Venezuela: Guerra fría del siglo XXI

En el foro ‘¿Qué va a pasar en Venezuela?’ en el que participaron políticos, funcionarios colombianos, el embajador interino de Venezuela en Colombia, académicos y economistas  reflexionaron sobre la situación de ese país. 

La discusión se centró, entre otros puntos, en la necesidad de invertir el tablero en el juego geopolítico. Para lograr que el régimen de Maduro entregue el poder y empezar la recuperación del país, es necesario que China y Rusia se pongan del lado de la transición. Como dijo la vicepresidenta de la República, Marta Lucía Ramírez, “en la medida en que el régimen se siga sintiendo apoyado por estos dos estados, va a llegar al extremo para mantenerse en el poder. Ya hemos visto prácticamente un genocidio, al no permitir que su pueblo reciba cosas tan básicas como alimentos y medicinas”.

El gobierno interino de Juan Guaidó tiene consciencia de ello. De hecho, su embajador en Colombia, Humberto Calderón Berti, explicó que no hay ninguna animadversión con los chinos y los rusos. Más bien un intento por establecer con ellos relaciones que les permitan comprender que Maduro no salvaguarda sus intereses.

“Nosotros no tenemos ningún inconveniente para tener relaciones con China y Rusia. Los negocios pueden continuar. Queremos buenas relaciones con todo el mundo; de respeto, cordialidad, comercio, pero que nos dejen a nosotros recuperar el país y tener un gobierno democrático”, explicó Calderón Berti.

En ese proceso de establecer relaciones hay un elemento adicional: la deuda. De acuerdo con Rafael de la Cruz, gerente general para la Región Andina del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la deuda de Venezuela alcanza el 150 por ciento del tamaño de su economía, y los principales acreedores son estos dos países asiáticos.

Por eso, el presidente Guaidó ha encargado a un equipo de entablar conversaciones con los gobiernos de China y Rusia. Lo encabezaría Ricardo Hausmann, profesor de la Universidad de Harvard y recientemente nombrado gobernador de Venezuela ante el BID por Guaidó. El equipo deberá explicar a los acreedores internacionales que Venezuela eventualmente honrará su deuda.

En esa negociación, Estados Unidos puede jugar un papel trascendental. Francesca Ramos, directora del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, aseguró que el hecho de que el tema se discuta en el escenario internacional debe llevar a un proceso de negociación con actores de peso que incluyen no solo a China y Rusia, sino también a Cuba y Estados Unidos.

“Si Rusia y China entienden esto podrán darse cuenta de que nosotros les damos mayores garantías y, además, que podrán participar de una manera muy interesante en la recuperación del país, como lo harían muchos”, concluyó el embajador Calderón Berti.

LAA ECONOMÍA DE LA RECUPERACIÓN 

Durante el encuentro tuvo lugar un panel denominado ‘Oportunidades y desafíos para la reconstrucción de Venezuela’. Hausmann, también director del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, explicó las razones que han llevado a la crisis de Venezuela y las acciones más inmediatas que debería adelantar el nuevo gobierno una vez caiga el régimen de Maduro.

El economista esbozó, entre otras causas, la eliminación de los derechos económicos y de propiedad de los venezolanos y los inversionistas; la escasez de divisas, producto de la destrucción de la industria petrolera que ha llevado además a un sobreendeudamiento; y la incapacidad del Estado para proveer servicios básicos como seguridad, salud, energía y agua potable.

Para resolver esto, Hausmann y su equipo diseñaron el Plan País, que en las últimas semanas Guaidó presentó como el camino para la recuperación. Este incluye estabilizar la economía, atender la emergencia humanitaria, reactivar la industria petrolera, garantizar el acceso universal a servicios públicos, mejorar la seguridad ciudadana y generar confianza y seguridad jurídica.

Queda a la vista entonces la necesidad de restablecer la capacidad y el aparato productivo. La inversión extranjera será determinante en ese proceso y, de hecho, cada vez más voces empiezan a reconocer la gran oportunidad que podría tener Colombia.

Bruce Mac Master, presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), aseguró que históricamente los colombianos han conocido el mercado venezolano, en especial las grandes superficies, el sector transportador y las fábricas. Podrían utilizar ese conocimiento para potencializar las relaciones comerciales de ambas naciones.

“No vemos a Venezuela solo como una oportunidad, sino como un actor para ayudar a la recuperación. Así, cuando Venezuela se recupere, ambos países tendremos una verdadera integración”, explicó Mac Master.

Los empresarios colombianos podrían jugar en el sector de la salud. De acuerdo con Rafael de la Cruz, actualmente el 80 por ciento de los hospitales de Venezuela carecen de medicamentos y además el país cuenta con poca capacidad instalada. Si el primer frente es la protección social, el conocimiento y el sector productivo colombiano pueden ayudar mucho. 

INTERVENCIONES RELEVANTES DURANTE EL FORO:

“Sobre el tema de migración hemos venido trabajando en un proyecto de empleabilidad y emprendimiento junto con Fupad y PNUD. Estamos incluyendo diferentes temas en el PND y estudiando la convalidación de títulos”. Felipe Muñoz, gerente de la frontera con Venezuela de la Presidencia de la República.

“Hoy la frontera está fracturada como nunca antes. Tiene muy altas dosis de tensión, justamente porque no hay canales de comunicación entre los gobiernos, por la presencia del crimen organizado y por la movilidad histórica y permanente que hoy se ve obligada a pasar por las trochas que son de alto riesgo”. Francesca Ramos, directora del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario.

“La prioridad debe ser evitar a todo costo un conflicto civil en Venezuela. Las posibilidades de que esto suceda no son pocas. De este ambiente se aprovecharían los grupos de crimen organizado: a través de la violencia buscarán proteger y hacer crecer su negocio”. Jeremy McDermott, director ejecutivo y cofundador de InSight Crime.

“Colombia privilegiará la acción multilateral y colectiva. Por eso el cerco diplomático es fundamental. La situación a la que nos hemos enfrentado para apoyar el retorno de la democracia permite avanzar a la gobernanza global en materia de migraciones y la reivindicación del régimen democrático interamericano”. Andrés Molano, asesor de despacho del ministro de Relaciones Exteriores.

“La libertad de Venezuela se va a dar en 2019, no tengo duda de eso, pero la integración de Colombia y Venezuela tiene que darse durante décadas para alcanzar el desarrollo, el progreso y la democracia juntos”. Gaby Arellano, diputada de la Asamblea Nacional de Venezuela.

“Para recuperar Venezuela, hay que retornar los derechos económicos y a quienes quieren tener actividad en el país. Este retorno puede verse de manera positiva, pues permitirá empoderar a la sociedad para generar mayores ingresos”.Ricardo Hausmann, profesor de la Universidad de Harvard y gobernador de Venezuela ante el BID.

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