Contra el lugar común

Pócimas de amor

La gente sigue creyendo en el poder afrodisíaco de las hormigas culonas y los mariscos. Óscar Parra desvirtúa el prejuicio.

Óscar Parra
28 de noviembre de 2004

Está comprobado que el efecto de los afrodisíacos es más sicológico que real. Sin embargo, el país cuenta con gran variedad de productos a los que se les atribuyen estos poderes. Las hormigas culonas, los mariscos, el borojó y el chontaduro son solo algunos de estos.

Rodolfo Castro es un experto en el tema. Desde hace más de 14 años trabaja en la preparación de recetas afrodisíacas en un pequeño pero popular local de Chapinero, en Bogotá.

Al entrar al lugar, llama la atención un recipiente de vidrio con una docena de pequeños cangrejos negros de agua dulce. Junto a la pecera hay varios frascos y botellas llenas de anillos de cebolla, ajos, diferentes clases de mariscos, una botella de vino barato y muchas salsas. La especialidad de la casa es el 'berraquillo', un extraño coctel preparado con borojó, ostras, energizantes, miel, vino, kola granulada y un ingrediente especial: un cangrejo vivo que se licua con todo lo demás.

Otro coctel que se ofrece es la 'superbomba', una mezcla de camarones, ostras, pulpo, calamar, caracol y almejas disueltas en salsa de tomate, mayonesa, salsa de soya, limón, picante, agua de ajo, cebolla y, cuando el cliente quiere, huevo de codorniz.

Según el propietario del lugar, la mayoría de los clientes son hombres mayores de 50 años. Pero aclara que los viernes y sábados van muchas parejas jóvenes que consumen sus cocteles antes de ir a uno de los tantos moteles del sector. Además garantiza el efecto media hora después de haber ingerido las extrañas pócimas de amor.

"Estas recetas las aprendí hace rato en Cartagena. Son secretos muy viejos, vienen desde los tiempo de los abuelos", dice Castro. Y es que utilizar productos naturales para aumentar la libido no es ninguna novedad. En la antigüedad, egipcios y babilónicos usaban plantas para mejorar su desempeño sexual. La mandrágora fue usada por los pueblos del Medio Oriente hace más de 1.000 años, y los romanos preparaban una bebida a base del hipomano, sustancia viscosa que se obtiene de la cabeza de los potros recién nacidos.

Sin embargo, aunque la costumbre de ingerir alimentos para potenciar el erotismo sea ya milenaria, la medicina moderna los desvirtúa. Según la sexóloga Lucía Náder, hasta el momento no se ha comprobado que exista algún tipo de producto que aumente o estimule el deseo sexual.

Ella explica que el deseo es generado por el cerebro después de ingerir uno de estos productos. Es decir, responde a un impulso psicológico. "Ni siquiera los medicamentos para la disfunción eréctil, como el Viagra, aumentan el deseo, estos sólo son vasodilatadores que facilitan la erección", agrega la sexóloga.

Existen en el mercado otra serie de productos como el Gin Sen, que prometen un mejor desempeño sexual. Según la doctora Náder, estos son energizantes que tienden a mejorar la condición física de las personas. Por supuesto, eso se refleja en todos sus actividades, incluyendo la sexual.

Al igual que los energizantes, la mayoría de productos considerados afrodisíacos pueden ser consumidos dentro de una dieta saludable. Pero definitivamente no existen recetas secretas que garanticen aumento de la libido.