OPINIÓN
Sin remedio
Los numerosos usuarios fantasmas eran apenas una de las irregularidades. Saludcoop estaba llevando a la quiebra a clínicas y hospitales por la agresiva forma de cobrar sus tarifas y los largos plazos para pagar sus cuentas.
Casi cinco millones de colombianos están afiliados a Saludcoop. Nunca en la historia de Colombia existió una entidad -pública o privada- de la que dependieran tantas personas. A pesar de que miles de sus usuarios se quejan por sus servicios, Saludcoop ha tenido un crecimiento prodigioso. Controla otras dos EPS, Cafesalud y Cruz Blanca, y ha desarrollado una serie de negocios para autosuministrarse todo: médicos, enfermeras, contadores, comida de hospital, sábanas, ropa quirúrgica, lavandería e incluso clases de golf.
Hace unos siete años, Saludcoop tenía la mitad de los afiliados que tiene hoy, entre ellos uno muy curioso.
Se llamaba 'Migración migrante migrac'. Según los registros don 'Migración' tenía apenas 24 años, pero de él dependían 15 personas. Su número de cédula registrado era el 1.111, que parecía no corresponder a una persona de su edad.
Los investigadores de la época establecieron que el documento activo en los registros de Saludcoop en realidad había sido expedido a nombre del señor Pedro Jorge Ortiz Méndez, persona bastante mayor y ajena al uso que alguien estaba haciendo de su cédula.
Los numerosos usuarios fantasmas eran apenas una de las supuestas irregularidades. De acuerdo con los investigadores de la época, Saludcoop estaba llevando a la bancarrota a clínicas y hospitales por la agresiva forma de cobrar sus tarifas y los largos plazos para cubrir las cuentas. Además, la Dian aseguraba que Saludcoop no había pagado 25.400 millones en impuestos y decidió multarla con 40.000 millones adicionales.
Sin embargo, cinco meses después vino el reversazo. La Dian encontró que las irregularidades no eran tan grandes, ni tan irregulares. Los 65.000 millones que el Estado reclamaba se convirtieron en apenas 2.500.
Concluyeron que la Dian no sabía interpretar el Estatuto Tributario y que, en cambio, la erudita Superintendencia de Economía Solidaria comprendía cabalmente el razonamiento de Saludcoop subsistiendo apenas esa "pequeña diferencia".
El tema de los usuarios fantasmas tampoco quedó en nada. Por aquellos días, la Supersalud había valorado en 195.000 millones esos cobros de usuarios inexistentes.
El año pasado, la Superintendencia de Salud creyó descubrir que Saludcoop usaba la plata que le daba el Fosyga por cada afiliado para comprar clínicas y otros activos. Así mismo advirtió que las deudas que Saludcoop adquiría para su monumental crecimiento eran cubiertas con los dineros que el Estado le entregaba para atender a los usuarios.
Eso obligaba a Saludcoop a poner 627.000 millones de pesos para recuperar la liquidez de la EPS.
Sin embargo, también esta vez se había equivocado el Estado. El mes pasado, el nuevo Superintendente de Salud revocó las decisiones de su antecesor porque le violaban el debido proceso a Saludcoop y exponían a la entidad a "millonarias demandas".
Hace unos días, el senador Jorge Enrique Robledo le envió una carta al ministro de Protección mostrándole que, de acuerdo con un estudio de la Universidad Nacional, había evidencias de que las tres EPS del grupo Saludcoop le habían cobrado al sistema más de 825.000 millones en exceso por medicamentos como ibuprofeno y acetaminofén, tan recetados a los pacientes de esa EPS.
Saludcoop argumenta que Robledo no sabe de esas cosas y que si bien hubo algunas informaciones equivocadas, no existía el propósito de "inducir al error al sistema de salud".
Unos días después, la Federación Médica Colombiana alertó sobre multimillonarios "recobros de Rituximab con valores absurdamente elevados". La asociación científica encontró numerosas inconsistencias que involucran especialmente a las EPS del grupo: EPS013, EPS03 y EPS023. Esos códigos corresponden respectivamente a Saludcoop, Cafesalud y Cruz Blanca.
Sin duda, en pocos días, veremos la fehaciente demostración de los errores del senador Robledo, de la Universidad Nacional y de la Federación Médica Colombiana en contra del siempre transparente grupo Saludcoop.