OPINIÓN

Los pendejos somos nosotros

Queridos lectores, les dejo una reflexión: ¿será que los políticos colombianos son muy avispados? ¿Será que la culpa es de ellos por aceptar trabajar con quienes antes llamaban guerrilleros, paramilitares, ladrones, brutos, deshonestos, o narcos? ¿O más bien la culpa es de nosotros, los electores, por ser tan pendejos de seguir votando por los mismos?

Federico Gómez Lara, Federico Gómez Lara
27 de junio de 2017

Como muchos colombianos, casi me voy de para atrás cuando prendí el televisor y vi la noticia: “¡ATENCIÓN! Uribe y Pastrana se unen para quedarse con la presidencia en 2018”, decían los titulares. En ese momento se me vinieron a la cabeza centenares de hechos, imágenes y frases del pasado que me servirían para explicar la desfachatez que esa nueva alianza representa.

Con esa idea en la cabeza, salí a hacer vueltas mientras pensaba en la manera más acertada de ponerlos en ridículo. Lo primero que se me ocurrió fue citar las frases que han usado para referirse el uno al otro y así dejar que fueran ellos y no yo quienes se encargaran de explicar por qué votar por cualquiera de los dos es un absurdo. Así las cosas, me senté en mi escritorio y me puse en la tarea. Empecé mostrando cómo Pastrana decía que con el Centro Democrático había llegado el narcotráfico al Congreso; que él había sido elegido para la paz y Uribe para la guerra; que sus ex colaboradores eran hoy los protagonistas más importantes de la vida nacional y los de Uribe estaban respondiendo ante la justicia; que, por eso, él se alejó del ex presidente, ya que era un imposible moral que estuviera cerca al primo de su secuestrador, Pablo Escobar (José Obdulio Gaviria); que era el colmo que Uribe no le diera la oportunidad a Santos de negociar con las FARC cuando él se había sentado con los paramilitares; y tantas otras ocurrencias pasadas de Andresito.

Abrumado y molesto, paré un segundo de escribir y saqué un cigarrillo. En mi bolsillo,, además de la caja de Marlboro, encontré el documento vino tinto que había sacado para hacer mi vuelta y leí la letras doradas que decían “Pasaporte de la República de Colombia”. Fue entonces cuando hice un alto en el camino, me acordé de que soy colombiano y borré lo que estaba escribiendo. ¿Qué es lo que me tiene tan sorprendido si lo que están haciendo este par es lo que hacen la mayoría de nuestros políticos? ¿Que hago yo escribiendo esto si el transfugismo en política es más colombiano que aplaudir en un avión?

Por eso sería injusto dedicar una columna solo a Uribe y a Pastrana cuando aquí no se salva casi ninguno. Va entonces un recuento de videos y noticias del pasado que demuestran que a muchos de los que están hoy en el poder, o que pretenden tomárselo en un año, les tienen sin cuidado las ideas, y cuando hay puestos, se venden por un tamal.

Empecemos:

Juan Fernando Cristo, ex Ministro del Interior y ahora candidato presidencial, a quien el Presidente le rogó que no se fuera del gabinete, hace unos años andaba en lo siguiente: siendo Senador promovió junto con Vargas Lleras, una moción de censura para sacar de su cargo al entonces Ministro de Defensa Juan Manuel Santos y llegó a decir que a ese señor “cualquier pendejo le ganaba unas elecciones”. Hoy van por la vida cogidos de la mano.

Juan Manuel Santos decía que Uribe era el mejor presidente que había tenido Colombia y llegó al poder gracias a él. Posaba a su lado en las fotos y parecía el mejor amigo de Oscar Iván Zuluaga. Hablaba pestes y se enfrentaba al Presidente Chávez para luego graduarlo de nuevo mejor amigo, y coordinó una ofensiva para tumbar a Ernesto Samper con quien hoy se entiende de maravilla. Además, acusaba a Rafael Pardo, hoy uno de sus más cercanos colaboradores y Alto Consejero para el Post Conflicto, de hacer un complot con las FARC para atentar contra el Gobierno de Uribe. Este, a su vez, siendo candidato por el Partido Liberal, le exigía a Santos que le pusiera la cara al país y respondiera por los falsos positivos. Años atrás, Pardo fue uno de lo senadores ponentes de la Primera reelección de Uribe. Fue además fundamental para impedir que Horacio Serpa llegara al poder, participando en la creación de Cambio Radical que tuvo como consecuencia la elección de Pastrana. Hoy, dice que el único Presidente Pastrana respetable es el Presidente de Santa Fé.

Horacio Serpa, quien decía que Uribe había sido elegido con los votos de los paramilitares, le aceptó la embajada ante la OEA. Después volvió a distanciarse de Uribe y anda en romance con Santos.

Roy Barreras y Armando Benedetti quienes hace unos años agotaban el castellano en elogios al glorioso Presidente Uribe, hoy son sus más fuertes detractores y no lo bajan de señor de la guerra.

Humberto De la Calle, en el 94, en su condición de precandidato presidencial, juró en entrevista con Yamid Amat que nunca sería vicepresidente de Samper. Después, no solo fue su segundo a bordo, sino además embajador. Eso por no decir que al poco tiempo se convirtió en el Ministro del Interior de Pastrana.

Clara López fue secretaria económica en el Gobierno liberal de su tío Alfonso, y luego candidata a la alcaldía por la Unión Patriótica. Con el pasar de los años se convirtió en Presidenta del Polo, defendió a capa y espada a Samuel Moreno y fue su Secretaria de Gobierno. Su más reciente gabela fue el Ministerio del Trabajo en el Gobierno de Santos y ahora, como peleó con el Polo, se presentará a la contienda presidencial por firmas.

Gustavo Petro, quien se decía perseguido por quienes buscaban su revocatoria y expresaba sin miedo su rechazo a ese mecanismo, hoy es el líder del intento de revocatoria a Peñalosa.

Cesar Gaviria, quien se ganó la Presidencia en un paquete de Cheetos y juró defender las banderas de Galán, se posesionó, prohibió la extradición por petición de Pablo Escobar y lo metió a la Cárcel en un resort. Siempre ha odiado a Vargas Lleras, pero esa diferencia podría subsanarse si este último le ofrece la vicepresidencia a su hijo Simón...

Marta Lucía Ramirez, niña consentida de Andrés Pastrana (cuya hermana ostenta un cargo diplomático en el gobierno Santos) , fue clave en la elección de Ernesto Samper, enemigo número uno de Andresito. Luego pasó a estar de lado de Noemí, para después volver a la casa Pastrana como Ministra de Comercio, trastearse por un rato al Uribismo como Ministra de Defensa, y aterrizar otra vez en el Partido Conservador del cual será ahora candidata.

Alejandro Ordoñez, máximo exponente de la moral y defensor de la familia, quien ahora dice que Santos le entregó el país a las FARC, que nos quiere volver gays a todos y que es el peor Presidente de la historia, tendrá la desgracia de verlo para siempre en video sentado a su lado como invitado de honor al matrimonio de su hija.

Eduardo Montealgre, quien fuera uno de los grandes aliados de Santos y a veces hasta le decía que hacer, se puso furioso con él por no meter a su intimo amigo Jorge Perdomo en la terna para la Fiscalía y rompió con el Gobierno en esta entrevista. Por estos días se le ve otra vez pasear por el Palacio como Pedro por su casa.

Y así sucesivamente... No puedo citar todos los casos por que esto es una columna y no un libro. Pero, queridos lectores, les dejo una reflexión después de toda esta retahíla: ¿será que los políticos colombianos son muy avispados? ¿Será que la culpa es de ellos por aceptar trabajar con quienes antes llamaban guerrilleros, paramilitares, ladrones, brutos, deshonestos, o narcos? ¿O más bien la culpa es de nosotros, los electores, por ser tan pendejos de seguir votando por los mismos?


En Twitter: @federicogomezla

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