CIENCIA

Biotecnología colombiana para proteger a los cultivos de arroz

Un bactericida de origen biotecnológico, elaborado por investigadores de la Universidad Nacional, promete controlar el añublo bacterial, principal enfermedad de este cultivo.

1 de agosto de 2016
| Foto: Agencia de Noticias UN - Unimedios

El añublo bacterial es una de las enfermedades más agresivas que afecta a los cultivos de arroz en el mundo y que pudre los granos y las plántulas. Si no se controla esta afección, causada por un grupo de bacterias entre las que se encuentra la Burkholderia glumae, puede ocasionar pérdidas mayores al 75 por ciento en la producción arrocera. Según CropLife Latin America, organización gremial internacional que representa a la industria de la ciencia de los cultivos, en Colombia las autoridades agrícolas declararon entre 2011 y 2012 la emergencia sanitaria por la propagación de esta enfermedad.

Si bien en el mercado hay distintos productos que abarcan desde los antibióticos sintéticos hasta productos químicos, estos han demostrado no ser tan efectivos y producir efectos nocivos al medio ambiente. Ante tal problema, del Grupo de Bioprocesos y Bioprospección del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional de Colombia (IBUN), comenzó en 2009 una investigación para crear un producto biotecnológico que combatiera el añublo.

“Desde 2009 empezamos a hacer un trabajo de identificación de los patógenos que causaban esta enfermedad en el arroz. Una vez conseguimos ese primer objetivo nos dedicamos a encontrar un microorganismo antagonista mediante una técnica de prospección biotecnológica denominada screening”, explicó Nubia Moreno, docente e ingeniera química del IBUN.

Esta técnica consiste en estudiar distintas muestras de tierra o agua en donde habita el patógeno para saber si en ese mismo medio hay algún otro organismo que lo combata. Si el resultado es positivo se cultivan por separado los distintos microorganismos para identificar cuál es el que ataca al patógeno y así poderlo multiplicar.

Luego de casi siete años de investigaciones el IBUN dio a conocer el Actybac, un producto desarrollado a partir de la Streptomyces racemochromogenes y que busca controlar las cuatro bacterias responsables del añublo. En esencia, dentro de su proceso de crecimiento con carbono y nitrógeno, esta bacteria antagonista produce unos metabolitos que inhiben la propagación de los agentes patógenos.

Actualmente, la Universidad Nacional comenzó el proceso de transferencia tecnológica del Actybac para que a comienzos de 2017 pueda comercializarse. La dosis del producto establecida para blindar los cultivos del grano es de un litro de concentración por hectárea sembrada.

Con su comercialización, el Actybac también promete mejorar la calidad del arroz, al ofrecer un grano con menos rastros de químicos a los consumidores, así como contribuir a que la cosecha del grano sea más amigable con el medio ambiente y a restituir el equilibrio bacterial en los suelos dedicados al cultivo.

“Por lo general en los suelos hay un equilibrio biológico entre los patógenos que atacan una planta y los microorganismo antagonistas, pero con el desarrollo de la agricultura a gran escala y el uso de pesticidas y fertilizantes este equilibrio se afecta, los que buscamos con este producto es contribuir a restablecer esa armonía”, explica Moreno.

El Actybac se suma a otros cuatro productos biotecnológicos desarrollados desde 2002 para mejorar la cosecha del arroz y que cuentan con la impronta de la U.N. Dos de estos contribuyen al crecimiento vegetal a partir de las bacterias Azospirillum y Azotobacter, que ayudan a la fijación de nitrógeno. Los otros son el Fosfobiol y el Trifesol, fungicidas elaborados con dos tipos de hongo que ayudan a la formación de tejido vegetal.

Aunque hay que tener en cuenta variables como el clima, el suelo, las semillas, el riego y la tecnificación, los estudios muestran que este quinteto de productos biotecnológicos puede incrementar la producción de arroz hasta en un 10 % promedio.

Con información de la Agencia de Noticias UN.