JUDICIAL

La estrategia de expansión de los ‘Urabeños’

La investigación de un asesinato permitió descubrir que los ‘Urabeños’ intentan colonizar la conflictiva zona esmeraldera del occidente de Boyacá.

6 de abril de 2014
Yoni Cano, conocido con el alias del ‘Llanero’ y uno de los jefes de los urabeños. | Foto: Policía.

Durante los últimos dos meses la banda criminal de los ‘Urabeños’ ha estado prácticamente todos los días en los titulares de las noticias. La razón no es otra que la violenta y macabra confrontación que libra con la organización conocida como la ‘Empresa’ la cual por apoderarse de Buenaventura y que ha llevado al gobierno a realizar la militarización de ese puerto para tratar de controlar la violencia desatada.

Pero si bien esa zona del Pacífico puede ser considerada como el epicentro principal de las acciones de los ‘Urabeños’, la realidad es que esa bacrim, en relativo silencio, tiene abiertos otros frentes de guerra en varias regiones claves del país, como parte de su plan expansionista.

Uno de ellos es nada más y nada menos, que la conflictiva zona esmeraldera del occidente de Boyacá en donde esa banda ha puesto sus ojos.

Los planes de los ‘Urabeños’ de quedarse con el control de esa región fueron revelados a raíz de una investigación adelantada por la Dijín de la Policía por un asesinato que hace parte de la llamada nueva guerra verde.

En enero del año pasado en Tunja sicarios acabaron con la vida del abogado Víctor Ramírez quien había sido director del CTI y para la época del crimen se desempeñaba como defensor del capturado jefe esmeraldero Pedro Rincón, alias ‘Pedro Orejas’.


Óscar Murcia hermano de Luis alias el Pequinés.

Uno de los sicarios fue capturado por la policía pocos minutos después del crimen y su cómplice, que había logrado escapar, fue asesinado unas semanas más tarde para tratar de borrar cualquier conexión con los autores intelectuales. Ese hecho hizo que el detenido empezara a colaborar con las autoridades y entregó datos claves sobre quién es el responsable del asesinato del abogado.
Señaló a Óscar Murcia, hermano de Luis Murcia Chaparro, alias ‘Pequinés’, uno de los líderes esmeralderos más reconocidos y jefe de uno de los clanes enemigos de ‘Orejas’.

Los investigadores de la Dijín se dieron a la tarea de comenzar a armar las piezas del rompecabezas y empezaron a trabajar esa hipótesis. Durante meses siguieron los pasos de Óscar Murcia que había decidido mudar su centro de acción de Boyacá a Medellín. Empezaron a notar viajes constantes de Murcia hacia Apartado y otras zonas del Urabá, región de influencia de los ‘Urabeños’.

También reuniones con un personaje llamado Yoni Cano, conocido con el alias del ‘Llanero’, uno de los hombres fuertes de Los Urabeños. Eso abrió un segundo frente de investigación a los hombres de la Dijín que arrojó sorprendentes resultados.

Los seguimientos y labores investigativas permitieron establecer que Llanero y sus hombres habrían estado tras el atentado de noviembre pasado contra Orejas y su familia en el cual resultó herido el esmeraldero y murió uno de sus hijos. Esa acción era el primer paso concreto para el ingreso de los ‘Urabeños’ a esa región y de esta manera tomar el control de la explotación esmeraldera.

El avance de las pesquisas contra Óscar Murcia documentó enlaces y citas entre éste y Llanero lo que llevó a las autoridades a la conclusión que se abría forjado una alianza. Con los datos consolidados, el pasado 28 de marzo los hombres de la Dijín capturaron en un exclusivo sector de El Poblado de Medellín a Llanero, que tendrá que responder por seis delitos. Ese mismo día también arrestaron a Murcia pocos minutos después de haber aterrizado en Apartadó. El esmeraldero fue trasladado a la cárcel La Picota en donde ahora deberá enfrentar un proceso por la muerte del abogado de alias Orejas.  

Si bien estos arrestos dejan en evidencia una alianza, el temor de las autoridades es por la clara la intención de los ‘Urabeños’ por tomar el control a sangre y fuego de una región que, como el occidente de Boyacá, no sólo es clave por el millonario negocio de las esmeraldas y la eventual posibilidad de lavar millones de dólares del narcotráfico, sino como sitio estratégico para el tránsito de droga. No hay duda que se trata de la silenciosa expansión de los ‘Urabeños’.