EMERGENCIA
Malpelo: un muerto, un desaparecido y tres sobrevivientes
Luego de que Medicina Legal confirmó que el cadáver hallado el viernes pasado en aguas del Pacífico es el de la buzo Érika Díaz, la búsqueda se concentra en hallar con vida a Carlos Jiménez. ¿Será posible?
La emergencia de los cinco buzos desaparecidos mientras exploraban las aguas de la isla de Malpelo, en el océano Pacífico, se convierte cada vez más en tragedia a medida que pasan las días.
La odisea para los cuatro colombianos (Hernán Rodríguez, Jorge Morales, Carlos Jiménez, Érika Díaz) y un estadounidense (Peter Morse) que comenzó el miércoles 31 de agosto ya arroja un saldo de un muerto, tres sobrevivientes y un desaparecido.
Cuando la mayoría de los colombianos confiaban en que la búsqueda tendría un final feliz, ya que en menos de 48 horas fueron rescatados con vida tres de ellos, vino la trágica noticia: Medicina legal confirmó que el cadáver hallado por la Armada a 260 kilómetros al sureste de Malpelo el pasado viernes 10 de septiembre, es la buzo Érika Díaz.
Así lo aseguró el propio director general de la entidad forense, Carlos Valdés, luego de someter el cadáver a un riguroso proceso de identificación en Cali, ciudad a la que fue trasladado el cuerpo sin vida de la joven buzo.
También confirmó que la causa de su muerte fue “hipotermia y ahogamiento”. Y para explicar la razón por la que el cadáver de la mujer se halló desnudo flotando en el mar, Valdés señaló que probablemente ella misma se despojó del traje de buzo, ya que durante la hipotermia el cuerpo experimenta altas temperaturas.
Este domingo se realizó en Cali el sepelio de la abogada, madre de un niño de ocho años y otro de un año y medio.
Ahora las labores de búsqueda y rescate que desarrolla la Armada con dos buques y un helicóptero se concentran en hallar con vida a Carlos Jiménez, el quinto buzo desaparecido en la emergencia que ya completa 12 días.
De ahí que muchos se preguntan: ¿Hasta cuándo se pueden mantener vivas las esperanzas de encontrarlo con vida? El propio contralmirante Guevara es prudente en esa respuesta y prefiere “no hablar de plazos”.
La tragedia comenzó a las 4:30 p. m. del miércoles 31 de agosto. Una corriente marítima alejó a los cinco buzos unos 400 metros del barco que los esperaba luego de su última inmersión. Si bien todos salieron a la superficie y confiaron en que podrían acercarse a la motonave, la sorpresiva corriente no sólo los alejó más, sino que los separó.
De esa manera los cinco buzos quedaron a la deriva en el mar y sólo Peter Morse decidió nadar en dirección a la enorme roca de Malpelo y lo logró. Al día siguiente, el jueves primero de septiembre, una embarcación pesquera de bandera panameña lo halló desorientado y aferrado a las rocas de Malpelo. A partir de ese instante el país supo de la emergencia de los cinco buzos y empezaron los esfuerzos por rescatar a los cuatro restantes.
Con la ayuda de dos buques de la Armada, un avión de Estados Unidos y dos embarcaciones civiles, las labores de rescate dieron sus primeros frutos. Sucedió el viernes a las 4:00 p. m., 48 horas después de la tragedia, cuando el avión de EE. UU. encontró a dos de los cuatro buzos flotando en dirección sureste a 72 kilómetros de la isla de Malpelo.
Los afortunados fueron Hernán Rodríguez y Jorge Morales, quienes una vez en tierra firme relataron con lujo de detalles la manera como lucharon por sus vidas en medio de la inmensidad del océano Pacífico. “Incluso llegamos a tocar temas muy sensibles como el suicidio. Ninguno quería llegar al punto de tener una muerte con sufrimiento”, relató Hernán.
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En lo que coinciden varios expertos en buceo es que este caso en particular no permite dar fechas fatales porque las condiciones son especiales y particulares.
Por ejemplo, Pedro Roa, instructor de buceo comercial y recreativo de la asociación Aquasub, con 35 años de experiencia, asegura que existen registros de casos de buzos que han permanecido hasta 130 horas a la deriva, es decir, cinco días, “es muy subjetivo hablar de fechas límites, pero hay que reconocer que estamos en una etapa crítica de tiempo”.
Entre las consideraciones que tienen los expertos en buceo para mantener la esperanza de hallar con vida a Carlos Jiménez hay varios factores. “El principal es que Carlos es un buzo profesional que acumula más de 3.000 inmersiones y mil de ellas sólo en Malpelo”, argumentó el instructor Roa.
Añade que otro factor a favor es que precisamente en esta época las aguas del Pacífico son cálidas y alcanzan temperaturas de hasta 30 grados centígrados, “luego ello reduce la amenaza de hipotermia”. Explicó además que los trajes de buceo, sumado a las aletas, la careta y los flotadores, son herramientas que permiten extender el tiempo de supervivencia.
Argumentó que otro dato clave es conocer la realidad de prevalencia de lluvias en la zona de la emergencia, pues de ello depende que los buzos a la deriva se puedan hidratar y así aumentar su resistencia. “Por eso es posible pensar que aún está con vida. La clave ahora es buscar en aquellas zonas por fuera de la lógica”, remató el profesional en buceo.
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En efecto, el contralmirante Paulo Guevara, comandante de la Fuerza Naval del Pacífico, desde donde se coordina el rescate del buzo, aclaró que no suspenderán la búsqueda.
“Desde el Centro de Operaciones de la Armada Nacional ubicado en Bahía Málaga, en el Pacífico colombiano, se continúa dirigiendo las unidades marítimas y áreas, en el área de búsqueda establecida por personal y programas especializados, que tienen en cuenta las condiciones meteomarinas junto a los cambios constantes en esta región del país”, explicó a través de un comunicado oficial.
Si todas esas condiciones se mantienen tal como lo explican los expertos, es posible que el mar Pacífico devuelva con vida al buzo colombiano que ya completa diez días a la deriva.