historia

¿Se romperá la maldición?

Uribe se enfrenta al tabú de que segundas partes nunca fueron buenas.

27 de mayo de 2006

El argumento principal contra la reelección, cuando se planteó el debate sobre la reforma constitucional que le abrió el paso al segundo período de Álvaro Uribe, tuvo un énfasis histórico. La mayoría de los presidentes reelegidos, en Colombia y en América Latina, tuvieron segundos períodos salpicados de problemas, inestabilidad y crisis. Muchos de ellos, triunfantes en el primer capítulo, ni siquiera terminaron el segundo. La imagen de López Pumarejo, Menem o Fujimori (en el tercer período) atenta contra la buena fama de la reelección.

La última reelección en Colombia ocurrió en 1942 cuando Alfonso López Pumarejo ganó las elecciones sobre los laureles que le había dejado su primer gobierno. La 'Revolución en marcha', entre 1934 y 1938, había dejado feliz a la mayoría. Todo auguraba otro cuatrienio resplandeciente. Pero no fue así. La división del liberalismo, la oposición -que incluyó un intento de golpe de estado en Pasto- y varios escándalos borraron de un plumazo el buen recuerdo. López renunció varias veces y de forma definitiva en 1945, un año antes de culminar su segundo mandato.

De ahí para atrás, la historia ha sido casi siempre la misma. El Libertador Simón Bolívar fue el primero en lograr la reelección inmediata. Primero fue designado por el Congreso de Angostura como Presidente de la Gran Colombia en 1819. Posteriormente fue reelegido en 1826 por el Congreso, pero su segundo mandato terminó por desilusionarlo hasta a él mismo. Un año después, al ver amenazadas su continuidad y la de la unión, asumió la dictadura, y un año después fue víctima de una conspiración para asesinarlo, de la que se salvó por segundos. En 1830, sin amigos y sin pulmones, renunció a la presidencia.

Le siguió en sus ambiciones repitentes el general Tomás Cipriano de Mosquera. Conocido como 'Mascachochas' por su prótesis metálica después de que recibiera un tiro en la quijada, llegó a ser tres veces Presidente de Colombia. Fue elegido por primera vez en 1845 como conservador y 16 años más tarde, en 1861, se cambió de equipo y ganó como liberal. En 1866 fue elegido por tercera vez, y un año después -tras su intento por cerrar el Congreso- fue derrocado, encarcelado y sentenciado por el Senado a tres años de ostracismo.

Otro reeleccionista fue el compositor del himno nacional, Rafael Núñez. Hasta ahora, Núñez bate el récord de las presidencias, con cuatro mandatos y, hasta el domingo, era el último Presidente en lograr la reelección inmediata, en 1892. La primera vez fue elegido en 1880. En 1884 fue reelegido y al final de su período, en 1886, fue proclamada una nueva Constitución -la cual con modificaciones rigió hasta 1991- que prolongó su mandato hasta 1892. Ese mismo año volvió a ser elegido de forma inmediata, pero prefirió aislarse en Cartagena, en compañía de su amada Soledad Román. Delegó poderes en sus vicepresidentes en un clima general de apatía. Murió antes de terminar su mandato, en 1894.

Diez años después de esa muerte, el general Rafael Reyes, elegido para el período 1904-1910, decidió cerrar el Congreso después de que éste último no le hiciera la venia a las facultades que había pedido en materia económica y fiscal. Convocó a una Constituyente que dispuso que Reyes gobernaría otros 10 años. Pero el impulso no le alcanzó sino para la mitad. En medio del descontento por su talante dictatorial y las acusaciones de corrupción, el 14 de junio de 1909 dejó metidos a los invitados a un banquete en su honor en el Club Social de Santa Marta. Mientras todos brindaban para adularlo, Reyes huía en secreto hacia Europa.

El mito en América Latina

En América Latina, los dos únicos gobiernos reelectos en ejercicio en este momento son el de Óscar Arias, en Costa Rica, y el de Hugo Chávez, en Venezuela. Chávez fue elegido por primera vez en 1998 con el 56 por ciento de los votos, y por segunda vez en 2000, con cerca del 60 por ciento. Chávez reformó la Constitución para extender su mandato y permitir la reelección inmediata. Desde entonces se produjo una polarización que en 2002 llevó a un fallido intento de golpe, un paro petrolero y un referendo revocatorio que terminó atornillándolo a su silla. En diciembre de este año habrá elecciones, y se da por descontado que Chávez triunfará. Rafael Caldera y Carlos Andrés Pérez también fueron reelegidos. Pérez tuvo que dimitir en medio de presiones y acusaciones de corrupción. El segundo mandato de Caldera fue muy polémico e impopular, y le abrió las puertas a la elección de Hugo Chávez en 1998.

En Argentina, Carlos Menem fue elegido por primera vez en 1989, en medio de una economía agonizante. En su segundo mandato sería acusado de ser el artífice de la debacle financiera de 2001 y después fue objeto de numerosas investigaciones por corrupción, tráfico de armas y blanqueo de dinero. La historia de Menem recordaba la que 50 años atrás protagonizó Perón, que entró en hombros a su primer gobierno, cambió las reglas para ser reelegido y salió al final de su segundo mandato, a empujones de bayoneta.

En Brasil, Fernando Henrique Cardoso, pese a haber sido reelegido en 1998 en primera vuelta con más del 50 por ciento de la votación en medio de la euforia económica del primer cuatrienio, pasó a los pocos meses de su segunda parte -acusado de sobornar diputados para que aprobaran la reelección- a índices de popularidad inferiores al 15 por ciento, que nunca pudo remontar.

En el vecindario, otros ex presidentes podrían ser reelegidos próximamente. Ninguno tiene credenciales favorables. En Perú, después de 10 años de Fujimori (reelegido dos veces y hoy exilado en Chile), el ex presidente 'aprista' Alan García, recordado en su país por su oratoria fascinante y su desastroso mandato entre 1985 y 1990, es el favorito para ganarle la segunda vuelta a Ollanta Humala, discípulo de Chávez. Y en Ecuador, el ex militar golpista Lucio Gutiérrez ha anunciado su interés en volver a ocupar la presidencia, de donde lo sacaron a la fuerza los motines de Quito en abril de 2005.

La historia de la reelección en Colombia ha sido traumática. La Constitución de 1886 la permitía, pero la mayoría de los ex presidentes salían tan desgastados, que ninguno podía aspirar a ella con posibilidades de triunfo. Nadie se habría imaginado a Misael Pastrana, Julio César Turbay, Belisario Betancur o Virgilio Barco como candidatos nuevamente. Carlos Lleras Restrepo y Alfonso López Michelsen aspiraron y fueron derrotados. Ni Ernesto Samper ni Andrés Pastrana, según las encuestas, tendrían posibilidades. De los mandatarios de las últimas décadas, los únicos que habrían sido competitivos para ganar una segunda oportunidad habrían sido Alberto Lleras y César Gaviria.

Ahora, Álvaro Uribe se juega una carta que significa un desafío histórico. En sus primeros cuatro años ha sido un Presidente original, audaz e impredecible. Innovador en las formas, rebelde frente a las tradiciones y confiado en que la historia se puede cambiar. Fue el primer colombiano que llegó a la presidencia como disidente, por fuera de los partidos tradicionales. Después de cuatro años, fue reelegido con una votación histórica de más de siete millones de votos. El 7 de agosto tratará de cambiar la idea, hasta ahora muy arraigada, de que 'segundas partes nunca fueron buenas'.