BOGOTÁ

“Usaron bienes públicos para que fumaran marihuana”

De nuevo, el concejal de Bogotá Marco Fidel Ramírez se fue lanza en ristre contra el Distrito. Ahora es por el cannabis.

29 de julio de 2013
Concejal de Bogotá Marco Fidel Suárez | Foto: .

El polémico concejal de Bogotá Marco Fidel Ramírez, militante del alicaído partido PIN -hoy Opción Ciudadana- y además pastor de una congregación cristiana, tiene claro que con sus posiciones controversiales mantendrá sobre sí mismo los reflectores, sin contar que suele cubrirse con un manto religioso que le permite legitimar sus argumentos y siempre le da réditos.

Ha protagonizado sonoros episodios, como su apoyo al procurador Alejandro Ordóñez en el tema del aborto, y la ocasión en que intentó poner contra la pared a Canal Capital por tener espacios en su parrilla para la comunidad LGBTI. Hoy Ramírez vuelve a la carga contra la Administración Distrital por cuenta del cannabis.

El cabildante tiene en la mira al Instituto Distrital de las Artes (Idartes), que facilitó su escenario móvil para la realización de la que, según él, fue la ‘Marcha cannabica’ que se llevó a cabo en la Plaza de Bolívar el pasado 4 de mayo.

En esa misma jornada se realizó una caminata por la vida con el apoyo de la Alcaldía.

Según señala el concejal, en ese evento “de manera irresponsable y sin controles efectivos, se infringieron los artículos 44 y 49 de la Constitución Política y el Código de la Infancia y la Adolescencia, que regulan y sancionan el consumo de la marihuana en lugares públicos, abiertos o frente a menores de edad”.

Con su vibrato de predicador, el concejal sostuvo este domingo, en un debate contra el director de Idartes, Santiago Trujillo, que “(…) no me iba a imaginar que ustedes (Idartes) habían autorizado una marcha para que centenares de muchachos y muchachas y mayores viciosos y viciosas, consumieran marihuana a la lata en la Plaza de Bolívar con su autorización”. Además, tildó de cómplice a la entidad del Distrito.

El cabildante aseguró que ese día los bienes públicos fueron utilizados para la que “muchachada” fumara marihuana y afirmó que lo que está destinado a la promoción del arte no puede estarlo para el consumo de esa hierba. “A usted ahí se le ‘chispoteó’”, le dijo a Trujillo. “¿Cuál es el afán de legitimar el consumo de marihuana en Bogotá?”, se preguntó Ramírez.

“Creo que el concejal está más preocupado de perseguir a los pecadores que de perdonarlos”, contestó Trujillo a Semana.com. (Vea la entrevista abajo)

Las peripecias de Marco Fidel

Marco Fidel Ramírez, quien se hizo conocer en primera instancia como pastor de la congregación Iglesia Familiar Internacional, desde la que señala que se dedica a promover “los principios y los valores cristianos”, fue noticia en abril del año pasado por cuenta de un supuesto plagio en una ponencia que proyectaba la creación de la Secretaría de Seguridad.

Luego, hace algunos meses, buscó llamar la atención del procurador Ordóñez, con su apoyo en el tema del aborto. El jefe del Ministerio Público-quien para la época buscaba la reelección- logró el insospechado apoyo de Ramírez cuando este se mezcló entre opositores a Ordóñez y, con pancarta en mano, dijo que apoyaba “incondicionalmente la posición del procurador, es un hombre que defiende la vida, defiende la dignidad humana”.

Más tarde, el concejal volvió a la carga y sostuvo un fuerte enfrentamiento con las directivas del Canal Capital por el hecho de haberle abierto un espacio a la comunidad LGBTI en su parrilla de programación con el magazin dominical El Sofá. Por ese episodio está denunciado ante la Procuraduría y la Fiscalía por discriminación.

No conforme con esa polémica, Marco Fidel la emprendió recientemente contra la revista SoHo (que pertenece a Publicaciones Semana), a la que le tiene preparado un nuevo debate en el cabildo por considerar que en sus vallas publicitarias aparecen –fiel al estilo de la publicación- mujeres con más piel y menos ropa.

Según su denuncia, la publicación lesiona la integridad del ser humano, especialmente el de los menores. El 19 de julio pasado presentó una proposición en la que citó a varias Secretarías del gobierno de Petro para que explicaran los alcances de la exposición de esas vallas en Bogotá.

Para ello preparó un cuestionario con el que pretende que le respondan si hay soportes legales para la ubicación de los avisos, quién autorizó ponerlos y cuántas personas pasan por los sitios donde estaban expuestos. Pide, además, explicaciones sobre cuáles son los efectos sicológicos para un niño que se ve expuesto a material “morboso o pornográfico”, entre otras preguntas.

El debate seguramente tendrá lugar en los próximos días, pero es indudable que causará polémica porque se trata de una discusión que, sin lugar a dudas y a pesar de sus posiciones, tendrá que ver también con la libre expresión.

¿Qué dice IDARTES?

El director de esta entidad, Santiago Trujillo, respondió en Semana.com algunos de los cuestionamientos que le hizo el concejal.

Semana.com: ¿Qué fue lo que ocurrió el día 4 de mayo, que el concejal ha llamado marcha Canábica?

Santiago Trujillo: La marcha del 4 de mayo no fue convocada, ni organizada por Idartes, que se limitó a prestar el escenario móvil para la presentación artística de varias agrupaciones musicales  y que gozaba del derecho constitucional a la libre expresión.

Semana.com: Idartes, como dijo el concejal, ¿facilitó los bienes públicos para promover el consumo de marihuana?

S. T.: El escenario móvil de IDARTES es un equipamiento público que presta servicios a la comunidad artística de la ciudad y promueve la expresión de las libertades creativas de los ciudadanos, y especialmente, de los artistas.

Idartes no es autoridad de policía y no puede controlar el comportamiento de los ciudadanos en una marcha, de igual forma, tampoco somos un ente de censura, ni nos interesa serlo. Respetamos y fomentamos el derecho que tienen el arte y los artistas, a cuestionar, transformar, resignificar e incluso, disentir en un marco de autoregulación y responsabilidad.   

Semana.com: ¿Qué hay detrás de la denuncia del concejal?

S. T.:
El concejal Ramírez esta más preocupado por perseguir pecadores que por perdonarlos. Yo le diría que esto no es un tema de buenos y malos, de viciosos o delincuentes. El problema del consumo se debe abordar como un tema de salud pública y de educación, en el que los valores constitucionales que el concejal desestima, como el libre desarrollo de la personalidad o la libertad de expresión y de creación, tienen un espacio necesario.