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En sus marcas, listos, ¡ya!

El episodio de salud de Vargas Lleras precipitó la campaña presidencial de 2018. La competencia se abrió. Habrá sorpresas.

José Manuel Acevedo M., José Manuel Acevedo M.
12 de diciembre de 2015

El estado de salud del vicepresidente Germán Vargas Lleras tiene preocupado a más de uno, comenzando por él mismo. Aunque se trate de una cirugía aparentemente menor en el cerebro, las convulsiones del doctor Vargas pusieron en evidencia que nadie está exento de enfermarse y que un estilo de vida en que se mezcla el cigarrillo, el trago y el exceso de trabajo no es bueno ni para él ni para nadie. Sin embargo, el episodio de salud del vicepresidente no sólo provocó efectos personales sino que también tuvo el resultado de agitar la campaña presidencial de 2018. En medio de las especulaciones sobre qué tan grave puede ponerse Vargas, todos los sectores políticos han comenzado a hacer sus apuestas de cara a las elecciones que serán en dos años y tres meses pero frente a las cuales cada movimiento desde ahora puede resultar definitivo.

Los miembros de Cambio Radical, para disipar cualquier duda, resolvieron lanzar abiertamente la candidatura presidencial de Vargas Lleras. Los uribistas, por su parte, cada vez temen menos decir en voz alta que terminarán aliados con Vargas para contrarrestar a otros aspirantes y que en caso de que esa candidatura se desinflara definitivamente no acompañarán a Óscar Iván Zuluaga sino que se decantarán por otros nombres.

En los círculos cercanos al expresidente Uribe preferirían sin duda apoyar a personas como el exministro Juan Lozano en alianza con Marta Lucía Ramírez, antes que seguir aferrados a Óscar Iván. Es más, la salida de la presidencia del Centro Democrático de Zuluaga el año entrante sería un hecho tras la derrota que sufrieron en las elecciones regionales y la falta de entusiasmo que genera esa dirección entre los parlamentarios uribistas.

Pero no son los únicos que se mueven. Los liberales y miembros de la U también aceleran su jugada alrededor de la candidatura de Humberto de la Calle. Aunque él se empeñe en negarlo públicamente, algunas personas que han hablado con él cuentan que De la Calle les ha dicho que no descarta la posibilidad de lanzarse. Tan es así que ya se habla de una fórmula vicepresidencial: Antonio Navarro Wolff, estrategia con la que intentarían acercar a la Alianza Verde y a algunos sectores independientes. Navarro está cansado de las aventuras electorales y es muy posible que acepte una designación en ese sentido y entre a la competencia como segundo a bordo del candidato-negociador De La Calle. Todo dependerá por supuesto de la forma en que termine el proceso de paz con las FARC, todavía bastante enredado.

Y a propósito de izquierda, veremos jugar al exalcalde Gustavo Petro con su propuesta de la Colombia Humana (¡Dios nos libre!) y a Jorge Enrique Robledo que hará todo lo posible por quedarse con el control del Polo Democrático una vez Clara López asuma un ministerio en el gobierno de Santos. Robledo quiere desmarcarse de las FARC y evitará a toda costa que ese grupo político aterrice en el Polo cuando resuelva cambiar las armas por los votos. Allí se encontrará con Iván Cepeda con quien tendrá más de un choque de aquí en adelante.

¿Y Sergio Fajardo? Muerto de ganas como está de entrar en la campaña presidencial, tendrá que ampliar su discurso político y salirse de su monotema de la educación para hablar de economía, justicia y seguridad en el posconflicto si quiere adquirir importancia nacional.

La campaña presidencial comenzó ya y aunque en la política colombiana una semana parezca una eternidad, los aspirantes que están en el partidor tendrán que cuidar cada movimiento si quieren seguir siendo viables en estos dos años y tres meses que les quedan.

Twitter: @JoseMAcevedo

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