OPINIÓN

Voto en blanco: única opción

Si queremos renovar el Congreso de la República, la única opción que tenemos es votar en blanco en las parlamentarias del 2014.

Uriel Ortiz Soto, Uriel Ortiz Soto
8 de noviembre de 2013

Los analistas que gustan de hacer cábalas, de cuántas curules logrará cada partido o movimiento político, no se han dado cuenta de que la espada de Democles se cierne sobre todos y cada uno de ellos, azuzando a los ciudadanos para que depositen su voto en blanco en las próximas elecciones parlamentarias de marzo del 2014.

Así podrían tener la oportunidad de renovar la actual clase dirigente que nos legisla, dando paso a nuevas tendencias democráticas con ideas moderna y acordes con la grave situación del país y buscando desde todo punto de vista conformar un congreso unicameral y con un máximo de cinco congresistas por departamento.  

Lamentablemente las razones hablan por sí solas. Todos los escándalos, abusos, impertinencias e incoherencias que se han sucedido en los últimos años han ido construyendo la gran pirámide electoral que, analizada en sana lógica, es la razón frente a la verdad, no admite discusión alguna. Esto llega a lo más profundo de la conciencia popular para hacer reaccionar a los ciudadanos abstencionistas- que son más del 70% del potencial electoral- en torno a que llegó la hora de tomar la decisión definitiva para renovar la máxima institución democrática, que fuera de su trabajo mediocre, es de un costo altísimo para nuestros intereses económicos y sociales.

Debemos tener en cuenta que la dinámica de las redes sociales, cuando se activan en torno a una sola causa específica, logra objetivos tan sorprendentes que en poco tiempo crean conciencia suficiente respecto a este tema. Con eso, el día de las elecciones, el ciudadano ya sabe a ciencia cierta cómo va a votar y para qué lo hace. 

Para esta tarea existen varias organizaciones, especialmente de jóvenes universitarios, que ven cómo su futuro profesional está en entredicho puesto que los legisladores que tenemos no tienen la suficiente visión para señalarles caminos acertados que les permitan un desarrollo profesional de acuerdo a su formación académica. 

Es lamentable tener que decir que gracias al clientelismo y gamonalismo incrustado en los poderes legislativos desde hace varias décadas, existen  generaciones que son hijas de frustraciones en planes y programas de desarrollo empresarial, puesto que para poder surgir tienen que rendirle sumisión y obediencia incondicional al congresista de turno, requisito sin el cual es imposible avanzar en su proyecto de vida profesional. 

Llevamos décadas quejándonos de las anomalías que se cometen a diario en el Congreso de la República. Sin embargo, somos temerosos y timoratos para tomar decisiones de fondo que nos permita elegir una corporación legislativa que sea prenda de garantía para todas las clases sociales, económicas y políticas. Sobre todo, que legisle con honestidad presentando planes y programas de desarrollo en bien de sus regiones.  

Son muchos los escándalos y frustraciones que hemos tenido que soportar, al ver que nuestros “padres de la Patria” caen abatidos en los estrados judiciales: al inicio de todo proceso, juran a pie juntillas que “su conciencia está tranquila y que su hoja de servicio es un santuario de pulcritud”. Pero con el correr de los meses o años son vencidos en juicio, y mandados a la cárcel.    

Es vergonzoso, pero actualmente tanto senadores como representantes, en su mayoría, se encuentran procesados por los organismos de control y la Corte Suprema de Justicia, muchos encarcelados, otros en la antesala de ir a prisión y los de menos con investigaciones preliminares.

Quienes con alguna frecuencia en calidad de columnistas denunciamos las irregularidades que se cometen en el Congreso de la República, estamos en capacidad de informar a la opinión pública que son millones los colombianos que estarían dispuestos a votar en blanco en la elecciones del mes de marzo del 2014. Sin embargo, no ha existido, ni existe  organización alguna con vida jurídica que motive y promueva este propósito. 

El ciudadano abstencionista y de voto protesta está convencido de que por medio del voto en blanco se puede lograr este objetivo. 

Recordemos cómo el senador Romero inició una campaña de recolección de firmas para la revocatoria del actual Congreso. Todo iba bien, hasta que empezaron a vencerse los términos para la presentación de las firmas exigidas para tal efecto. Sin embargo, de allí en adelante el camino era bastante tedioso, puesto que tendría que pasar por la aprobación del mismo Congreso, que en razón a la verdad, no estaba dispuesto a auto flagelarse.

Por esta razón, quienes hemos sido críticos de las falencias y debilidades del actual Congreso de la República consideramos que la única opción que tenemos para reformarlo de conformidad de con el Artículo 258 de la Constitución Política, es votando en blanco para las próximas elecciones parlamentarias de marzo del 2014.  

De acuerdo con la Sentencia C-490 del 2011 de la Corte Constitucional, el voto en blanco es una expresión o manifestación política, que deberá contabilizarse como un voto válido y sus promotores gozarán de todas las garantías necesarias para el desarrollo de sus actividades. 

De acuerdo con el artículo 9 del Acto Legislativo 01 del 2009, cuando el voto en blanco sea el ganador de las elecciones, con más del 50%, estas empezarán a ordenarse dentro de los 10 días siguientes a la declaratoria de parte del Concejo Nacional Electoral, abriendo a partir de ese momento la inscripción de nuevos candidatos, sin la participación de las listas que fueron derrotadas en las primeras elecciones. 

urielos@telmex.net.co

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