OPINIÓN

El aplazador

Rubén Darío Escobar es compañero de andanzas de Alejandro Ordóñez desde que quemaba libros en Bucaramanga. En enero de 1982 crearon juntos la ‘sociedad tradicionalista colombiana’.

Daniel Coronell, Daniel Coronell
28 de noviembre de 2015

La Procuraduría está dilatando deliberadamente el proceso por el asesinato de Jaime Garzón. Un procurador delegado ha hecho todo lo posible por demorar el juicio contra José Miguel Narváez, exsubdirector del DAS y presunto determinador e instigador del crimen del humorista. Lo más diciente es que ese procurador, llamado Rubén Darío Escobar Cardona, es un viejo amigo y compañero de causas ultraconservadoras del procurador general Alejandro Ordóñez.

El doctor Escobar, además, es un conocido militarista que ha pedido absoluciones para procesados por falsos positivos y fue portador de una razón a un famoso sindicado a quien le dijo que con la Procuraduría podía contar.

La maniobra a favor de José Miguel Narváez, antiguo asesor de cuestionados militares y de Fedegán, empezó en mayo cuando el fiscal del caso pidió condenarlo por considerar que hay pruebas suficientes sobre su papel en el plan para matar a Jaime Garzón.

Ese día, 20 de mayo, el procurador Rubén Darío Escobar pidió a la jueza un plazo para pronunciarse porque no conocía el expediente. “Yo le solicito respetuosamente, Su Señoría, que me permita un tiempo prudencial para examinar los 37 cuadernos y sus anexos”. (Ver video de la audiencia)

La jueza accedió y citó a las partes para un mes después, pero el procurador Escobar no se presentó. Por casualidad tampoco llegó el sindicado José Miguel Narváez argumentando que súbitamente lo había atacado una terrible diarrea.

La audiencia quedó entonces para el 27 de agosto, pero ese día el procurador Escobar recomendó no apurarse porque podían alterar la tranquilidad espiritual del procesado Narváez: “Un mes más, un mes menos –porque no hay más tiempo para eso– pienso que deja a Su Señoría y a la Judicatura con un hálito de imparcialidad absoluta y le permite a él su tranquilidad espiritual”, afirmó el procurador Escobar mientras se llevaba teatralmente la mano al pecho como lo pueden ver ustedes en el video adjunto.

La diligencia fue citada entonces para casi dos meses después, el 13 de octubre. Sin embargo, el procurador Escobar explicó que los cinco meses que había tenido, desde la audiencia de mayo, no le habían alcanzado para leer el expediente. “No me siento suficientemente preparado, yo le solicito que me de un poco más de tiempo. Puede ser al final de este mes, Su Señoría, o en la primera semana de noviembre, Su Señoría”. (Ver video de la audiencia)

Su Señoría, consciente de que le estaban tomando el pelo, dijo que ese sería el último plazo que concedería y citó la audiencia para diciembre. Vamos a ver con que sale el creativo procurador Escobar.

Rubén Darío Escobar es compañero de andanzas de Alejandro Ordóñez desde que quemaba libros en Bucaramanga. En enero de 1982 crearon juntos la ‘Sociedad Tradicionalista Colombiana’. Los documentos –que prodigiosamente siguen existiendo– señalan que Ordóñez era el presidente y Escobar el vicepresidente. (Ver resolución)

Esa sociedad reunió a los seguidores del retardatario obispo Marcel Lefebvre en Santander para crear la iglesia en la que celebran su culto. Hoy Ordóñez no aparece en los papeles de la asociación. Fue reemplazado en la presidencia por Rubén Darío Escobar Cardona, hombre de su total confianza. (Ver certificado)

Curiosamente el vicepresidente de la ‘Sociedad Tradicionalista’ es otro funcionario de la Procuraduría: Andrés Augusto Harker. Él fue nombrado asesor del despacho del Procurador Ordóñez y –por gracia de su jefe y amigo– puede asesorarlo desde Bucaramanga. (Ver resolución)

En esa ciudad han vivido todos, incluyendo a un personaje llamado Hugo Mantilla Correa, mencionado en investigaciones sobre un fallido golpe de Estado a Samper, episodio que sale a flote cada vez que se habla del asesinato de Álvaro Gómez Hurtado.

Hace años Mantilla, en una declaración sobre estos hechos citada por El Espectador, aseguró que Rubén Darío Escobar Cardona y su hermano Ángel –a quienes conocía desde la infancia– eran lefebvristas, ultraderechistas y asesores del Ejército. (Ver artículo)

Rubén Darío Escobar, actuando como procurador, ha pedido la absolución de siete militares acusados de participar en falsos positivos.

Hace un tiempo la periodista Darcy Quinn reveló que Rubén Darío Escobar, quien ha sido también agente del Ministerio Público en el caso del hacker, se acercó a quien él creía era el abogado de Luis Alfonso Hoyos, “asesor espiritual” de la campaña de Óscar Iván Zuluaga involucrado en los hechos, y le pidió: “Dígale al doctor Hoyos que el señor procurador está muy pendiente de este caso, que él sabe que lo que haya que hacer se hace, que no lo desampararemos”. (Ver artículo)

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