TECNOLOGÍA

El malware crece sin control

El 40 por ciento de los colombianos sufrió un ataque de malware durante el último año.

4 de septiembre de 2016
| Foto: Archivo particular.

Cada segundo tienen lugar doce ataques cibernéticos contra los usuarios de computadores y dispositivos móviles en Latinoamérica. Durante el último año ocurrieron 398 millones de ataques de malware, a razón de algo más de 1.100.000 ataques diarios. A diferencia de otras regiones del mundo, en América Latina la mayoría de los problemas de seguridad informática, 82 por ciento, se originan en el intercambio de memorias USB y discos infectados, y el 18 por ciento proviene de ataques desde Internet., según el estudio presentado por la compañía de seguridad digital Kaspersky, durante la Cumbre Latinoamericana de Analistas de Seguridad, que se realiza en San José del Cabo, en México.

Latinoamérica se convirtió en blanco preferido de grupos del cibercrimen, debido al crecimiento de la conectividad y el acceso a Internet que se registra en la región en los últimos cinco años. Ataques de malware (programas que toman control del dispositivo del usuario y roban información privada), Adware (programas que envían publicidad no solicitada al dispositivo de la víctima), phishing (mensajes de correo electrónico falsos que piden información de las cuentas bancarias del usuario) y el temible ramsonware, el secuestro de los datos del usuario por el que los cibercriminales piden el pago de un rescate son los tipos de ataques más comunes. Brasil es el país más inseguro de la región, con una tasa del 39,9 por ciento de la población víctima de ataques cibernéticos. El 39,9 por ciento de los colombianos sufrió algún tipo de ataque de malware en el último año, según el estudio, y ocupa el sexto lugar en la lista de países más afectados por el ciberdelito, después de Brasil, Perú, Bolivia, Chile y México.

Los expertos coinciden en señalar que el llamado “ramsonware”, el secuestro de información por la cual se pide rescate y que hace estragos en otros continentes, va a crecer en proporciones alarmantes en los países latinoamericanos durante los siguientes doce meses. De hecho, en la actualidad uno de cada tres correos maliciosos que se reciben en la región contiene un intento de secuestro de datos.

Los bancos se convirtieron en uno de los blancos preferidos del cibercrimen, registrándose un cambio de tendencia: ya no se busca a los clientes de los bancos sino a las instituciones financieras mismas, que poseen el dinero que las bandas de ciberdelincuentes apetecen. Esto se traduce en una ofensiva de operaciones para tomar el control de cajeros automáticos, que en el mundo del hacking se conoce como “jackpoting” y extraer todo el dinero que contienen. Son operaciones tecnológicas cada vez más frecuentes en América Latina. En Colombia ocurrió un sonado caso en 2014, en el que los delincuentes lograron hurtar el equivalente a 304.000 dólares provenientes de catorce cajeros automáticos infectados.

Paralelamente continuarán, según los expertos, los ataques no tecnológicos que el público conoce, como la colocación de lectores que capturan las claves de los usuarios y clonan las tarjetas débito (conocidos como “skymmers”) o la violencia directa contra las máquinas, dinamitándolas o arrancándolas y llevándolas a otro lugar para abrirlas por métodos físicos.