OPINIÓN ON-LINE

Sin ti, podré vivir en paz

El exprocurador Ordóñez parecía más un miembro honorífico del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición que el responsable del Ministerio Público.

Diego Cancino, Diego Cancino
9 de septiembre de 2016

El recién destituido por el Consejo de Estado, exprocurador Ordóñez parecía más un miembro honorífico del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición que el responsable del Ministerio Público, entidad que debe representar a las y los ciudadanos ante el Estado, procurar garantizar los derechos de la ciudadanía y salvaguardar la democracia colombiana.

Las acciones de Ordóñez fueron más inquisitorias que garantistas, inspiraban terror y no confianza, perseguían y no escuchaban. Él emitía fallos desde dogmas personales y no desde la constitución. Parecía un típico patriarca medieval que rechazaba cualquier ‘tufillo‘ crítico y que tuviera sabor laico o democrático. Algunos ejemplos:

1. Persiguió de manera sistemática a los dirigentes políticos de izquierda y aquellos que tuvieran un pensamiento diferente a sus mandamientos, Gustavo Petro, Piedad Córdoba, Iván Cepeda, Alonso Salazar, entre otros.

2. Se fue lance en ristre contra la comunidad LGBTI intentando violar el derecho que tiene todo ciudadano y toda ciudadana en una democracia de casarse, adoptar hijos y construir un hogar con bienes compartidos. Promovía una versión posmoderna del apartheid ya no con negros sino con gays, lesbianas, transexuales, bisexuales.

3. Acudiendo a los valores de la familia y al “derecho a la vida” atentó contra la libertad de las mujeres y la autonomía que tienen con su cuerpo: atacó los métodos anticonceptivos y las tres opciones que tienen las mujeres para abortar, según lo declaró la Corte Constitucional: cuando han sido víctimas de violación, cuando hay malformación en el feto o cuando la vida de la madre está en peligro. El derecho a la información sobre esta sentencia que tiene toda mujer lo trató de vulnerar. Afortunadamente el movimiento de mujeres frenó esta arbitrariedad.

4. Su ataque a la paz era desmedido y rayaba en la irresponsabilidad moral y política. Mientras la Corte Penal Internacional reconocía y valoraba el acuerdo de Justicia Transicional y, en especial, la Justicia Especial para la Paz, Ordóñez lanzaba dardos algo injustificados contra estos avances hechos en La Habana. Él quería cárcel y más cárcel, es decir, guerra y más guerra. Hay que aclararle al exprocurador que el acuerdo no promueve la impunidad, se sanciona a los responsables por vías que privan de la libertad y condicionan la justicia especial para la paz a la verdad, la reparación y la no repetición.

5. En las últimas semanas el patriarca del Santo Oficio se había dedicado a criticar la restitución de tierras a campesinos que han sido víctimas de despojo. Puso sus intereses del lado de Lafaurie y Fedegán, entidad que su fama no se la ha ganado por tener relación con buenos muchachos (“Hijo de Benito Osorio-investigado por nexos con el paramilitarismo- denuncia presiones de Lafaurie”-Verdad Abierta. “Lafaurie ha promovido grupos paramilitares”-Claudia López).

Pues bien, esta serie de acciones típicas del ‘Santo Oficio‘ parece que van a quedar en el pasado. Gracias a la valentía y lucidez del equipo de DeJusticia liderado por el Jurisprudente y maestro Rodrigo Uprimny el Procurador se va del Ministerio Público: se declaró la nulidad de su reelección. Uprimny demandó la reelección de este señor por caer en el tu me elige, yo te pongo. El nivel de corrupción y clientelismo que probaron en la demanda el equipo de DeJusticia es indignante. Además de ser antidemocrático, favorecer intereses de los señores de la guerra y perseguir a sus contradictores, Ordóñez resultó ser corrupto: “nombró en la procuraduría a familiares de las personas que podían hacer realidad dicha reelección. Esto es, nombró a familiares de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, del Consejo de Estado y de senadores [en puestos de 15 o 19 millones de pesos mensuales]. Esta conducta no es algo de poca importancia, pues el artículo 126 de la Constitución lo prohíbe de forma contundente.” (Paula Rangel. Demanda contra la elección de Alejandro Ordóñez Maldonado como Procurador General de la Nación. Febrero 2013. Demanda presentada por DeJusticia, la Comisión Colombiana de Juristas, el Centro de Estudios Constitucionales PLURAL, la Corporación Viva la Ciudadanía y Foro por Colombia). Por ejemplo, los magistrados Javier Zapata, Jorge Burgos y Ruth Marina Díaz, quienes votaron a favor de la reelección del procurador Ordóñez (lo postularon dentro de la terna que fue a Senado) tenían o tienen a familiares trabajando en la procuraduría. Hay un conflicto de intereses pues les convenía que Ordóñez siguiera “atornillado” al puesto.

El fallo del Consejo de Estado nos brinda una buena noticia, la amenaza a la democracia y a la paz que representaba este patriarca del Santo Oficio era un riesgo muy alto. Que siga criticando la Justicia Transicional, que siga dando sus discursos radicalmente conservadores pero ya como ciudadano y no como un funcionario que usa su poder para violentar derechos y desarrollar una agenda política y moral propia. La religión, señor Ordóñez, está fundada en el amor, no en la persecución y odio. La religiosidad debe reunir y convocar, escuchar y construir no estigmatizar, intimidar y agredir.

Monseñor Ordóñez sin ti en el Ministerio Público, podré y podremos vivir más en paz: sin bombardeos sistemáticos a la paz y con mayor tranquilidad dentro de una democracia que se funda en la constitución.

* Asesor de Paz territorial del alto comisionado por la paz y Redpropaz. Dejusticia.

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