Nación
Mujer viaja desde Argentina para encontrar a su hijo, que sufre de esquizofrenia, en Medellín; así fue el drama que vivió
Su hijo tiene 28 años y sufre de esquizofrenia.
El pasado 11 de enero, Leticia Noemí Martino recibió una foto de su hijo, donde se le ve tirado en las calles de Medellín durmiendo y en deplorable estado, razón por la cual decidió emprender un viaje desde Córdoba, Argentina, a Colombia.
El hijo, identificado como Nahuel Tabaré Abud Martino, viajó desde su país hasta Centroamérica, pero no llegó a su destino, motivo por el cual Noemí pensó que estaba muerto. Asimismo, indicó que cuando se encontraba realizando los documentos del deceso de Nahuel la contactaron de nuevo para confirmar que su hijo, de 28 años y que padece de esquizofrenia, estaba vivo.
“Luego de una paliza callejera severa y de una internación en estado de coma, lo habían salvado. Dado su cuadro, Nahuel no deja ayudarse si no es por mí, y por ello vive ahora en situación de calle y sin tratamiento”, manifestó la madre, en su momento, a través de una petición en Change.
Además, agregó que “lo atendieron hidratándolo y le ofrecieron internarlo nuevamente para estabilizarlo, pero Nahuel se ha negado. Por su enfermedad, está muy asustado y deprimido”.
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Leticia tomó la decisión de viajar el pasado 4 de febrero por tierra, debido a la escases de dinero. La primera parada fue La Paz, de ahí consiguió tiquete a Bogotá, para luego llegar a Medellín.
Al momento de llegar a la capital de Antioquia, se encontró con Jurani Tavares, funcionaria de la Alcaldía, la cual le avisó el paradero de su hijo. Con ayuda de las autoridades y demás habitantes de calle lograron dar con su paradero.
El drama que vive la familia de Karen González tras su asesinato en Arauca
La familia de Karen Yessenia González Fuentes, una mujer de 33 años, quien fue asesinada el año pasado en el departamento de Arauca, está viviendo una pesadilla que parece ser no tiene fin, pues a su ser querido le han profanado su tumba tres veces.
Esta víctima, de profesión odontóloga y madre de dos hijos (6 y 16 años), fue atacada a la bala el pasado 10 de marzo de 2022, mientras se movilizaba junto con su esposo en una motocicleta en el municipio de Saravena.
Esta mujer iba como parrillera y recibió tres disparos en su espalda y tórax, mano derecha y pierna izquierda ocasionándole la muerte, donde hasta la fecha no se tiene respuesta de los homicidas; sin embargo, la siguen atacando aun estando sin vida.
Pues pese a que su familia continúa promoviendo marchas en todo el territorio para que se haga justicia y capturen a los responsables de este hecho, sus presuntos asesinos no han dejado descansar el cuerpo de Karen Yessenia en paz.
De acuerdo con sus familiares, tras 11 meses del fallecimiento de esta mujer, hasta la fecha han profanado en tres ocasiones la tumba donde se encuentran sus restos, donde el más reciente ocurrió hace menos de dos semanas.
El primer ataque ocurrió el 15 de octubre, donde desconocidos partieron el vidrio que está sobre la lápida en el que se visualiza el rostro de Karen Yessenia. Seguido a eso, el 18 del mismo mes y el 29 de enero de 2023 fueron las últimas dos veces, donde no solo dañaron la parte externa, sino que abrieron el ataúd.
“Extrajeron algunos de los huesos de los pies para proceder a realizar lo que, al parecer, podría ser un ritual de brujería, desconociendo el por qué y para qué ¿Y saben qué es lo más doloroso?, que los asesinos no solo profanaron su tumba en tres ocasiones, sino que en la última vez dejaron una especie de “regalo” que decía “con cariño”… se siguen burlando del dolor de la familia”, denunció una amiga, a través de Twitter.
Además, esta persona mencionó que la Fiscalía General de la Nación, quien fue avisada sobre este delito y tiene conocimiento del caso, no se habría pronunciado al respecto, dejando varios interrogantes para familiares de Karen.
Ante estas profanaciones a la tumba de Karen Yessenia, donde su cuerpo reposaba en un restero, sus familiares tuvieron que trasladar el féretro a un lugar secreto y enterrarla a tres metros de profundidad, para así finalmente dejarla en paz.