SEMANA: ¿Qué lo trae a Colombia?
RAJIV SHAH: Explorar distintas fórmulas de cómo puede Estados Unidos, a través de Usaid, ayudar y ser un socio en el contexto del proceso de paz. Tenemos la misión de llegar a las comunidades más vulnerables, sean rurales, afrocolombianos o excombatientes desmovilizados, para que a ellos también les llegue la “prosperidad compartida.”
SEMANA: ¿Cuáles han sido las primeras impresiones de su viaje?
R. S.: Gracias a la sólida relación que los países han tenido a través de Plan Colombia, siento que se han generado resultados increíbles para las inversiones de Estados Unidos en colaboración con Colombia. Existen resultados concretos de nuestros programas en más de 40 municipios. Hemos creado oportunidades económicas, construido escuelas, centros de salud y vías. También hemos logrado capacitar a cientos de afrocolombianos con compañías asociadas, y hemos sido clave para la estructuración y crecimiento y del proceso de reintegración.
SEMANA: Después de su reunión con el presidente Santos, usted salió optimista sobre el proceso de paz. ¿Por qué?
R. S.: Reconozco que han logrado bastante progreso. Han reducido el número de combatientes de 20.000 a 8.000. Por otro lado, es un proceso claro con una agenda acordada y enfocada. Solo el hecho de que el primer punto sea el desarrollo rural y las oportunidades agrícolas para las comunidades que han sido víctimas es buen síntoma. Siento que ambos lados están centrados en los problemas correctos, siento que hay un deseo real de ambas partes de lograr no solo el éxito en este proceso de paz, sino también la aspiración de ampliar el alcance de la economía nacional para incluir a quienes han sido marginados.
SEMANA: Si se firma un acuerdo de paz, ¿qué tipo de cooperación puede esperar Colombia de Estados Unidos?
R. S.: Hemos sido un socio muy fuerte en la última década y Colombia puede esperar la misma fortaleza en la relación. Redoblaremos nuestros esfuerzos para concretar alianzas con compañías privadas, fundaciones y organizaciones de la sociedad civil. Colombia tiene tanta riqueza en instituciones y líderes que creo que podemos ampliar ese tipo de alianzas y, al hacerlo, obtener aún mejores resultados.
SEMANA:¿Qué programas concretos estarían dispuestos a financiar o apoyar?
R. S.: Estuve en Sucre en un evento de restitución y titulación de tierras y creo que lo que vimos allí es la base de una estrategia integral para el desarrollo rural. Ya tenemos alianzas público-privadas a pequeña escala con empresas agrícolas o empresas de productos lácteos en varios municipios. Seguramente ampliaremos estos esfuerzos para trabajar con compañías más grandes para llegarle a más gente. Hemos introducido un programa para facilitar el acceso a créditos y también buscaremos ampliarlo.
Por otro lado, creemos que si el proceso de paz llega a buen término, el esfuerzo para reintegrar a los excombatientes desmovilizados probablemente crecerá dramáticamente y estamos dispuestos a aportar nuestra experiencia y conocimiento técnico. En casi todos los temas estamos dispuestos a desempeñar un papel importante y vamos a hacer lo que se nos pida, como buenos socios.
SEMANA:¿Qué significa para usted que el tema agrícola sea el primer punto en la agenda con las Farc?
R. S.: Me sorprende gratamente que el primer punto de conversación, y el más intenso, sea sobre agricultura y desarrollo rural. No hay duda de que será un tema crucial, pues a través de este Colombia tiene la oportunidad de compartir su prosperidad con la comunidad rural.
Por esto el esfuerzo para que la gente tenga títulos de propiedad y acceso a créditos y subsidios, para que así aumenten su productividad. La inversión privada en la agricultura será fundamental para garantizar este tipo de crecimiento, al igual que una inversión pública prolongada para la construcción de caminos rurales e infraestructura comercial, por ejemplo. Mi mensaje sería, si hay paz, la próxima gran oportunidad para Colombia sería la inclusión del sector rural al crecimiento y la prosperidad que esta experimentado el país.
SEMANA: En los últimos años, los recursos provenientes de Estados Unidos, además del Plan Colombia, han disminuido y el enfoque ha cambiado. ¿Cuál es el panorama actual de cooperación?
R. S.: Nuestro enfoque actualmente es construir alianzas donde jugamos un rol catalítico en vez de tratar de decir ‘tenemos una visión única y debemos pagar y proporcionar servicios directos.’ Con la ayuda del gobierno hemos estructurado la unidad de restitución de tierras, un gran ejemplo del tipo de rol que debemos jugar, pues el liderazgo depende de las instituciones colombianas. Lo mismo ocurre en la reinserción, aportamos conocimientos técnicos de otras partes del mundo, incluso trajimos un sistema de datos de gran tecnología, pero en última instancia el liderazgo y la inversión crucial viene del gobierno colombiano.
SEMANA: En otras palabras, ¿una cooperación que en su momento estaba en gran parte dedicada a la ayuda militar y a la guerra contra las drogas, ahora se destina a la prosperidad?
R. S.: Yo diría que es un esfuerzo para ser socios en algo que llamo ‘prosperidad compartida’. Una novedad importantísima es que cada vez más el gobierno colombiana está asumiendo el control y la financiación de sus propias actividades. Por ejemplo, empezamos financiando el 100 por ciento de la Casa de Justicia, el sistema de alertas tempranas y la protección de los defensores de derechos humanos. Ahora, son casi en su totalidad financiados por Colombia. Ese es el modelo ideal, el proceso de colombianización de los programas.
SEMANA: En la reunión con el presidente Santos, lo acompañaron Paula Gaviria y Bruce MacMaster. ¿Se podría decir que las víctimas y la pobreza son las nuevas prioridades?
R. S.: Por supuesto. Queremos responder a las prioridades del gobierno colombiano, y esos son los principales motores del proceso de paz. También discutimos la necesidad de una mayor inversión en el sector agrícola y el deseo de implementar el nuevo modelo de liderazgo colombiano en estos programas.
SEMANA: Al presidente Obama le han criticado su distancia hacia América Latina. ¿Comparte esta apreciación?
R. S.: Nuestra administración cree que América Latina, al estar en nuestro hemisferio, es esencial para nuestra prosperidad y que compartimos los mismos desafíos. Por esto los viajes constantes del presidente Obama a la región y la iniciativa para lograr un verdadero intercambio de estudiantes. Pero sobre todo es muy diciente que a pesar de una difícil coyuntura económica, hayamos mantenido y en muchos casos aumentado nuestra inversión en algunos países. También decidimos apoyar grandes esfuerzos, como el proceso de paz aquí y la reconstrucción en Haití. Nuestro compromiso seguirá.