Discriminación por raza en bares de Bogotá
En Colombia, muchos restaurantes, tiendas y negocios tienen un aviso que dice: "Nos reservamos el derecho de admisión". Otros, aunque no tienen ese letrero, también lo aplican. Se trata de una reserva tan amplia, que muchísimos clientes podrían ser rechazados.
En abril pasado, en una misma noche tres parejas de jóvenes de raza negra intentaron ingresar a tres conocidas discotecas de la Zona Rosa, en el norte de la capital colombiana, pero no lo lograron y alegan que todo se debió al color de su piel.
Las parejas aseguran que los porteros y administradores de los bares inventaron excusas para no dejarlos ingresar: les exigieron el pago de entradas que no les cobraban a personas de otras razas o alegaron la realización de fiestas privadas.
Dos estudiantes de raza blanca que acompañaban a los afrocolombianos regresaron a uno de los sitios y entraron sin ser obligados a pagar.
"Uno de los estudiantes le preguntó al administrador por qué ellos no pagaban y nosotros sí, y el hombre le dijo que era un problema de mercado, pues les interesaba cierto tipo de clientes", le relató a BBC Mundo Edna Yiced Ramírez, una de las mujeres de raza negra del grupo.
Recurso de amparo
Ahora, seis meses después, la Corte Suprema de Justicia les concedió a Yiced y sus amigos un recurso de amparo a favor de sus derechos a la igualdad, la honra y la dignidad humana.
Lo más novedoso de la sentencia es que la corte les ordenó a los tres bares disculparse públicamente con los seis afectados, a las autoridades de la ciudad que eviten esos hechos y al gobierno colombiano que promueva una ley en contra de la discriminación racial.
Juan Méndez, el propietario de Gavanna, una de las discotecas sancionadas, le negó a BBC Mundo que su negocio haya discriminado a las parejas y sostuvo que todo obedeció a una provocación de los jóvenes.
"Nosotros no somos racistas. Lo que pasa es que llegaron unas personas prevenidas, preparadas y dispuestas a que no los dejáramos entrar", alegó Méndez.
El intento de las tres parejas por entrar a las discotecas formó parte de un experimento que estudiantes de la Universidad de los Andes realizaron para demostrar el racismo en ciertos negocios de la ciudad.
Para el abogado César Rodríguez, coordinador del Observatorio de Discriminación Racial, en Colombia, donde según la Universidad del Valle entre un 15 y un 20% de la población es afrodescendiente, "hay una negación colectiva de la discriminación racial".
"Mito"
Rodríguez, quien habló con BBC Mundo, dijo que en este país está "muy arraigado lo que algunos autores han llamado el mito de la democracia racial.
Pensamos que tenemos una especie de 'mestizaje democrático' en el que todos somos 'iguales', porque bailamos vallenatos y hemos 'asimilado' las diferentes culturas. Pero eso oculta poderosamente la realidad de la exclusión y la discriminación racial".
Edna Yiced Ramírez comentó que a ella nunca le habían negado la entrada a una discoteca en Bogotá, aunque reconoce que suele salir de rumba con amigos mestizos y de raza blanca. "Esto me hace "óptima" para entrar y me protege", indicó.
El abogado que representó a las parejas, Nelson Camilo Sánchez, explicó que con el recurso de amparo que promovieron quieren "incidir en un cambio de política, pues ya se habían producido dos sentencias de la Corte Constitucional sobre discriminación racial en discotecas de Cartagena, que se están incumpliendo".
Sánchez y sus representados están satisfechos, pues consiguieron que la Corte Suprema les ordenara a las autoridades de la ciudad impedir que haya discriminación racial para el ingreso a las discotecas y bares, y al gobierno nacional promover una ley en ese sentido.
En el congreso se tramita un proyecto de ley que busca evitar la discriminación contra las minorías raciales y sexuales, y fija sanciones para esas prácticas. Sin embargo, la iniciativa aún no ha sido aprobada en el primero de los cuatro debates que debe superar.
Méndez, el dueño de Gavanna, le dijo a BBC Mundo que no comparte el fallo de la Corte Suprema, pero ya se disculpó públicamente y decidió poner a la entrada de su bar los criterios de no admisión de clientes, ninguno de los cuales contempla el color de piel.