.
“Ayer hicimos una propuesta sobre metodología para la negociación en términos de tiempo, orden y eficiencia. Pero la actitud es dar por hecho que los que tienen vocería son los hombres, es simpático oír cómo le dan la palabra al doctor y luego a doña”.
Para la excandidata conservadora, la foto de las mujeres ausentes es reiterada. Tanto el Gobierno como las FARC, dice, minimizaron a la mujer. “Sólo al final del proceso incluyeron a la canciller y a María Paulina Riveros. Y por el lado de las FARC incluyeron a Tanja, pero por estar matados con la holandesa que habla varios idiomas, pero jamás por un reconocimiento al aporte de la mujer en la sociedad”, dijo.
La excandidata asegura que sería “absurdo” sacar a las mujeres de los acuerdos, ya que son las mayores víctimas del conflicto armado y se debe hacer énfasis en su reparación. Sin embargo, indicó que se tiene que especificar qué quieren decir con el tema de género.
“Este tema LGTBI enrarece el acuerdo, es innecesario y genera una reacción adversa por las famosas cartillas de la ideología de género de la ministra (Gina Parody). Lo que se debe lograr que dentro de la democracia colombiana es que a nadie se le mate por su pensamiento, su actividad o su tendencia sexual diferente. El problema del acuerdo es su redacción redundante”, expresó.
Victoria Sandino, miembro del equipo negociador de las FARC en la Habana, también se pronunció duramente al respecto. “Por primera vez se reconocen en un proceso de paz los derechos de las mujeres y de la población LGBTI. Y resulta que no entendemos cómo la gente se puede oponer a eso basándose en mentiras… En absoluto estaríamos dispuestos a excluir el enfoque de género de los acuerdos. Mal haríamos en sacar del acuerdo un asunto que vela por los derechos de las mujeres, de la población LGBTI, ¡si es que si somos más de la mitad de la población!”, le dijo hace unos días a Semana.com.
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“Yo no sé qué es todo eso de la ideología de género”, replica Piedad Córdoba. La líder de izquierda asegura que le “preocupa” la invención de una teoría de género “cavernaria y retrógrada” que va en contra de las mujeres. “Esperamos que esto no termine generando un retroceso en La Habana. Si nos descuidamos, nos quitan el voto”. Para la exsenadora, el movimiento que se ha dado alrededor de la supuesta ideología de género es preocupante, pues “parece estar gobernado las biblias y no por la Constitución”.
Desde el centro de las organizaciones sociales de mujeres crece un movimiento que reclama la presencia en la negociación y que no permitirá que se saque el enfoque de género de los acuerdos. Florence Thomas asegura que es “lamentable e indecente” que para debatir sobre la ideología de género no se haya tenido en cuenta a las mujeres.
“Después de muchos esfuerzos en La Habana, se logró meter en los acuerdos cosas importantes. No sé qué pasa si nos desbaratan eso de género, pero cuando las mujeres se enfurecen, se enfurecen, no nos vamos a dejar manosear, ni manipular con esta vaina de género; que estén seguros de eso”, cuestionó.
Para la columnista y defensora de los derechos de las mujeres, esta es una paz de hombres discutida por los hombres, por lo que es difícil que sean capaces de reflejar lo que son 50 años de conflicto para las mujeres.
La excandidata presidencial Íngrid Betancourt, quien ha sido una de las principales abanderadas de la paz, también piensa que al proceso le ha faltado más participación de las mujeres. “Siento que las mujeres deben estar en esa mesa de La Habana. Me preocupa que las FARC se muestren como una estructura que busca la igualdad, pero en la práctica sean tan profundamente machistas”, le dijo a Semana.com hace unos meses.
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“De lo que menos sabe el equipo negociador del No es de género”, cuestionó Marcela Sánchez, directora de la ONG, quien precisamente atribuye las malas interpretaciones de los colombianos a la ausencia de voces expertas en la mesa. “Se corre mucho riesgo que gente que no tiene conocimiento específico esté discutiendo estos temas. Lo que tiene que ver con el matrimonio, la adopción o los derechos entre parejas del mismo sexo se discute en otros escenarios: el Congreso y la Corte”.
Por ello, Colombia Diversa cuestiona el que se haya pasado de una perspectiva de género en favor de las víctimas a una supuesta agenda LGBTI dentro de los acuerdos de paz.
Las conocedoras del tema recuerdan que el enfoque de género es uno de los compromisos internacionales de Colombia, quien en diferentes tratados se ha obligado a respetar la perspectiva de género para la especial protección de mujeres y niñas en el marco de cualquier acuerdo de paz. Precisamente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en la Resolución 1325 del año 2000, se dejó consignada esta obligación de los países parte.