En menos de cinco meses, el mundo académico en Medellín se ha estremecido en dos ocasiones por supuestas compras de notas y exámenes por parte de estudiantes.
En la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB), en Medellín, se denunció que algunos estudiantes pagaban hasta un millón de pesos para modificar calificaciones y, en Eafit, fueron expulsados temporalmente 40 estudiantes por plagiar las notas del examen de inglés requerido para graduarse.
Ahora, en el centro del huracán, está la sede Medellín de la Universidad Nacional, una de las mejores instituciones educativas del país. Al iniciar este año, se despertó una polémica que, de comprobarse, sería todavía más grave y delicada: un profesor adscrito al departamento de Ciencia Política está acusado de plagiar a sus colegas y a sus propios pupilos. William Ortiz, quien fuera vicedecano de Investigaciones y Extensión de la UN entre el 2010 y el 2012, tiene una investigación en curso en la Comisión de Asuntos Disciplinarios de la universidad.
Los hechos se refieren a una posible copia de información por su parte en un artículo que publicó en la revista Analecta Política, de la UPB. Al conocer el texto, el profesor argentino Germán Pérez denunció que en la publicación de Ortiz había frases e ideas suyas. El texto fue retirado de la página web de la revista.
William Ortiz tuvo que retractarse y aceptó que ‘Un concepto en divergencia. Ejes de un debate teórico acerca de los movimientos sociales en Latinoamérica’ no era de su autoría. Sin embargo, sostuvo que su error fue delegar el trabajo.
“Ofrezco disculpas al autor del mismo por haber caído en un error y permitir mala manipulación de la información del ensayo de otras personas”,
indica Ortiz.
En entrevista con Semana.com, el profesor explica que la revista Analecta Política no publicó todo el relato de los hechos y que no fue notificado de que la retractación se publicaría en internet.
Según Ortiz, lo que realmente sucedió fue que los estudiantes que trabajan con él en un grupo de investigación que dirige hicieron el plagio, luego de que él les facilitara un CD con ponencias del coloquio en Argentina en el que participó Pérez. “(Los estudiantes) pasaron a fichas bibliográficas el ensayo del docente tal cual, sin respetar derechos de autor”, sostiene el docente en una
carta que envió a este portal web.
Más señalamientos
Aunque la retractación de Ortiz se hizo en septiembre del año pasado, sólo se conoció en la Universidad Nacional de Medellín hace menos de un mes. Esto ha generado, no sólo un comprensible escándalo, sino otra denuncia. Ana María Restrepo, antigua estudiante de Ortiz del pregrado en Ciencia Política, alega que el profesor publicó un artículo plagiando su trabajo de grado de maestría en Estudios Humanísticos en Eafit.
Ana María Restrepo envió una carta a la revista
Reflexión Política de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, donde Ortiz publicó el artículo en el que, según ella, plagia “apartados textuales e ideas propias” de su trabajo de grado,
publicado en el 2011. El texto de Ortiz fue publicado en diciembre del 2013.
Al conocer la denuncia, el profesor le envió un correo a su antigua estudiante en el que le pedía disculpas. Restrepo le facilitó el mensaje a Semana.com. En él, Ortiz escribe: “hubo un error de mi parte al enviar un artículo que era tuyo. Además, porque hice una revisión con mi asistente del caso y resulta que se tomaron tu propuesta y la publicaron […] Yo sé que mi vida, ya va en camino a algo inimaginable pero quiero que me escuches y hablemos […] Dame la oportunidad de hablarte...te lo pido de todo corazón”.
“Me enviaba trabajos de sus estudiantes”
Ana María Rodríguez es una egresada del pregrado de Historia de la misma facultad en la que dicta clases Ortiz. En el 2007, trabajó con él durante la acreditación del pregrado en Ciencia Política. Para entonces, el docente era el coordinador encargado de la carrera y Rodríguez, una auxiliar.
Ella dice que una vez terminó sus labores respectivas a la acreditación, siguió trabajando con Ortiz. “Él me dijo que le ayudara con la redacción de un documento, que me enviaría unos textos y que yo tenía que ordenarlos y hacer de todos ellos un solo artículo publicable que, obviamente, estaría a su nombre”, relató Rodríguez. Pero los artículos que le envió el docente, estaban firmados por estudiantes. “Ni siquiera se tomó el trabajo de quitarles las portadas. Tenían nombres, el de la materia incluso”.
Al final, ella le pidió que le firmara el comprobante del trabajo realizado pero Ortiz le dijo que había que mejorarlo para que fuera publicable. Ana María no trabajó más con él y desconoce en qué terminó el asunto.
Ortiz sostiene que nunca la contrató para que escribiera artículos o para que fuera su auxiliar y que el único vínculo que tuvo con ella fue recibirle los informes sobre la acreditación.
Semana.com tuvo acceso a un correo electrónico en el que la estudiante le enviaba al docente un artículo sobre ciudadanía que, según ella, le había pedido el docente. Este sería uno de los resultados en su labor de compilación de artículos de estudiantes.
Ortiz dijo a Semana.com que no recordaba bien los hechos porque habían sucedido hace muchos años pero que “quizá buscaba su visión como historiadora” sobre un proyecto que él dirigía en un grupo de investigación de la Universidad Autónoma Latinoamericana. “Jamás para que me hiciera artículos. Jamás fue mi auxiliar”, aclaró.
La investigación al docente
Hoy la Comisión de Asuntos Disciplinarios del Personal Docente de la UN investiga a William Ortiz por las denuncias de plagio al argentino Germán Pérez y a Ana María Restrepo.
Un grupo anónimo, que se hace llamar Ciudadana Preocupada, ha enviado correos electrónicos a la Comisión alegando que el docente ha plagiado apartes o ideas en nueve de sus textos. En los correos, el grupo anónimo incluye citas de artículos de Ortiz y pasajes de publicaciones de textos publicados por académicos en revistas de la Universidad Complutense de Madrid, la de Ottawa e incluso de colegas de la Universidad Nacional de Medellín, entre otros casos.
“El profesor tiene un pésimo prestigio en la Facultad de Ciencias Humanas, pero nadie se atreve a enfrentarlo (nosotras tampoco)”, dijo el grupo –que no quiso identificarse– en un cruce de correos electrónicos con Semana.com.
Reacciones: la oficial y la indignada
El tema todavía no ha sido debatido en profundidad, en parte, porque los estudiantes regresan de vacaciones este 17 de febrero. Hasta ahora, los pronunciamientos oficiales han sido del claustro de profesores del pregrado en Historia, del Consejo de Facultad y de los docentes de la Facultad. El primero hablaba de la necesidad de respetar los derechos de autor, sin mencionar el caso de Ortiz; el segundo notificaba que se abría la investigación y que esta tendría las pruebas enviadas por Ciudadana Preocupada y Ana María Restrepo; el tercero fue enfático en que confían en los organismos competentes y que este hecho no debe opacar toda la labor académica positiva que realiza la universidad (ver
todos los comunicados hasta ahora publicados).
Yobenj Chicangana, decano de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la UN en Medellín, dijo a Semana.com: “Casi nunca se destacan los logros de la universidad sino estas cosas que suceden y que se debe tener en cuenta que son individuales. No es la institución”.
Otra cosa opina el profesor titular de Ciencia Política Édgar Ramírez quien sostiene que, si se comprueba el presunto plagio, no sólo habría un efecto de carácter personal respecto al docente sino en toda la institución.
Chicangana sostiene que a ellos, como instancia académica, no les compete opinar sobre los docentes ni en este ni en ningún caso. Agrega que esa es la labor de la comisión y que su papel como facultad es incentivar los valores, dialogar sobre prácticas indebidas en general y respetar el debido proceso.
Otro de los estamentos que se pronunció fueron los egresados. Algunos de los antiguos estudiantes de la facultad, congregados en un grupo de Facebook, enviaron un comunicado en el que se muestran en contra de “una serie de prácticas que se han venido presentando en la Facultad”.
“Este no es un hecho aislado, es síntoma de una crisis en la ética profesional y en el quehacer de las humanidades en este entorno académico y social […] se puede asociar a las lógicas económicas que permean nuestras universidades, todo ello en detrimento de un proyecto académico comprometido más allá de los estímulos salariales que representan, por ejemplo, las publicaciones y los respectivos puntos que generan en el escalafón docente”, señala
el comunicado.
Como en todas las universidades del mundo, las publicaciones dan a los profesores puntos que les representan ventajas salariales y prestigio académico.
El caso es que en la Nacional en Medellín, la investigación a William Ortiz ha despertado toda una polémica. “Hicieron de mí el adalid de la contra-ética y la moral”, asegura el docente.
“Yo quisiera que aquellos estudiantes que se han interesado en el caso mío se metan también a ver quién más tiene plagios porque a eso es que lleva. No podemos arremeter todo contra una persona como si acá fuera lo más sano, que miren a todo el mundo”, expresó Ortiz a Semana.com.
Si bien la última palabra en este debate la tendrá la comisión investigadora, se espera que el debate aumente cuando la universidad retome completamente sus actividades en unos cuantos días, con la entrada de los estudiantes. La facultad tiene preparada una campaña para promover el respeto a los derechos de autor. Y, entretanto, y hasta que la comisión llegue a una decisión, William Ortiz seguirá dictando clases en el departamento de Ciencia Política.