DIÁLOGOS

“Presencia de FF. AA. en La Habana es una garantía”

De la Calle aclaró qué harán los militares y los académicos que trabajan con el proceso de paz.

22 de agosto de 2014
Humberto de la Calle habló al terminar el primer ciclo de negociaciones sobre el tema de víctimas. | Foto: Oficina del Alto Comisionado para la Paz

Estos últimos siete días han sido bastante movidos en La Habana. Luego de meses de discusión sobre quiénes deberían ser las víctimas que le hablaran a la Mesa de Negociaciones, llegó el primer grupo de 12. Después, se conoció quiénes eran los 12 académicos que hablarán sobre cómo empezó el conflicto, cuáles son las afectaciones a la sociedad y quiénes son sus responsables.

Las críticas, especialmente del Centro Democrático, aumentaron con la noticia de que un grupo de miembros activos de las Fuerzas Armadas participaría en el proceso. Este viernes se conoció que de los 10 delegados del gobierno para la subcomisión que adelantará el tema de cese al fuego y dejación de armas, siete son altos mandos militares (lea quiénes son estos miembros activos).

Álvaro Uribe y Óscar Iván Zuluaga, dirigentes del partido ya mencionado, opinaron en contra de que Ejército, Policía, Fuerza Aérea y Armada se sienten frente a frente con el grupo que, por orden constitucional, deben combatir.

Ante ese panorama, Humberto de la Calle, jefe negociador del gobierno en La Habana, aclaró que el hecho de que exista una subcomisión de fin del conflicto con militares activos no significa que terminarán los combates en este momento.

“Nuestros militares y policías tendrán que seguir cumpliendo sus funciones constitucionales mientras que la subcomisión se limita a preparar posibles mecanismos futuros para el fin del conflicto que sólo entrarían en vigor si se llega a un acuerdo final”, manifestó De la Calle.

La labor de la subcomisión será discutir las diferentes opciones que existen para que las FARC dejen las armas y se reintegren a la vida civil, además de un cese bilateral del fuego. Para ello, estudiarán casos nacionales e internacionales.

El jefe negociador del gobierno agregó que el sólo hecho de tener en cuenta los consejos de la Fuerza Pública es una garantía que calificó como “asombroso” que esto se quiera malinterpretar.

Por su parte, las FARC hablaron del “valor inobjetable” de la llegada de este grupo de la Fuerza Pública pues es la primera vez que los militares activos a los que combaten “se sienten en igualdad de condiciones para hablar de los asuntos del proceso”, expresó Iván Márquez, negociador de la guerrilla. “Esperamos que en lo ratos de trabajo conjunto que tendremos podamos compartir con el ser humano que está más allá del camuflado y la rigidez del reglamento”, agregó Márquez.

En sus respectivos pronunciamientos, ambas partes de la Mesa de Negociaciones dijeron que las últimas visitas de las víctimas, los académicos y la Fuerza Pública es una muestra para dinamizar el proceso de paz. “Hay posibilidades serias, crecientes, de terminar el conflicto”, dijo De la Calle; mientras que Márquez aseguró que esta “es una fehaciente demostración de nuestra voluntad de transitar el camino de solución política”.

El jefe negociador del gobierno también respondió a una crítica que le hacen a la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas. De la Calle aclaró una vez más que los informes que produzcan los 12 académicos sobre los orígenes del conflicto colombiano “no sustituyen ni predeterminan la comisión de la verdad” (lea quiénes son los académicos escogidos).

Ambos grupos son diferentes porque en este momento ni las víctimas ni la sociedad en general podrán ayudar a decir qué ha pasado en estos más de 50 años de conflicto, como sí sucederá con una eventual comisión de la verdad. “Esta es sólo después del fin del conflicto mientras que la Comisión Histórica es para dar insumos a la Mesa de Negociaciones”, dijo De la Calle.

Las FARC pidieron una vez más que se cambie el modelo de justicia transicional que se lograría con el Marco para la Paz. La guerrilla ya ha desvalorado ese mecanismo y en su más reciente pronunciamiento recordó que en el acuerdo general de La Habana ni siquiera se mencionan las palabras transición o transicional para que el gobierno ya tenga un proceso de justicia.