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D’Arcy Quinn, el director de la Flip, Jonathan Bock, Diana Saray Giraldo y Gustavo Gómez. | Foto: SEMANA

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¿Qué está pasando con la Flip? Guarda silencio ante ataques del Gobierno contra periodistas

La Fundación para la Libertad de la Prensa afronta fuertes críticas en un sector de los medios por su actitud pasiva al condenar los ataques del presidente Petro y su Gobierno contra los periodistas. En la mayoría de casos, guarda silencio.

Redacción Semana
20 de abril de 2024

La Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) está en el ojo del huracán. En algunas redacciones de medios hay preocupación porque aseguran que dicha organización ya no defiende la libertad de prensa con la misma vehemencia de antes. Todo esto pese a que el presidente Petro y su Gobierno promueven a diario ataques contra la prensa, uno de los pilares de la democracia.

La Flip tarda en pronunciarse y, casi siempre, guarda silencio.Para la muestra, un caso reciente: la periodista Diana Saray Giraldo, de la mesa de trabajo de Caracol Radio, fue hostigada en las redes sociales y acusada de manera mentirosa y muy peligrosa de ser la responsable de un asesinato. Uno de los comentarios en contra de Giraldo fue amplificado en X por el propio Petro. La Flip no hizo nada.

En las últimas semanas, en otro episodio, el general Federico Mejía, del Ejército, acusó a W Radio de recibir “dádivas” para favorecer la imagen del general (r) Jhon Jairo Rojas en sus publicaciones periodísticas. El propio director de esa emisora, Julio Sánchez Cristo, tuvo que cuestionar al aire el “silencio absoluto” de la Flip sobre esos señalamientos.

El comunicado apenas llegó en la tarde de este viernes, es decir, más de una semana después de esas graves acusaciones contra la prensa y de las disculpas públicas del general Mejía.

El editor general de W Radio, Juan Pablo Calvás, también fue blanco de una campaña de desprestigio, con ataques personales y tergiversados, como retaliación por sus investigaciones sobre presuntas irregularidades en RTVC. Dichos reportajes terminaron influyendo en la salida de Nórida Rodríguez de la gerencia en esa entidad. La Flip solo se pronunció sobre el caso dos semanas después de que Calvás fue atacado.

 Jonathan Bock detalló que las estigmatizaciones hechas por funcionarios añaden más presión al ejercicio periodístico.
Jonathan Bock detalló que las estigmatizaciones hechas por funcionarios añaden más presión al ejercicio periodístico. | Foto: Luisa González

La Flip es la organización más representativa a cargo de defender la libertad de prensa en Colombia. SEMANA contactó a directores y periodistas de algunos medios. Aunque algunos prefirieron reservarse sus comentarios, otros coincidieron en que la fundación podría hacer más por defender a los periodistas en la difícil coyuntura que vive la prensa bajo el Gobierno Petro.

El propio presidente es intolerante frente a las críticas de la prensa. Tanto él como sus más radicales funcionarios, generalmente, en lugar de dar explicaciones en escándalos que los comprometen, optan por atacar con nombre propio a los periodistas, a los medios y los exponen de tal manera que aumenta el riesgo contra ellos por el ejercicio de su profesión.

Lo propio hacen las bodegas que apoyan al Gobierno y algunos influenciadores que son violentos en redes tienen hoy jugosos contratos con el Estado. Cuando el mandatario ataca a un periodista, de inmediato se activan los llamados ‘sicarios morales’ y vienen las calumnias, las amenazas y las tendencias fabricadas por varios días. Así lo han hecho por lo menos en dos oportunidades tras las graves denuncias del periodista Ricardo Calderón en Noticias Caracol, que comprometen al Gobierno Petro.

 Diana Giraldo dice que sí ha habido acompañamiento, pero judicial.
Diana Saray Giraldo dice que sí ha habido acompañamiento, pero judicial. | Foto: Vanguardia

La periodista Diana Saray Giraldo aseguró: “La Flip ha sido diligente en prestar apoyo cuando se trata de requerimientos judiciales, muchas veces he recibido apoyo en ese sentido, pero los pronunciamientos públicos frente al rechazo de las agresiones a periodistas siento que no hay la misma contundencia”.

Al Gobierno Petro no le gustan los medios críticos y utiliza sus megáfonos para descalificar a los periodistas en sus discursos. Además de calificarlos de mentirosos, por informaciones que son totalmente ciertas, los señala de “embrutecer” a la gente, como ocurrió con las emisoras de RCN y Caracol.

El director de la Flip, Jonathan Bock, señaló que la organización puede apoyar a un periodista comunitario en Saravena, Arauca, que se ve obligado a salir de su territorio por amenazas de un grupo armado y también a un medio corporativo como SEMANA (ejemplo que él mismo pone), “siempre que consideremos que las acciones contra el medio son desproporcionadas y buscan atacar su ejercicio periodístico”.

En la decisión de condenar o no los hechos predomina un análisis subjetivo. Es más, el propio Bock afirma que no todas esas intimidaciones deben ser motivo de un pronunciamiento de la entidad que él dirige. “Entiendo que se den casos de debate y que se discuta sobre las acciones que tomamos en la Flip; sin embargo, no todas las situaciones ameritan un pronunciamiento o no siempre resulta estratégico o efectivo pronunciarse. Esto no significa que no creamos que esa estigmatización es violencia y que limita el trabajo de los periodistas”, afirmó.

Lo que sostiene la fundación es que no tiene en cuenta casos “particulares” y argumenta que toma acciones “para defender a periodistas de los funcionarios públicos o de actores con capacidad real de censura”. ¿Pero quién tiene un poder mayor de censura o intimidación que el presidente de la república?

 Gustavo Gómez advierte que se necesitan pronunciamientos de fondo.
Gustavo Gómez advierte que se necesitan pronunciamientos de fondo. | Foto: istock

El periodista Gustavo Gómez, director de 6 AM Hoy por hoy, de Caracol Radio, advirtió: “La Flip ha perdido ritmo en la tarea de enfrentarse a poderes tan arrolladores como el del presidente Petro, quien tiene la grotesca costumbre de descalificar, ofender y calumniar a la prensa cuando no se le abanica como él requiere. Que él lo haga solo habla de su escaso respeto por la democracia, pero que la Flip haya perdido fuerza a la hora de recordarle que cruza peligrosos límites es desconcertante”.

Incluso, Giraldo habló de “una impotencia como periodista” cuando se trata de reflexionar sobre a quién acudir cuando se presentan situaciones de agresión a periodistas, un interrogante que se hace frecuente a medida que se agudizan los ataques.

La Flip ha perdido, además, espacio de interlocución con el Gobierno Petro. En estos 20 meses que lleva la administración, la organización ha solicitado tres reuniones con el presidente. De esas, solo una se confirmó, pero, pese a que la Casa de Nariño aceptó esa cita, a comienzos del mandato, el presidente no llegó. En esa ocasión los recibió el entonces ministro del Interior, Alfonso Prada, y la ministra TIC de la época, Sandra Milena Urrutia.

La falta de interlocución del poder Ejecutivo con quienes representan a los periodistas trascendió a tal punto que en una ocasión esa Fundación solicitó una reunión en conjunto con la SIP (la Sociedad Interamericana de Prensa) y el CPJ (que es el Comité para la Protección de Periodistas de Nueva York), pero no les dieron respuesta.

Pero, ¿hay una evaluación selectiva y peligrosa de la Flip al momento de evaluar sobre qué casos pronunciarse ante la opinión pública y respecto a cuáles no?

  D’Arcy Quinn pide que se cree un mecanismo que garantice los derechos de todos.
D’Arcy Quinn pide que se cree un mecanismo que garantice los derechos de todos. | Foto: GUILLERMO TORRES

La periodista D’Arcy Quinn, de la mesa de trabajo de La FM, sostiene que la Fundación “se pronuncia mucho y expeditamente cuando pasan cosas contra los de la izquierda y se demora cuando suceden ataques contra los periodistas que no lo somos. Llevo años criticándoles eso porque denuncian sobre portales que se han dedicado a calumniar, a perseguir, pero no sobre nosotros, que no somos ideologizados por la izquierda, que somos tildados de derecha.

Son supremamente selectivos a la hora de qué es lo que les molesta y qué es lo que les indigna y qué no”.¿Qué es lo que está pasando en la Flip? Algunos tratan de sacar sus propias conclusiones y aseguran que hoy la fundación está encabezada por un consejo directivo conformado por 14 periodistas, en el que la mayoría, claramente, tiene en común una ideología de izquierda.

Hay algo que llama la atención. Es común ver a algunos miembros del consejo directivo de la Flip criticando severamente a otros periodistas en redes o en los medios que trabajan, señalándolos de ser de izquierda o de derecha, descalificándolos, estigmatizándolos y dando cátedra sobre si hacen o no “buen periodismo”, ese en el cual los estándares son ellos mismos. Quizás olvidan que su principal tarea es defender la libertad de prensa y de expresión, independientemente de qué periodista se trate, como siempre se hizo en la Flip hasta antes del Gobierno Petro.

Entonces, desde esos prejuicios, ¿cómo pueden ejercer una defensa de los periodistas y derechos de una manera neutral?

Varios de los periodistas consultados coinciden en su preocupación porque los ataques a la prensa se convirtieron en paisaje, lo cual es muy peligroso para la democracia.

“En algunos casos, la Flip no se pronuncia, alegando que las ofensas del presidente y sus funcionarios a los periodistas son causadas por opiniones personales de los comunicadores. Mal argumento. Así como el presidente es siempre presidente, los periodistas somos siempre periodistas. La Flip debe mirarse el ombligo, hacer un sincero balance de falencias y tomar generosas cucharadas de un buen reconstituyente”, señala Gustavo Gómez.

Bock, director de la Flip, reconoció que Petro ha utilizado como parte de su estrategia el ataque a periodistas. Pero lo importante es defenderlos y no contribuir, a través del silencio, a que los callen y los censuren. La Flip, tan importante para la defensa de la libertad de prensa en Colombia, no puede convertirse en cómplice. La situación también es muy crítica en las regiones, donde muchos periodistas amenazados temen por sus vidas, sin que nadie los proteja.