OPINIÓN

¿Llegó la hora de Marta Lucía?

Si la coalición del ‘No’ busca alguien libre de señalamientos y con trayectoria electoral probada, la alternativa de Marta Lucía Ramírez luce esta vez bastante viable.

José Manuel Acevedo M.
18 de noviembre de 2017

No debió ser fácil para Uribe negarle a Óscar Iván Zuluaga la posibilidad de volver a lanzarse a la presidencia a nombre del Centro Democrático (CD) pero la decisión ya estaba tomada desde hacía varias semanas. Ambos lo tenían claro y aún así Zuluaga decidió crearle un incómodo hecho político al expresidente, con el apoyo de otros miembros del partido que rápidamente salieron a respaldar esa candidatura en sus redes sociales para presionar a Uribe.

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Sin embargo, a estas alturas el uribismo ya tendría que haber aprendido la lección. Un candidato vulnerable es la peor de las apuestas y Zuluaga, que ha librado batallas muy duras, se convierte en estas circunstancias en un objetivo demasiado fácil de atacar por sus opositores.

Descartado su nombre y definido el mecanismo de selección del candidato único del CD, comienza un camino difícil para esa colectividad. El tiempo que ejaron pasar por cuenta de las indefiniciones y la inmadurez política de más de uno, alimentó la candidatura de Germán Vargas Lleras que aún sin despertar entusiasmo, se muestra hábilmente como un candidato ‘inevitable’ para no dejar que lleguen aspirantes como Petro a la presidencia.

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En todo este panorama y con candidatos que no terminan de calar entre la gente o que simplemente son desconocidos para la mayoría, Uribe tendrá que acelerar el paso y decidir simultaneamente con el expresidente Pastrana y los demás miembros de la coalición del No que ganó en el plebiscito, una manera expedita para incorporar los nombres de Alejandro Ordóñez y Marta Lucía Ramírez y obtener de allí el verdadero candidato único para hacerle frente no sólo a los opositores de izquierda sino sobre todo para medir fuerzas con Vargas Lleras en la complicada lucha por el voto de la centro-derecha en primera vuelta.

Es en estas circunstancias en las que el nombre de Marta Lucía Ramírez luce una apuesta interesante para este lado de la ecuación política. Tiene experiencia como ejecutora no solo en uno sino en dos ministerios. Sabe de emprendimiento y productividad en un momento crítico para la economía colombiana. Ella sola, sin maquinarias y en contra del oficialismo conservador, sacó 2 millones de votos en las últimas elecciones.

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No enfrenta el problema de otros uribistas que resultan anónimos para el grueso de la población porque, a diferencia de ellos, ya tiene una marca creada y en un momento en el que la lucha contra la corrupción también ocupa un lugar central en el debate, su hoja de vida luce sin tachas lo cual no es un atributo menor.  

Como conservadora, tiene claro su discurso alrededor de la familia sin parecer tan extrema en este punto como Alejandro Ordóñez, de manera que puede atraer a ciertos sectores reaccionarios sin alejar del todo a los más liberales que saben que sería respetuosa de lo ya dispuesto en la materia por los altos tribunales.

No creo que haya habido una coyuntura mejor para ella que ésta y si la coalición del No quisiera apuntarse en alguien libre de señalamientos y con trayectoria electoral probada, debería considerar seriamente su nombre y si ella quisiera llevarse esa nominación debería actuar también estratégicamente.

La puja dentro de este bloque se pone buena pero el tiempo sigue siendo el enemigo. Si no toman decisiones rápidas y audaces y consolidan a sus simpatizantes en torno a un solo nombre que se muestre como una alternativa realista frente a Vargas Lleras, no tendrán más opción que plegarse a él para combatir al resto de fuerzas que avanzan en la contienda.

Twitter @JoseMacevedo       

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