TECNOLOGÍA
Realidad aumentada, mucho más que la realidad virtual
Diversas empresas inmersas en el mundo de la tecnología trabajan para producir hologramas interactivos que nos iluminan, nos entretienen y nos potencian.
La realidad virtual es emocionante, pero podría haber algo mucho más grande a la vuelta de la esquina a medida que startups innovadoras y todo aquel empeñado en marcar el paso en el mundo de la tecnología trabajan para producir hologramas interactivos que nos iluminan, nos entretienen y nos potencian.
El concepto, conocido como realidad aumentada, parece algo sacado de una película de ciencia ficción. Imagínese a Tony Stark, el personaje de historietas que observa hologramas llenos de información que recibe en el frente de su máscara de "Iron Man", o a John Anderton, el personaje que interpretó Tom Cruise y que disponía de pantallas digitales que flotaban en el aire en "Minority Report".
Todavía no ha avanzado tanto como la realidad virtual, pero la realidad aumentada puede alcanzar a mucha más gente porque está pensada como un complemento constante de la vida diaria y no como algo que lo transporta a uno a una dimensión artificial en un momento de escapismo, un mundo que por ahora gira en torno a videojuegos y a video clips de 360 grados.
"La realidad aumentada va a tener muchas más aplicaciones prácticas sencillamente porque hay mucha más gente con la que se puede interactuar en el mundo real", sostuvo Greg Kipper, quien estudió el potencial de esta tecnología en su libro "Augmented Reality: An Emerging Technologies Guide to AR" (Realidad Aumentada: Una guía de las tecnologías emergentes para la RA).
Con la realidad aumentada, hologramas tridimensionales vistos a través de receptores resultan útiles o divertidos, una buena compañía en el mundo real. Cuando uno camina por un pasillo en el supermercado, se le puede aparecer delante de sus ojos, en una pantalla virtual, una lista de ingredientes para preparar un plato italiano. Si lee un libro de astronomía, se le puede aparecer una imagen del sistema solar girando a su alrededor.
Si uno usa auriculares para realidad virtual, no ve los alrededores. Uno se transporta a otro mundo, como un dinosaurio que se mete en una selva, o está al borde de un rascacielos de 100 pisos, peligrosamente mirando hacia abajo. Tiene mucho en común con los parques de diversiones, incluida la tendencia a causar náuseas o mareos si uno usa el auricular por mucho tiempo.
No solo startups como Meta, Magic Leap y Atheer han estado haciendo progresos en el terreno de la realidad aumentada. También los pesos pesados de la industria tecnológica se han interesado.
Microsoft empezó a entregar una versión de 3.000 dólares de sus auriculares para realidad aumentada, HoloLens, a una audiencia limitada de programadores de computadores, en tanto que Google ha sido uno de los principales inversionistas de Magic Leap, que recaudó un capital de 1.300 millones de dólares en los últimos dos años. Apple expresó su interés el año pasado cuando compró el startup Metaio, alimentando las especulaciones de que estaba explorando formas de innovar con sus productos en el futuro.
Meta, un startup de Sillicon Valley con unos 100 empleados, planea lanzar su segunda generación de receptores a mitad de año. Los vende como parte de un kit de 949 dólares que facilita a programadores diseñar aplicaciones más tridimensionales e interactivas para sus receptores.
Si el director ejecutivo de Meta Meron Gribetz se sale con la suya, su compañía impondrá una nueva herramienta que será tan revolucionaria cono las interfaces gráficas que permitieron que las computadoras personales sean controladas con un mouse y como la tecnología al tacto que hizo que los teléfonos de usos múltiples resultasen indispensables. Describe la tecnología de Meta como "una extensión de tu mente porque está construida sobre los principios de tu mente".
En lugar de mirar pantallas mientras golpea teclados, Gribetz cree que la gente lidiará con una cantidad de pantallas holográficas suspendidas delante de sus rostros y controladas al tacto con las manos. Aparecerán teclados virtuales para que uno ingrese información.
La gente podrá ingresar a la pantalla holográfica, sacar el dibujo de la anatomía humana y separar el esqueleto para estudiarlo. O mirar adentro de un zapato que piensa comprar. Las llamadas telefónicas pasarán a ser obsoletas ya que todas las conversaciones aparecerán como hologramas que pueden intercambiar documentos e información.
"La realidad virtual está buena, pero es apenas un primera paso hacia la realidad aumentada", dice Gribetz, quien tiene 30 años. "Vamos a construir algo que es 100 veces más fácil de usar que una Macintosh y 100 veces más poderoso".
Meta se propone experimentar con sus propios trabajadores. En marzo del año que viene retirará todas las pantallas de computadoras de las oficinas de la empresa en Redwood City, California, y el personal empezará a usar pantallas virtuales que se pueden ver y tocar a través de receptores Meta 2.
Magic Leap, un startup con sede en Dania Beach, Florida, ha generado más revuelo todavía a partir de su relación con Google, cuyo CEO Sundar Pichai tiene un asiento en su junta directiva. Por otra parte, el poderoso grupo de e-commerce chino Alibaba es uno de los que contribuyeron para que la empresa reuniese un capital de 793,5 millones de dólares en febrero.
Magic Leap ha preparado vistosos videos que dan una idea de lo que se está haciendo. Uno muestra una ballena que salta en el piso de un gimnasio, salpica y desaparece. En otro, un par de manos se abren y se ve un elefante en miniatura que salta al aire.
La empresa no ha revelado sus planes y se ha limitado a decir que su tecnología hará que la gente se sienta como magos que protagonizan su propia película de Harry Potter.
"Le daremos a la gente un pincel para que pinte todo el mundo", dijo el CEO de Magic Leap Rony Abovitz durante una reciente conferencia.
Kipper cree que se están haciendo presentaciones tan impactantes que la gente se sentirá decepcionada cuando tenga su primera experiencia de realidad aumentada y pronostica que pasarán de cinco a diez años para que suceda algo realmente grande.
"Cuando ves una demostración de la realidad aumentada te parece algo genial. Pero cuando lo experimentas tú mismo, no es lo que viste en el video", expresó. "En estos momentos se están dando pasos milimétricos" en este terreno.