NACIÓN

El hombre detrás de la nueva victoria de los homosexuales en la Corte Constitucional

Sergio Estrada, un profesor universitario de Medellín, es el artífice de la demanda que llevó a la Corte Constitucional a permitir la adopción igualitaria en el país.

5 de noviembre de 2015
Sergio Estrada, junto con 12 estudiantes de la Universidad de Medellín, fueron los que presentaron la demanda ante la Corte Constitucional.

No es descabellado pensar que detrás de la histórica decisión de la Corte Constitucional de reconocer a las parejas del mismo sexo el derecho a adoptar, esté una pareja gay en particular, o algún activista de la causa reivindicatoria de la población LGTBI, o una ONG promotora de la diversidad.

Pero ese no es el caso de Sergio Estrada, nacido en Medellín, profesor universitario, heterosexual -para quienes aún mantengan la curiosidad- y experto en derecho constitucional. Él fue el artífice de una de las sentencias de mayor trascendencia en la historia reciente del país.

Estrada y 12 de sus alumnos, estudiantes de Derecho de la Universidad de Medellín, presentaron, en el año 2014, una demanda de inconstitucionalidad contra el Código de Infancia y Adolescencia.

Según la teoría del profesor, esa norma, en su interpretación, limitaba el derecho a la adopción a las parejas conformadas por un hombre y una mujer. Eso, en su criterio, violaba dos artículos de la Constitución, los cuales consagran el derecho de los niños a tener una familia.

Y es que contrario a lo que muchos puedan crear, la demanda de Estrada no pretendía reivindicar derechos a las parejas del mismo sexo. La principal motivación de la demanda era “la protección de los niños”, admite.

Todo empezó hace seis años. El profesor Estrada recuerda que en el año 2009 leyó un artículo en SEMANA titulado 'Colombia país de huérfanos', que lo dejó consternado. En él se registraba un estudio de la ONG Aldeas Infantiles, que trabaja para proteger a niños en situación de riesgo, que señaló que en Colombia vivían 845.410 niños en situación de orfandad. “Esa situación era una vergüenza para el país, más aún cuando se trataba de un drama desconocido”, dice a Semana.com.

Pero lo que más lo sorprendió es que pese a ese alarmante drama, la legislación colombiana tenía varias incoherencias, pues por un lado consagraba los derechos fundamentales de los niños y les daba carácter prevalente, pero por otro existían normas en las que se les negaba el derecho a tener familia, al no conceder el derecho a parejas del mismo sexo a adoptar. “Se trataba de mirar la otra cara de la moneda”, dice al señalar que históricamente el debate se había concentrado en la reivindicación de los derechos de los homosexuales y no se había puesto el radar sobre la situación de los niños huérfanos.

Desde entonces, Estrada y su grupo de 12 alumnos trabajaron para edificar su demanda. Investigar en jurisprudencias, teóricos del derecho constitucional, hasta que en el 2014 la presentaron. Quizá sin muchas expectativas, o por lo menos sin calcular la trascendencia que tendría para la sociedad.

En la tarde de este miércoles, el profesor Estrada se enteró por las noticias de que la Corte le había dado razón a su tesis. Pero confiesa que jamás pensó que una demanda suya generara tanto despliegue en los medios y tanto impacto en el país. ¿Qué siente un profesor de Derecho cuando el máximo tribunal falla a su favor una demanda? “Una gran emoción”, asegura.

Además porque recuerda que en el pasado había puesto otras demandas, sobre otros asuntos, pero nunca había conseguido victoria alguna en la Corte Constitucional. Dice que la decisión lo motiva a seguir trabajando por lo que considera una de sus obsesiones, la protección de los niños. “Como académico trabajo para que no haya niños huérfanos, y quien quiera adoptarlos, que pueda hacerlo, que no haya restricción”.  

Y también le complace que por esa causa, indirectamente, otro sector de la sociedad se haya visto favorecido o protegido. “No represento a los LGTBI, soy un académico que como muchos observa la realidad del país”. Por eso dice que la histórica sentencia de la corte no es un triunfo personal, “es una victoria de toda la sociedad, ganan los derechos de los niños, los derechos de los homosexuales, todos ganan, la academia, la democracia, el pluralismo. No hay vencedores ni vencidos”.