POLÉMICA
‘The New York Times’ vuelve a citar texto que dice que Uribe era ‘amigo cercano’ de Pablo Escobar
El rotativo más influyente del mundo habla de la “reacción emocional” del Jefe del Estado contra el corresponsal de un periódico norteamericano y vuelve a citar una documentación de la Agencia de Inteligencia de Defensa.
La reacción del presidente Álvaro Uribe Vélez en contra del periodista Gonzalo Guillén a quien señaló de ser el autor del libro de la ex diva de la televisión Virginia Vallejo ‘Amando a Pablo, odiando a Escobar’ tuvo un eco contraproducente en Estados Unidos.
De una parte, The New York Times, el periódico más influyente del mundo y uno de los rotativos más leídos por los estamentos de poder en la vida política de Estados Unidos, recogió el caso en una nota que para contextualizarla vuelve a citar un informe en que el se afirma que Álvaro Uribe Vélez era un ‘amigo cercano’ del capo Pablo Emilio Escobar Gaviria.
Se trata de un informe desclasificado de inteligencia en el que se afirma que a partir de 1991 Uribe era “amigo personal cercano” del “señor Escobar”. Además, asegura que Uribe estaba ligado a negocios no identificados con implicaciones en el tráfico de drogas. Este informe es un material no confirmado que en su momento fue rechazado tanto por el gobierno colombiano como por la justicia de Estados Unidos. Sin embargo, el periódico vuelve a utilizarlo sin darle la debida importancia a semejante dato.
Esto significa que la salida del presidente Uribe a las emisoras –Caracol y RCN– para desvirtuar las afirmaciones de la ex amante del capo del narcotráfico no tuvieron el efecto deseado. Por el contrario, si lo que buscaba el Jefe del Estado era hacer claridad sobre este episodio, al menos, en The New York Times se logró todo lo contrario.
De igual manera, en el periódico para el cual es corresponsal el periodista Gonzalo Guillén, El Nuevo Herald, en su caso rechazó con vehemencia las declaraciones del presidente Uribe.
Humberto Castelló, director de El Nuevo Herald, expresó su rechazo y extrañeza por las declaraciones de Uribe.
”No hemos recibido ni una sola queja ni la más mínima solicitud de corrección del Presidente por las publicaciones de nuestro corresponsal'”, afirmó Castelló. “Lamento la ligereza, la injusticia y la irresponsabilidad que ha cometido con ese comentario la persona de más alta investidura en un país en donde se ha visto que los defensores armados del Presidente, al margen de la ley, no corrigen a los periodistas con cartas, sino con balas'”.
El diario de Miami recordó que Guillén se encuentra bajo protección de dos escoltas del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) desde hace tres meses luego de que la redacción de El Nuevo Herald recibió un anónimo revelando un plan para matarlo supuestamente urdido por paramilitares de la zona de San Andresito en Bogotá y oficiales de la Policía Metropolitana.
'”Estos hechos son sumamente graves y nos generan gran preocupación sobre la seguridad y la integridad física del periodista'”, escribió a finales de mayo el director ejecutivo de Human Rights Watch, José Manuel Vivanco, al vicepresidente Francisco Santos, al conocer la situación del periodista.
El periódico dice que como ejemplo de la supuesta calumnia de la que habría sido víctima, Uribe citó un artículo publicado en El Nuevo Herald que no fue escrito por Guillén.
Y aclara que se trata de una nota publicada en mayo de 2006 por el reportero de El Nuevo Herald Gerardo Reyes, sobre un caso en el que Uribe fue ligado a un proceso de contrabando de una avioneta en 1983, episodio del que el mandatario dijo que no recordaba nada.
En su intervención en RCN, Uribe aseguró que en el artículo en mención se afirmó que se trataba de un avión ligado al narcotráfico, pero la nota en ningún punto hizo esa aseveración en forma directa, ni indirecta ni atribuida a una fuente.
En el artículo periodístico se presentaron las explicaciones que dio el Presidente a través del secretario jurídico de su despacho. Tras la publicación del reportaje ni Uribe ni sus funcionarios enviaron corrección o aclaración alguna.