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Guillermo Gaviria Correa, una carrera por la paz.
Una conferencia le cambió la vida. A partir de ese momento se dedicó a buscar la paz y a trabajar por su país desde la gobernación de Antioquia. Sus esfuerzos dieron resultado, pues fue nominado al Nóbel de paz y sus marchas por la Noviolencia fueron las más escuchadas del país.
A Guillermo Gaviria le cambió la vida a comienzos del 2001. La transformación se produjo luego de asistir a una conferencia sobre la Noviolencia en California (Estados Unidos). Luego de escuchar por horas hablar sobre el tema decidió que su camino era el de la búsqueda de la paz. Sin embargo sus esfuerzos y anhelos para conseguir un país mejor tienen antecedentes un poco más lejanos, desde cuando era uno de los mejores estudiantes. Gaviria nació en Medellín el 27 de noviembre de 1962, pero siempre se declaró hijo adoptivo de Frontino, un municipio del occidente antioqueño donde nacieron sus progenitores Adela Correa y Guillermo Gaviria Echeverri, propietario del periódico El Mundo. Era el mayor de ocho hermanos. Pasos para la construcción de paz Al terminar el bachillerato en el Gimnasio Los Alcázares, cursó un año de ingeniería Civil en la Universidad de Los Andes y luego estudió ingeniería de minas en la universidad Colorado School of Mines de los Estados Unidos, donde se destacó como el mejor alumno de América Latina. El grado, con especialización en economía minera, lo obtuvo en mayo de 1985. Esto se demuestra en que durante varios años consecutivos, fue galardonado con la "Amax Latin American Scholarship Award", importante beca universitaria, otorgada a los mejores estudiantes latinoamericanos inscritos en Facultades Técnicas de Estados Unidos. Meses después, se estrenó en el mundo laboral en la empresa Cerro Matoso, entonces una de las empresas de producción de ferroniquel más grandes del mundo. En 1990 el entonces gobernador Gilberto Echeverri, quien fue su compañero de cautiverio y de desenlace fatal, lo llamó a ocupar la Secretaría de Obras Públicas, cargo desde el cual le dio prioridad al mantenimiento de carreteras y a la formulación del proyecto de conexión entre Colombia y Centroamérica a través del Tapón del Darién. Además, gestó los inicios del Túnel de Occidente, actualmente en construcción. En la administración de Juan Gómez Martínez se encargó de la terminación de la carretera al Tapón del Darién y fue además Secretario de Hacienda y Gerente de Proyectos Especiales de la Gobernación. En ese momento, el ministro de Obras Públicas y Transporte lo llamó para dirigir el recién creado Instituto Nacional de Vías, a partir de abril de 1994. Al subir Ernesto Samper a la primera magistratura lo ratificó. Los logros en esa dignidad hicieron que en 1998 el Banco Mundial lo postulara como el personaje del año ante la Federación Internacional de Carreteras. En 1999 Gaviria fue elegido gobernador por la más alta votación de los últimos tiempos, superando por casi 150 mil votos a su contrincante el conservador Álvaro Villegas Moreno. Su programa de gobierno, 'Una Antioquia nueva', lo construyó con base en consultas regionales en las que, por mayoría, los habitantes señalaron la falta de equidad, la pobreza y la violencia como los problema esenciales por solucionar. Por eso Gaviria comenzó a centrar todos sus esfuerzos en pos de solucionar esos problemas. Se caracterizó por sus posiciones firmes, pero siempre expresadas en tono pausado y entrecruzando los dedos en actitud parecida a la de un orador. La manera vehemente como defendió la Noviolencia y los sacrificios a los que llegó por demostrar que ese era un camino para lograr la pacificación llevaron a que Glenn Paige, presidente del Centro para la Noviolencia Global, lo nominara el 21 de marzo, junto con la Primera Dama de Antioquia, Yolanda Pinto, para el premio Nobel de Paz. Uno de esos tantos esfuerzos fue una marcha para apoyar la defensa pacífica que los habitantes del municipio de Caicedo hicieron a comienzo de año contra los grupos armados ilegales. Gaviria encabezó el 17 de abril de 2002 una marcha de 55 kilómetros entre Medellín y esa población, la cual fue abruptamente cortada por guerrilleros de las Farc, cuatro días después, cuando apenas faltaban cuatro kilómetros para el objetivo. Al ser consultado si no sentía temor por su seguridad durante la marcha, Gaviria dijo a la prensa: "Me da más miedo la incomprensión, la falta de solidaridad, el riesgo en el que viven todos nuestro compatriotas y me da más miedo la cobardía". Desde el cautiverio Sus deseos por un país mejor y el amor a su familia se evidenció desde su cautiverio "en las montañas de Colombia", desde donde le enviaba constantemente cartas a su esposa, Yolanda Pinto. En una de ellas, fechada el 10 de noviembre del 2002, Gaviria por ejemplo le expresaba su impotencia para cumplir con un anhelo que se formuló desde que las Farc lo secuestraron, el 21 de abril del 2002: acercar desde su cautiverio a ese grupo guerrillero y al Gobierno para que se sentaran a pactar un acuerdo de paz. En cada una de esas cartas firmadas "desde las montañas de Colombia" y enviadas como pruebas de supervivencia, Gaviria trataba de seguir controlando los hilos de su vida desde el confinamiento forzado. A su familia le daba consejos prácticos para resistir mejor este trance y a los funcionarios de la Administración los instruía sobre qué hacer para la buena marcha de su programa de gobierno que tenía como punto esencial la búsqueda de la paz y la convivencia, a través del Plan Congruente de Paz y la filosofía de la Noviolencia inspirada en el pensamiento pacifista de Mahatma Gandhi y Martin Luther King.