Tecnología
Los tres ataques más usados por los delincuentes para robar información; cómo diferenciarlos y evitar ser estafado
Los usuarios deben comprender cómo operan los ciberdelincuentes para poder tomar medidas efectivas y protegerse adecuadamente.


En un mundo cada vez más vulnerable a los ataques cibernéticos, la seguridad se ha convertido en una prioridad para los usuarios que buscan protegerse de los peligros que acechan en internet. En este contexto, los expertos destacan que la clave para prevenir los riesgos asociados radica en estar bien informado. Sin embargo, más allá de adquirir conocimientos generales, es fundamental entender y diferenciar ciertos términos que, a menudo, causan confusión.
Es probable que en algún momento se haya escuchado sobre el phishing, el spam y el malspam, pero muchas personas desconocen la verdadera definición y, sobre todo, las diferencias entre estos conceptos. De acuerdo con ESET, empresa líder en detección de amenazas, es esencial conocer en qué consisten estos tipos de ataques, cuáles son sus principales características, qué los distingue y qué medidas tomar para evitar ser víctimas de fraudes o engaños.
El phishing es una técnica empleada por ciberdelincuentes para engañar a las víctimas y hacer que entreguen información confidencial, como contraseñas, datos bancarios o información personal. La modalidad más común consiste en suplantar a instituciones reconocidas, como bancos o empresas de confianza, a través de correos electrónicos o mensajes, con el objetivo de atraer a la víctima a completar un formulario falso adjunto o a visitar una página web fraudulenta donde se solicitan credenciales de acceso o detalles de la cuenta.

Por otro lado, el malspam hace referencia a las tácticas de envío masivo utilizadas por actores maliciosos para infectar dispositivos mediante archivos o enlaces. Este término proviene de la combinación de las palabras “malware” y “spam”, y generalmente se asocia con estrategias de phishing. Su objetivo principal es ganar la confianza de la víctima suplantando a una entidad conocida, para así obtener sus datos personales.
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Es importante subrayar que, mientras el spam se enfoca en la promoción de productos o servicios, el phishing tiene como único propósito obtener información personal y financiera de las víctimas, y el malspam busca infectar dispositivos o tomar el control de los equipos.
En cuanto a la identidad, el phishing suele suplantar a empresas reconocidas para engañar a los usuarios, mientras que el spam puede provenir de entidades legítimas. Los correos, generalmente, redirigen a sitios web donde se ofrecen productos o servicios, mientras que el malspam incluye archivos maliciosos o enlaces a páginas fraudulentas.
Además, los sitios asociados al spam suelen estar alojados en plataformas gratuitas, mientras que las páginas de phishing suelen estar en servidores legítimos vulnerables o en sitios creados específicamente por los ciberdelincuentes.

Para evitar ser víctima de estas amenazas, los especialistas recomiendan no compartir la dirección de correo electrónico de manera indiscriminada en sitios web y optar por crear cuentas desechables para recibir boletines informativos o suscripciones. Del mismo modo, si se recibe un correo de un remitente conocido sin previo aviso y este incluye un enlace sospechoso o un archivo adjunto, es aconsejable contactar directamente a la persona antes de abrir el contenido.
En el caso de recibir un mensaje de una entidad bancaria o una marca conocida, se recomienda verificar la autenticidad del correo a través de los canales oficiales de la institución. Como regla general, los organismos oficiales nunca solicitan datos personales, ni envían formularios en línea ni archivos adjuntos para descargar.