OPINIÓN

Las siete vidas del ‘transformer’

Las investigaciones del caso establecieron que meses antes de desaparecer, Guillermo Hurtado había presenciado el asesinato a sangre fría de un civil a manos de varios policías.

Daniel Coronell, Daniel Coronell
17 de octubre de 2015

Primero fue oficial de la Policía involucrado en la detención ilegal y desaparición forzada de un testigo. Luego, trabajó como asesor legislativo de un parapolítico. Después fue nombrado fiscal –paradójicamente de derechos humanos– hasta que, gracias a esta columna, la Fiscalía se dio cuenta de su pasado y lo sacó de la entidad. Ahora es funcionario del Consejo Nacional Electoral y representa a su presidente en la comisión que garantiza la transparencia de las elecciones.

El teniente, abogado, fiscal, y ahora alto funcionario del Consejo Nacional Electoral se llama William Gildardo Pacheco Granados y su macabra historia empezó en 1991.

Está probado, por investigación de la Procuraduría de la época, que poco después de las dos de la tarde del miércoles 6 de marzo de 1991, siendo teniente de la Policía, Pacheco llegó a un salón de billares en Armenia llamado Luna Park. Allí detuvo, sin razón aparente, al joven trabajador del establecimiento Guillermo Hurtado y lo condujo a una subestación de Policía.

A las 9 y 10 de la noche Guillermo fue liberado, pero solo alcanzó a caminar unos metros antes de ser abordado por dos hombres que lo obligaron a subir a un automóvil Monza. Varios testigos aseguran que el joven gritaba: “No me mate teniente” y “No mi teniente, no me vaya a matar, yo digo lo que usted quiera”.
Del joven no se volvió a saber nada. Lleva 24 años sin aparecer.

Las investigaciones del caso establecieron que meses antes de su desaparición, Guillermo Hurtado había presenciado, en una oscura carretera del Quindío y por accidente, el asesinato a sangre fría de un civil a manos de varios policías.

La Procuraduría Delegada para la Defensa de los Derechos Humanos encontró responsable al teniente William Pacheco de abuso de función pública y de la detención ilegal de Guillermo Hurtado. En consecuencia, lo destituyó e inhabilitó. (Ver destitución)

La justicia penal militar también lo condenó por “privación ilegal de la libertad”. Por el delito de desaparición forzada es actualmente investigado por la Fiscalía Tercera Delegada.

Como consecuencia de su sanción disciplinaria tiene una inhabilidad permanente para ejercer cargos como el de fiscal. (Ver certificado de antecedentes)

No obstante, William Pacheco se desempeñó como fiscal 10 de derechos humanos y fiscal 22 antiterrorismo. En esta última responsabilidad, fue negligente en la investigación por los delitos cometidos por paramilitares, encabezados por Jorge 40, que terminaron con asesinatos y desplazamientos forzados de campesinos en la zona de Chivolo, Magdalena. La Corte Suprema de Justicia pidió que Pacheco fuera investigado disciplinariamente por su indolencia. (Ver documento)

Chivolo no era una referencia nueva para el doctor Pacheco. Con el nombre de ‘Pacto de Chivolo’ se conoce la alianza de Jorge 40 con un grupo de políticos para manejar los recursos públicos del Magdalena. Uno de los firmantes, y quizás el mayor beneficiario del ‘Pacto de Chivolo’, fue José Domingo Dávila Armenta, de quien William Pacheco fue asesor legislativo por la misma época de la firma del pacto criminal. (Ver certificado de trabajo)

Pacheco llegó a ser presidente de la Asociación Nacional de Fiscales. (Ver documento)

Lo más inexplicable de todo esto es que un hombre sobre el que pesaba inhabilidad permanente hubiera sido nombrado fiscal. Cuando estos hechos fueron públicos, gracias a una de estas columnas llamada ‘El transformer’, la Fiscalía separó del cargo al doctor Pacheco.

Por haber ejercido la función de fiscal, a pesar de tenerlo expresamente prohibido, viene siendo investigado por violación al régimen de inhabilidades e incompatibilidades.

A pesar de todos esos antecedentes –documentados, conocidos y publicados– el doctor William Pacheco ejerce ahora como funcionario del poderoso Consejo Nacional Electoral.

El registrador nacional del estado civil, Carlos Ariel Sánchez, lo nombró como “profesional especializado” asignado a los despachos de los magistrados del Consejo Electoral. (Ver nombramiento)

Allí, William Pacheco ha trabajado de la mano de Emiliano Rivera, presidente del Consejo Nacional Electoral, quien aparentemente no sabe nada sobre el interesante pasado del importante miembro de su equipo y si lo sabe lo tiene sin cuidado.

Por decisión del presidente del Consejo Electoral, Pacheco actúa como delegado suyo en la Comisión Nacional para la Coordinación y Seguimiento de los Procesos Electorales, un órgano creado para garantizar la transparencia de las elecciones. (Ver fotografía)