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Senador de La U, Roy Barreras

POLÍTICA

Regalías: el proyecto de la discordia

"La reforma no persigue otros objetivos distintos a dar garantías de buen gobierno": argumenta el senador de La U Roy Barreras. "El hueco fiscal obliga al Gobierno a barajar las fuentes de financiación", responde el Gobernador del Cesar, Cristian Moreno.

11 de octubre de 2010

La discusión de la reforma a las regalías continuará este martes en la plenaria del Senado, luego de que su aprobación quedara en vilo la semana pasada.
 
El pulso político entre el Gobierno Nacional y las administraciones locales que se benefician de la regalías está en su punto más caliente.
 
Incluso, ya varios integrantes de los partidos de la coalición oficialista han anunciado su oposición al proyecto porque lo consideran lesivo para las regiones que representan.

El senador Roy Barreras, del Partido de La U, ponente del proyecto del Gobierno, explicó sus bondades y argumentó que el propósito es generar una mejor redistribución.
 
Por el contrario, el gobernador de Cesar, Cristian Moreno, adujo que la iniciativa va en detrimento de las entidades territoriales que se benefician de las regalías y que el Gobierno lo que pretende es aliviar el déficit fiscal.

Estas son dos visiones sobre el mismo proyecto de reforma a la Constitución: 

Ventajas y desventajas 


Barreras: La primera es su importancia para la estabilidad macroeconómica. El proyecto crea un fondo para proteger los sectores petrolero y agrícola, y al empleo, pues la entrada de divisas afecta a estos sectores, que es lo que se conoce como la enfermedad holandesa.
La segunda es la equidad regional y social. Solo unas pocas personas (el 17 por ciento) en el país tienen acceso a las regalías. La concepción del proyecto es que los recursos no son de unos pocos, sino de todos los colombianos.
Y la tercera es la posibilidad de orientar los recursos a la competitividad, a la ciencia y la tecnología. El 10 por ciento del total de las regalías serán para que Colombia pueda dar el salto y comience a exportar, a aportar valor agregado a sus productos, con conocimiento y derivados del conocimiento.
Moreno: La primera es que rompe con principios fundacionales de la Constitución de 1991 que son la autonomía y la descentralización. La Carta señala que las entidades territoriales son beneficiarias de las regalías. Pero el Acto Legislativo da un paso atrás y deja la administración de esos recursos al nivel central.
En segundo lugar, las regalías financian coberturas de agua, salud y educación y proyectos estratégicos, mientras que la propuesta destina una parte de esos recursos a un fondo de ahorro que queda sujeto a las contingencias fiscales del Gobierno Nacional y a las prioridades que persiga el Banco de la República, como instancias reguladoras de ese fondo.
Y en tercer lugar, el acceso a los 10 puntos porcentuales de las regalías destinados a ciencia y tecnología queda expuesto a la capacidad de gestión que hagan las regiones. Sin duda, se agudizará la asimetría en términos de conocimiento y gestión del desarrollo, porque los grandes centros de investigación están en las regiones más desarrolladas, mientras que las periféricas son débiles institucionalmente.

 
¿Habrá o no ‘boom’ minero?

Barreras: Hoy, el país produce 800.000 barriles de crudo al día. La proyección del Ministerio de Minas y Energía es que en 2020 estaremos produciendo 1.450.000.
En carbón, producimos 92 millones de toneladas y para el 2020 el Ministerio calcula que se incrementará en un 70 por ciento la producción, es decir, a 160 millones de toneladas.
En los últimos años se ha incrementado la producción. En 2009 fue impresionante la inversión que tiene como destino la mayor productividad. Si hay mayor inversión es porque las empresas productoras tienen la previsión del crecimiento.
Además eso está soportado en estudios técnicos de Fedesarrollo, del ministerio de Minas, del ministerio de Hacienda, entre otros.
Moreno: Nosotros hemos hecho unas respetuosas observaciones y creemos que es posible que el Gobierno esté sobredimensionando la realidad y exponiendo su credibilidad. Primero porque la estimación que hace de la producción a futuro puede no ser así.
Y en segundo lugar, porque el incremento de la producción no significa que los precios seguirán inalterables. Leyes básicas de economía dicen otra cosa.
El Gobierno hace unas estimaciones con base en la tasa de cambio del momento. En un proceso de revaluación del peso, como el que vivimos hoy, está cotejando tasas de cambio con escenarios calculados y perfectos, cuando la realidad económica dice que no existen.
Inclusive, desde el propio gobierno hay miradas divergentes.

 
¿La reforma es o no para aliviar el déficit?

Barreras: Los opositores dicen que esta iniciativa se concibió para aliviar el déficit. Pero eso no fue, ni es contemplado en el proyecto. Esta reforma no es para que el Gobierno Nacional, como se ha dicho, administre los recursos; tampoco recentraliza ni despoja a las regiones de sus facultades. Los productores seguirán recibiendo las regalías directas y habrá una mejor redistribución.
Tampoco es cierto que el acto legislativo sea para financiar otros temas como la vacunación de niños y su alimentación. Para eso ya existen otros mecanismos. Lo que permitirá la reforma es que los recursos le lleguen directamente a la gente.
¿Cómo? La distribución de los recursos se hará con base en unos criterios de compensación en las zonas de frontera a los cuales se superpone un mapa de necesidades básicas insatisfechas. La reforma no persigue otros objetivos distintos a dar garantías de buen gobierno.
Moreno: Hay evidencias de que el Gobierno sí busca aliviar el déficit fiscal. Una, que el Fondo de Ahorro queda sujeto a la política fiscal y a determinaciones del Banco de la República.
Dos, las regalías representan 7 billones de pesos y, según estimaciones del Gobierno, en los próximos 6 años van serán casi 12 billones. Por cuenta de esta cirugía constitucional la administración de esos recursos le podría restar la presión fiscal y política al nivel central, y de los 147 billones de pesos que cuesta el presupuesto.
Hoy el déficit es del 4,6 por ciento, un faltante de casi 20 billones de pesos en el balance de ingresos y gastos que impostergablemente debe adelantar el Gobierno para cumplir su tarea. Pesa además la palabra comprometida del Presidente Juan Manuel Santos quien dijo que no crearía impuestos. Ese hueco fiscal obliga a barajar las fuentes de financiación.

 
Y los productores...

Barreras: Una reforma como esta implica tener toda la consideración posible con los territorios productores. Lo primero que hay que decirles es que no serán despojados de las regalías.
Los opositores de la propuesta manipulan la información. Pero los ciudadanos de Arauca, Casanare, Meta, Cesar, entre otros, seguirán recibiendo regalías directas. Y no sólo eso, sino que recursos de cinco fondos más.
De suerte que en la mayoría de los casos, por ejemplo en Meta y Huila, en términos brutos, si se cuenta peso a peso, habrá mayores ingresos.
Pero aún sin el auge petrolero es justificable la reforma, porque no tiene sentido que el cien por ciento de esos recursos estén en manos de unos colombianos.

Moreno: Por supuesto que la reforma afecta directamente a los productores, porque si no fuera así ¿qué sentido tiene cambiar la regla constitucional?
Al principio pensamos que el proyecto iba a tocar una parte de las regalías, pero después nos dimos cuenta de que la propuesta es que el Gobierno recoja todos esos recursos y después sí ver cómo los reparte.
Hay que reconocer que se ha fallado en la gerencia de esos recursos, pero la manera de resolver ese problema es fortaleciendo las instituciones.
Lo que no se puede es satanizar a unos territorios porque están ubicados precisamente en el lugar en el que se encuentran los recursos.

 
Entidades territoriales versus regiones

Barreras: Nosotros cambiamos la redacción del proyecto para que no sea centralista, sino que sean las regiones, concebidas geográficamente, las que definan la administración de los recursos en una mesa en la que concurran los gobernadores y alcaldes junto con los ministros.
De esta manera serán asignados los recursos a proyectos de grandes obras de infraestructura -necesarias para el desarrollo de una región-; o para el desarrollo científico y tecnológico.
Los detractores del proyecto primero se oponían que porque era centralista. Ahora, dicen que no hay regiones. Desde la primaria sabemos que existen las regiones naturales. Entiendo que las regiones no tienen rango constitucional ni legal, pero eso depende de la Ley de Ordenamiento Territorial, que propuso el Gobierno y que desde hace 18 años estamos en mora de aprobar.
La Corte Constitucional ordenó crear las regiones y las provincias, y darles rango constitucional. Hoy tenemos entes territoriales. Pero para desarrollarnos y mejorar la productividad necesitamos contar con infraestructura regional a gran escala, que pensemos en grande y no en pequeño.

Moreno: Compartimos plenamente que debe haber una mejor redistribución, pero el sistema ya está instituido en la legislación vigente. Hoy todas las regiones tienen oportunidad de acceder al régimen general de regalías. Según cifras del Departamento Nacional de Planeación, en los últimos 15 años se han generado 42,2 billones de pesos en regalías, de ellos, el 21 por ciento, 8,9 billones de pesos, han sido gerenciados por el Fondo Nacional de Regalías. Ese fondo asigna los recursos a proyectos por regalías indirectas de las cuales se han beneficiado departamentos como Atlántico, Nariño, Antioquia y Magdalena. Hay una perversa lectura de que se están beneficiando solo los productores.
La iniciativa busca articular la administración regional con la creación de la entidad territorial regional (prevista en la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial), lo que de paso afectaría la oportunidad de departamentos y municipios de acceder a los recursos. Pero yo no sabría estimar hasta dónde las regiones son escenarios efectivos para la inversión de las regalías.