OPINIÓN

A Mockus se le respeta

Los corruptos quieren demostrar que todos estamos untados y que por eso es mejor dejar las cosas como están.

María Jimena Duzán, María Jimena Duzán
20 de abril de 2019

Al profesor Mockus, el mismo que nos enseñó a luchar contra la corrupción a través de la educación y el pensamiento crítico, le acaban de quitar su curul en el Consejo de Estado porque demandó su elección un abogado de nombre José Manuel Abuchaibe, defensor del tenebroso Kiko Gómez, un político guajiro corrupto hasta la hiel, que está en la cárcel.  

Abuchaibe demandó a Mockus porque no cumplió la norma que dice que los aspirantes al Congreso no podían contratar con el Estado un año antes de resultar electos. Él encontró que el profesor celebró un contrato con la Gobernación de Cundinamarca ocho meses antes de su elección. Aunque Mockus no lo firmaba sí aparecía como presidente de Corpovisionarios, que era el beneficiario.   

En febrero de este año, una sala del Consejo de Estado falló a favor de  Mockus al considerar que el senador verde no había incurrido en ninguna causal de pérdida de investidura porque había actuado con buena fe. Sin embargo, hace una semana la sección quinta del Consejo de Estado, –sala considerada como el órgano de cierre en temas electorales– dictaminó su pérdida de investidura y le dio la razón al abogado Abuchaibe.  

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Algo malo debe estar funcionado en el Consejo de Estado desde que esa corporación puede darse el lujo de contradecirse de manera simultánea sobre un mismo hecho. (Con razón se ha planteado la necesidad de una reforma electoral, pero esta corporación y en especial la sala quinta se han opuesto a todos los intentos en ese sentido.)

Sea cual sea la explicación jurídica para permitir semejante anomalía, el hecho de que se pretenda ponerle a Mockus  la lápida de corrupto tiene una profunda carga simbólica en un país donde el cinismo en la política le permite a los corruptos pavonearse con su doble moral debajo del brazo.  

Los corruptos siempre conocen al dedillo las normas y las leyes; necesitan conocer todas esas minucias para saber cómo esquivarlas. Los que no lo son creen que basta con hacer bien las cosas y preservar el erario público. Pobres ingenuos.  

Por cuenta de esta distorsión, ahora Abuchaibe señala desde su pedestal moral cuál debe ser el castigo contra Mockus y sentencia que se le debe inhabilitar de por vida para ejercer cargos públicos, un exabrupto que dicho sea de paso se lo permite la norma electoral. No contento con eso ha llegado al extremo de decir que Mockus debería ir a la cárcel por los delitos de peculado, falsedad y fraude procesal.

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Los corruptos o perdón, los que se lucran de los corruptos, quieren castigar a Mockus con la pérdida de curul de por vida como sucede con los políticos que tienen untadas las manos de sangre y que han saqueado el erario. Y además, lo hacen invocando la ley y la norma. De ese tamaño es el absurdo al que nos enfrentamos.

Un sistema que permite el absurdo está haciendo agua. No prosperaron las investigaciones contra los congresistas señalados de haber participado en el presunto robo a la Dirección Nacional de Estupefacientes en la Corte Suprema de Justicia. La investigación del cartel de la toga quedó en veremos en la comisión de investigaciones de la Cámara desde que el exmagistrado Bustos, señalado de ser su auriga, decidió irse a Canadá para nunca más volver. Los responsables de robarse la salud están en el Congreso o de gobernadores. Pero en cambio Mockus, que nunca se ha robado nada, que ha expuesto a los corruptos, sí puede terminar clavado.

Los corruptos quieren demostrar que todos estamos untados y que por eso es mejor dejar las cosas como están. 

Algo está pasando en este país no solo con los delitos electorales sino con la justicia en general: según la Fiscalía de Martínez Neira el mayor imputado en Odebrecht no es la sociedad de donde habrían salido los sobornos –integrada por Oderebrecht y el Grupo Aval–, sino Luis Fernando Andrade, el expresidente de la ANI, a quien la Fiscalía le ha imputado 15 delitos, ninguno de los cuales incluye pago de sobornos. Mientras en todos los demás países latinoamericanos, Panamá, Ecuador, Perú y Brasil, las campañas presidenciales han sido investigadas por la justicia. Aquí en Colombia el Consejo Nacional Electoral archivó por falta de pruebas la investigación en contra de la campaña de Óscar Iván Zuluaga y las dos de Santos por vencimiento de términos, en el tema de los topes, y la Fiscalía no tiene abierta ninguna investigación por delitos de fraude procesal ni por haber recibido dineros de compañías extranjeras.

Lo que quieren los corruptos es demostrar que todos estamos untados y que por eso es mejor dejar las cosas como están. Lo que no saben ellos, los corruptos, es que la semilla que sembró Mockus ya está empezando a dar frutos y que al profesor se le admira y se le respeta hoy más que nunca.       

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CODA: El Consejo de Estado acaba de rechazar la demanda contra la elección de Marta Lucía Ramírez por doble militancia, pero la próxima semana tiene que fallar sobre la de Ángela María Robledo por la misma razón. Se trata no solo de un problema jurídico sino político: esa curul que ocupa Robledo es el resultado de la aplicación del Estatuto de Oposición que le da por primera vez a la oposición la oportunidad para que el candidato perdedor y su candidata a la vicepresidencia asuman una curul en el Senado y otra en la Cámara. Veremos qué pasa. 

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