El gremio de los taxistas en Bogotá no está muy contento con las condiciones de seguridad que tienen que afrontar día a día en su trabajo. En lo que va del año, en la capital se han presentado cinco homicidios de los transportadores.
De hecho, el último ataque fue el pasado 12 de enero en el barrio Juan Pablo II, cuando Hugo Herrera, de 28 años, recibió un impacto de bala en la cabeza.
Según diferentes informaciones, Herrera recogió a tres pasajeros aproximadamente a las 5 a. m., una hora después de comenzar a trabajar. Cuando el taxista estaba llegando al barrio ya mencionado, intentaron robarle el dinero que tenía, pero como no era suficiente, le dispararon.
Este caso es uno de los ejemplos que muestran los taxistas para argumentar por qué no recogen a cualquier pasajero ni van a cualquier lugar de la ciudad. Ellos aseguran que sólo las vías de hecho son las que les permiten negociar con la Alcaldía Mayor y la Policía mejores condiciones de seguridad.
Por esa razón, desde el domingo en la noche comenzaron a bloquear vías principales e incluso carriles del TransMilenio. En la madrugada de este lunes, estaban paralizadas las intersecciones entre la Avenida Primero de Mayo con Boyacá, la misma avenida con Caracas, la Boyacá con Américas y ciertos puntos en la carrera 30, la Autopista Sur a la altura del frigorífico y la Autopista Norte con la 138. A esta hora de la mañana, las vías ya están desbloqueadas.
Los taxistas se digirieron a la Policía Metropolitana de Bogotá, donde sus líderes conversarán con el general Édgar Sánchez, comandante de la institución.
Recientemente, la Alcaldía Mayor impuso una sanción de aproximadamente 800.000 pesos para el taxista que se niegue a hacer una carrera a ciertos sectores de la ciudad. Pero el gremio transportador sostiene que no puede exponerse a ir a barrios peligrosos.
Por ahora, la movilidad en Bogotá sigue su curso normal pero el gremio continúa inconforme y espera que la Policía y la Alcaldía dé respuesta eficaz y oportuna a sus necesidades.