JUDICIAL
Increíble, fue condenado por robar chocolatinas
El valor de lo robado: $15.100. Luis Augusto Mora pasará cinco meses en una de las cárceles con mayor hacinamiento del país.
Una de las quejas recurrentes de los colombianos es el nivel de impunidad al que ha llegado la justicia. Los responsables de grandes casos como los de la comisionista Interbolsa y el ‘carrusel’ de la contratación en Bogotá no han sido castigados suficientemente y en otros escándalos las víctimas se quedan a la espera de que alguien les responda.
Pero si con los peces gordos la justicia cojea, a los de ruana sí les cae. Hace pocos días, el juez quinto penal municipal de Bogotá con funciones de conocimiento condenó a cinco meses y siete días de cárcel a Luis Augusto Mora por el gravísimo delito de robar dos cajas de chocolatinas de un supermercado en carrera Séptima con calle 63.
En un comunicado, la Fiscalía dio cuenta de que el ahora reo confesó ser “compulsivo” en el consumo de chocolates y que había cometido hurtos similares en otras ocasiones.
Es decir, se le consideró como una especie de criminal reincidente. Y, seguramente por su elevada peligrosidad y dado que las dos cajas de chocolatinas costaban 15.100 pesos, en lugar de darle detención domiciliaria se decidió aplicarle el viejo adagio de que “un carcelazo no se le niega a nadie”, como medida curativa.
El comunicado de la Fiscalía asevera que “por ser un delito de menos de un salario mínimo y por aceptar los cargos imputados, se le debe aplicar la pena más favorable”. Pero el delincuente fue considerado por el juez de tanto riesgo para la sociedad, que decidió enviarlo al pabellón No. 1 de la cárcel La Picota de la capital, que tiene un hacinamiento superior al 350 %.
Seguramente, después de compartir celda y estrecheces con los otros 4.088 internos, el ladrón de chocolates saldrá completamente rehabilitado de su obsesión y la justicia le habrá prestado otro gran servicio a la sociedad.
El ladrón de chocolates, en medio de la audiencia, aseguró que ha recibido ayuda profesional y prometió no incurrir en la misma falta. Es evidente que robar en un supermercado merece castigo, pero este caso despierta demasiados interrogantes. ¿Cuánto tiempo, recursos y personas invirtieron la Fiscalía y el sistema judicial y cuánto le costará al sistema carcelario este insólito correctivo por un crimen de 15.100 pesos?
Este caso de llevar a prisión a un ladrón de chocolates no deja de ser toda una paradoja de las indescriptibles falencias que han convertido a la justicia en Colombia en una cenicienta. Y eso que el caso aún no ha sido apelado y puede seguir añadiendo más carga al ya congestionado sistema judicial.