NACIÓN
Senado de Estados Unidos apoya proceso de paz
Por unanimidad, la cámara alta aprobó una resolución que le pide al gobierno de Obama una estrategia de varios años que asegure la ejecución de los acuerdos de La Habana.
El senado de Estados Unidos aprobó por unanimidad este jueves una resolución (Número 368) de apoyo al proceso de paz entre el gobierno de Colombia y las FARC. El texto fue suscrito por la totalidad de los miembros de esa entidad –cien senadores de los dos partidos- y fue promovida por quince patrocinadores diez demócratas y cinco republicanos.
La resolución se divide en dos partes, según la metodología normal de este tipo de pronunciamientos por parte del poder Legislativo estadounidense. Una primera, de tipo declarativo, y una segunda, con resoluciones concretas. Entre esta última figura la conminación al Secretario de Estado, John Kerry, para desarrollar una estrategia integral de varios años que garantice la implementación exitosa de “un acuerdo (entre el gobierno y las FARC) que sea refrendado por el pueblo de Colombia”. También reitera el compromiso del Senado con propiciar una alianza entre Estados Unidos y Colombia en temas como la seguridad mutua, que incluya la cooperación antinarcóticos, el combate del crimen organizado, y la justicia contra quienes han cometido graves delitos contra las poblaciones de los dos países.
En la primera parte, de tipo declarativo –o consideraciones-, la declaración hace un optimista balance de la evolución de Colombia en los últimos quince años, desde que se inició Plan Colombia. Considera que la ayuda de 9 mil millones de dólares en asistencia bilateral ha contribuido a alcanzar avances en varios frentes. Entre ellos: la reducción de homicidios, de 62 por cada cien mil habitantes, a 27; la de secuestros, de 3,000 a 300; el aumento del PIB de 86 mil a 377 mil millones y de la inversión extranjera, de 1,5 mil a 16 mil millones; la reducción de la pobreza de 64 por ciento a 28,5 por ciento; y el incremento de la presencia del Estado en los 32 departamentos del país. Las cifras están contempladas a finales del 2014.
El documento hace referencia a los niveles de violencia que se alcanzaron en el conflicto interno armado. Dice que a causa de esa confrontación murieron 220.000 personas y fueron desplazadas 6,5 millones, y que, en consecuencia, “un potencial acuerdo entre el gobierno de Colombia y las Farc representa una oportunidad para terminar la confrontación en Colombia y llevar la paz a todas las Américas”.
La resolución hace también alusiones críticas a las FARC, por haber causado víctimas en los dos países con prácticas como el secuestro y señala que los acuerdos de paz deben incluir mecanismos para que los autores de delitos atroces rindan cuentas “y sean castigados de forma apropiada”.
Los senadores también hacen un llamado al gobierno del presidente Juan Manuel Santos para que “promueva un debate público informado sobre los detalles y oportunidades de la paz, que se lleve a cabo antes de una ratificación entre los votantes”.
Llama la atención el consenso bipartidista que tuvo la declaración. En medio de una intensa y polarizada campaña electoral, hay muy pocos temas que concitan una convergencia entre demócratas y republicanos en estos momentos. Entre los patrocinadores de la resolución figuran senadores de un amplio espectro, entre el liberal Patrick Leahy y el derechista Marco Rubio. La agresividad que caracteriza a la política y a la campaña electoral estadounidense en 2016 no ha alterado la aproximación bipartidista que permitió poner en marcha el Plan Colombia hace 15 años, en 2001.
También sorprende el cuadro optimista que presenta la parte declarativa, pues contrasta con el pesimismo que registran las encuestas en Colombia sobre la situación del país. Esto se debe a que el Senado norteamericano tiene una mirada con perspectiva y distancia, muy diferente a la politizada confrontación que genera en Colombia el debate sobre el momento que atraviesa el país. Y, también, al interés del senado de Estados Unidos por reclamar resultados positivos de sus decisiones de aprobar, durante tres lustros, una ayuda financiera multimillonaria.
La posición del Senado contrasta con la que ha asumida frente a Venezuela, país vecino de Colombia, frente a la cual pronunció a finales del año pasado, en vísperas de las elecciones legislativas de ese país, una dura declaración mediante la que le solicitaba al gobierno un respeto pleno hacia los resultados en las urnas.
El apoyo del Senado consolida el buen momento en las relaciones bilaterales entre Colombia y Estados Unidos y el papel de este último en el actual proceso de paz con las FARC. Un apoyo que, según dice la resolución, se podría concretar en una estrategia de varios años.