Una de las apuestas de los fabricantes para este 2014, año de Mundial de fútbol, es la masificación de televisores con resolución 4K (o UHD: Ultra Higt Definition) o visión en 3D (tercera dimensión).
Sin duda estos formatos son deslumbrantes y totalmente diferentes a lo que estamos acostumbrados, pero no dejan de ser nuevos para el mercado aún.
Cuando hablamos de contenidos nos referimos a que los programas que usted ve diariamente estén optimizados para sacarle provecho a la gran resolución que pueden otorgar los televisores 4K o 3D.
Si sus programas favoritos, por ejemplo los partidos de fútbol, no son grabados con tecnología 3D pues básicamente usted verá su programa favorito máximo con resolución HD y las gafas se oxidarán a un costado de la casa.
Ocurre lo mismo con un televisor UHD o 4K. Usted puede comprar una súper pantalla pero si no tiene programas o eventos grabados y emitidos en este mismo formato básicamente se estará desperdiciando la capacidad de este tipo de televisores.
Por ejemplo, este año sólo el partido final del Mundial de fútbol 2014 será transmitido en formato 4K, lo que ya es un avance muy grande, pero se queda corto para una inversión que por ahora es bastante alta.
Varios fabricantes apuestan a tener canales propios que muestran contenidos (programas, series, eventos o películas) adaptados a estos formatos, el problema es que los canales y las propias producciones todavía no realizan series o programas bajo los estándares de ese tipo de formatos.
Tenga en cuenta el ejemplo del HD (alta definición). Para ver su novela favorita en HD debe tener un televisor que tenga el formato, un operador que ofrezca el canal HD y que la producción haya sido grabada y emitida con HD. Estos estándares no son cumplidos para formatos 4K o 3D en la mayoría de los casos.
¿Vale la pena pagar tanto ahora?
Ya los televisores con una resolución altísima están llegando en tamaños más convencionales para el mercado colombiano, como el de 50 pulgadas o menos. El costo no baja de 4 millones de pesos, y se agrega la posibilidad de conexión directa a internet, lo que los convierte en Smart TV (televisores inteligentes).
A mayor tamaño, mayor costo, como siempre. Es ahí donde usted como consumidor debe evaluar si esta inversión vale la pena en esta época. La vida útil de un televisor puede alcanzar hasta los 15 años, y seguro para esa época ya habrá más contenidos adaptados a súper formatos, pero la demora puede jugar en contra a la compra.
Como con cualquier novedad tecnológica, a medida que haya más productos en el mercado y mayor aceptación de parte de los usuarios, los precios van bajando gradualmente. Y los canales y productores de cine al ver el éxito de estos formatos y televisores realizarán más contenidos de este tipo.
Ahora, si usted es de esos consumidores que le gusta estar a la vanguardia siempre, este tipo de televisores son ideales. Tendrá contenidos con altísima calidad, siempre en busca de experiencias más cercanas para el televidente: lo que buscan los fabricantes es equiparar los formatos de cine, llevarlos a la sala de su casa. Usted decide.