“No parece que nuestro tiempo sea propicio para movimientos colectivos como el nadaísmo”

Darío Jaramillo Agudelo (Santa Rosa de Osos, Antioquia, 1947), ha sido poeta y novelista, y un gran gestor cultural cuando estuvo al frente de la Subgerencia Cultural del Banco de la República.

1 de septiembre de 2008

SEMANA. Con la perspectiva de medio siglo, ¿cuál es el legado -intelectual, literario, social- que dejó el nadaísmo?
Darío Jaramillo Agudelo. Uno de los grandes poetas colombianos es Jaime Jaramillo Escobar. Uno de los más trascendentales libros de poesía colombiana es Los poemas de la ofensa. Todo el escándalo, toda la habilidad mediática y las profanaciones de hostias y los manifiestos son meros episodios efímeros montados con talento de publicistas: todo eso es flor de un día. Pero una poesía como la de Jaramillo Escobar –X-504 en el momento nadaísta- es algo permanente, significativo, verdaderamente importante.

SEMANA. ¿Usted considera que la Colombia de hoy necesita un movimiento como el nadaísta, que aporte desde la trasgresión y el escándalo una mirada crítica?
D. J. La poesía es un ejercicio individual. No parece que nuestro tiempo, los últimos 50 años, sean propicios para movimientos colectivos como el nadaísmo, con manifiestos y clanes y templos como El Cisne o la calle 60. Dudo de que la función crítica de un escritor sea tener el opinómetro prendido. Entre otras porque los escritores están tan bien o mal informados como cualquiera y porque sus habilidades no son el análisis ni la crítica. Cuando ejercen ésta, actúan como simples ciudadanos, no como opinantes calificados o especialmente lúcidos. Creo que la obligación principal de los escritores es escribir bien.