JUDICIAL
La fallida imputación de la Fiscalía en el caso del misionero estadounidense
Rusell Martin Stendal fue señalado por la Fiscalía de integrar una red de apoyo de ese grupo guerrillero. Un juez desestimó las acusaciones. Esta es la historia.
En una diligencia que duró cerca de cinco horas la Fiscalía le imputó el delito de rebelión al denominado misionero norteamericano Rusell Martin Stendal, quien, presuntamente, haría parte de una cadena humana perteneciente al frente 53 de las FARC.
Según la Fiscalía, el 19 de marzo del 2013 llegó un oficio de parte del Ejército en el que advertía sobre un grupo de civiles que podría tener nexos con ese frente guerrillero. Entre los mencionados aparecía el nombre de Stendal. Por esta razón, la Policía Judicial integró un equipo para determinar la veracidad de la información.
La investigación duró más de un año y en ella se obtuvieron datos provenientes de desmovilizados de la guerrilla, con los que se logró individualizar a 22 personas. Fue allí donde apareció por primera vez el nombre de Martin Stendal.
Uno de los testimonios clave es el de Dumar Yepes Hurtado, alias 'Samuel Carrillo', quien se refirió a Stendal como un americano que le suministraba todo cuanto se requería a la emisora Marfil Stereo y a otras estaciones de radio de los Llanos que servían para difundir propaganda de ese grupo subversivo. Pero además, supuestamente, servía como instructor en locución a guerrilleros.
Yepes les aseguró a los investigadores que Stendal había servido como contacto entre las FARC y el grupo paramilitar comandando por Pedro Oliveiro Gurrero, alias ‘Cuchillo’. Se trató, según la versión, de una alianza macabra en la que los paramilitares cedían territorio que las FARC utilizaban para el tránsito de estupefacientes. A cambio, ‘Cuchillo’ recibía mucho dinero.
Luego de eso, los investigadores comenzaron a cercar a Stendal, quien en la noche del miércoles se presentó al búnker de la Fiscalía cuando se enteró sobre una orden de captura en su contra por el presunto delito de rebelión.
A juzgar por las supuestas evidencias, Stendal, oriundo de Minneapolis (Estados Unidos), se movía principalmente entre Villavicencio, Sumapaz y Guayabetal. Y si bien se hacía pasar por misionero, nadie sabía a qué grupo religioso pertenecía.
Pero la defensa de Stendal sacó un repertorio y logró que un juez desestimara las acusaciones. Aseguró que el misionero fue secuestrado por la guerrilla en 1983 y que fue el propio Manuel Marulanda Vélez, ‘Tirofijo’, quien ordenó su libertad y le dio permiso para continuar su labor de misionero en zonas con marcada influencia guerrillera.
Stendal dijo haber servido como infiltrado del Ejército y que, gracias a su labor, las autoridades lograron detener a varios subversivos. Añadió que algunos guerrilleros presos se dedicaron a extorsionarlo, a lo que él no cedió. Entonces comenzaron a testificar en su contra bajo el argumento de que era ficha clave de las FARC.
El juez de la causa oyó pacientemente los argumentos y, tras cinco horas de audiencia, dejó en libertad al misionero. “No entiende el juzgado la información aportada de la Fiscalía sobre la actividad permanente de una persona que se desempeña de forma pública en su labor”, dijo el funcionario judicial.
“¿Cómo es posible que la Fiscalía, la Policía y el Ejército no hayan advertido esta situación? La investigación de la Fiscalía es incipiente", concluyó.
El misionero, que es reconocido por haber inspirado uno de los personajes de la película La Montaña, grabó un video tras su captura el miércoles en el que aseveraba que le habían puesto una trampa.
Con esto desmintió las versiones de algunos medios según las cuales se entregaba voluntariamente. Igualmente, la declaración de Stendal apunta hacia la tesis de fuentes reservadas que afirman que el hombre se habría presentado a la Fiscalía sin saber que una orden de captura pesaba en su contra.
El proceso, sin embargo, continúa. Pero lo que queda claro por ahora es que la Fiscalía perdió el primer asalto de este sonado caso.