OPINIÓN

Feminicidios e infanticidios, no dan tregua

¿Hasta cuándo vamos a permanecer inermes, viendo desfilar a los cementerios los cadáveres de inocentes mujeres y niños, masacrados, muchas veces en el seno de sus hogares?

Uriel Ortiz Soto, Uriel Ortiz Soto
16 de junio de 2017

Definitivamente estamos viviendo en una sociedad deshumanizada y violenta: asesinatos, abusos, violaciones y maltrato, contra nuestras mujeres y niños, son el pan de cada día.

Desgraciadamente, la lucha contra el feminicidio e infanticidio, parecen ser el caballito de batalla, donde se cabalga con las apuestas, de quién llega primero al escenario de la vergüenza, puesto que son miles y miles los millones de pesos que se han invertido con el fin de combatir este flagelo, todo parece indicar que los dineros aportados también se esfuman por los despeñaderos de la corrupción y las componendas.

Somos una sociedad de parias ante el mundo, vergonzosamente estamos ocupando los primeros puestos en: corrupción, feminicidios, e infanticidios, las últimas estadísticas promulgadas por los organismos internacionales, así lo demuestran.

Para el caso de feminicidios e infanticidios, tenemos que registrar que varios de estos crímenes, tienen origen en sus propios hogares: esposos, hermanos, tíos y muchas veces los abuelos, son los abusadores y asesinos, lo hacen por venganza o por placer, sin tener en cuenta que con hechos tan aberrantes, están lacerando la propia desgracia de sus familias.

Debemos tener muy claro, que ya se han agotado todas las instancias con el fin de combatir tan denigrantes abusos, no han valido medidas de tutoría impuestas por las autoridades, ni leyes, decretos o resoluciones; mucho menos los foros y conferencias, que sobre el particular han dictado verdaderos expertos en la materia, todo parece quedarse en la memoria del olvido, muchos de estos procesos duermen el sueño de los justos en los anaqueles polvorientos de la justicia.

Estos crímenes que se cometen casi que a diario, son causados por verdaderas bestias humanas, que por las características de saña y maldad conque lo hacen últimamente, más les valdría que recibieran la pena de muerte, puesto que hasta en los penales de más alta seguridad, son un verdadero peligro para los internos que los rodean.

Lo más preocupante, es que todos los días, por los medios de comunicación se denuncia la comisión de nuevos delitos, contra mujeres y niños, con diferentes modalidades de saña y violencia; sin que después de tantos años de estar viviendo semejante martirologio, se hayan encontrado las causas para contrarrestarlos o un adecuado diagnóstico social para corregirlo.

¿Hasta cuándo vamos a permanecer inermes, viendo desfilar a los cementerios los cadáveres de inocentes mujeres y niños, masacrados, muchas veces en el seno de sus hogares?

urielos@telmex.net.co

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