HUELGA-

Que no les piquen más caña

Detrás del conflicto entre miles de cortadores de caña que exigen mejores condiciones laborales y los grandes ingenios azucareros que dicen que el problema no es de ellos, hay una realidad poco vista. Semana.com retrata la vida de un cortero que decidió entrar a la huelga.

Luis Angel Murcia, corresponsal de Semana en Cali
24 de septiembre de 2008
Miles de cortadores de caña exigen mejores condiciones laborales.

Hermes Yanilo Moreno es uno de esos negros hechos para el trabajo duro. Tiene manos grandes, barba juvenil y sonrisa destentada. El sol se incrustó en su piel y de tajo borró las arrugas de sus 56 años de edad.

En 1971 llegó al Valle del Cauca, proveniente de Sipí Chocó, su tierra natal, para trabajar en uno de los catorce ingenios azucareros de la región. Desde entonces su mano derecha no se separa de la bamba ´machete´ con la que ha destajado cientos de hectáreas sembradas con caña. La sonrisa dibujada en su rostro se desvanece cuando recuerda que después de tres décadas de ´chupar´ sol y cortar tallos, no tiene en qué caer muerto. ´Ni un rancho para dejarle a mis hijos´, dijo a Semana.com.

Su nostalgia y preocupación no son gratuitas. Hermes trabaja diariamente un promedio de doce horas en el ingenio Manuelita, muy cerca de Palmira, Valle. Ese ingenio se suma a los trece existentes no sólo en el Valle sino también en Cauca y Risaralda. Se calcula que en esas empresas laboran 12.500 corteros de caña, de los cuales 9.500 están contratados mediante 102 Cooperativas de Trabajo Asociado, CTA. Estar vinculado a los ingenios directamente como empleado es un privilegio que sólo 485 corteros saborean; pero Hermes pese a ser veterano en el gremio no hace parte de ese grupo selecto.

Hoy la huelga de corteros de caña cumple diez días y se calcula que el paro ha impedido que el sector facture un promedio de cuatro mil millones de pesos diarios en azúcar y etanol.

Como si fuera poco, el ajuste de 100 pesos aplicado al galón de gasolina por cuenta de la escasez de etanol, coincidirá con el alza que cada mes realiza el Gobierno Nacional, tal como lo anticipó Jorge Bendeck, director ejecutivo de la Federación Nacional de Biocombustibles. El inventario de la mezcla se acabó desde el lunes pasado.

El problema de estos obreros si bien no es nuevo, se agudizó en 2005 cuando tras otra huelga fueron convencidos por los empresarios del sector azucarero, de agruparse en cooperativas. Antes de ese año la vinculación laboral se hacia mediante intermediarios cuyo tratamiento se fue debilitando hasta que desembocó en la protesta de entonces. A partir de esa fecha muchas cosas cambiaron pero no mejoraron los salarios.

El precio por sentirse asociados de su empresa se vio reflejado en los desprendibles de pago. No trabajan por jornada laboral, sino por producción. A ello se sumó que para recibir primas, vacaciones y dotaciones deben cubrirlas mediante aportes quincenales que les descuentan del sueldo. Ni hablar de las incapacidades laborales. En términos matemáticos el esquema es simple y desconcertante; por cada tonelada de caña que cortan les pagan 8.959 pesos, pero la cooperativa les deduce 3.221 para cubrir los parafiscales y otros menesteres.

Hermes es un negro curtido en el arte del machete y pese a ello sólo logra sacar un promedio de dos toneladas y media de caña diaria en las doce horas que trabaja, los más jóvenes cortan en promedio cuatro toneladas. Esto quiere decir que en un día puede ganar en promedio 14.345 pesos libres, osea 430.350 pesos al mes. El pasado 15 de septiembre recibió una quincena de 238.000 pesos y al finalizar agosto su sueldo fue similar. Con ese dinero debe pagar 180.000 pesos de arriendo, 80.000 pesos de servicios y mercar para sostener a dos de sus seis hijos, su esposa y la suegra. El lujo más sobresaliente en su casa es un televisor marca Osaka, doble perilla, de catorce pulgadas.

Lo que piden
Jose Valencia, vocero de los corteros aglutinados a través del Movimiento 14 de Junio, asegura que el perfil económico de Hermes, es una copia del estilo de vida de la gran mayoría de los trabajadores aglutinados en las cooperativas.

Advierte, que esa situación los llevó a exigir por las vías de hecho, el mejoramiento de su situación de trabajo y entre las peticiones que hacen a los ingenios está la vinculación laboral directa y el cese del proceso de mecanización del sistema de corte, entre otros. Se calcula que hoy las máquinas realizan el 45% del proceso de corte de caña. “Si logramos que nos contraten directamente, resolvemos los demás problemas derivados del cooperativismo como primas, vacaciones, incapacidades y jornadas laborales de ocho horas”, explicó.

Sin embargo, para Luis Fernando Londoño, presidente de Asocaña, entidad que agremia a todos los ingenios, el tema ni siquiera merece ser discutido, pues “los corteros son empleados de las cooperativas y no de los ingenios”.

Londoño advierte que la protesta es ilegal y arbitraria ya que impide el funcionamiento de las fábricas y destilerías que nada tiene que ver con la actividad de corte. Para el gremio es claro que quienes ganan poco son aquellos corteros que trabajan poco y sustentan esa tesis en un estudio pedido por el Gobierno a la firma Deloitte, en la que se concluye que el esquema de cooperativismo funciona bien y los trabajadores cumplen jornadas promedio de ocho horas.

En medio de ese nudo laboral quedaron los colombianos que poseen o usan los carros que consumen diariamente 70.000 barriles de gasolina. Como el millón de litros diarios de etanol que se le mezcla al 70% de esa gasolina lo producen cinco ingenios azucareros, de los cuales cuatro de ellos están afectados por la huelga.

A este paro se suma otro hecho bien particular: Las marchas de los sindicatos de empleados de los ingenios, quienes exigen que los dejen trabajar. Hay que aclarar que esos empleados sindicalizados gozan de contratos con vinculación laboral directa.

Si a todos esos elementos le agregamos que ayer el ministro de Protección Social, Diego Palacios, expresó desde la sede de Asocaña en Cali, que tras el paro hay fuerzas oscuras que están utilizando a los corteros, sin duda la protesta lejos de acabar pereciera que apenas comienza pues de manera irónica lo que el Gobierno discute actualmente no son las condiciones laborales de estas personas, sino la legalidad de la huelga.

Ingenios azucareros en Colombia

Risaralda:
Ingenio Risaralda

Cauca :
Incauca en huelga
Providencia en huelga

Valle:
Cabaña
Carmelita
Manuelita en huelga
María Luisa en huelga
Mayagüez en huelga
Pichichí en huelga
San Carlos
Sicarare
Castilla en huelga
Río Paila
Tumaco en huelga