VIDA MODERNA

El caso de una pareja cuyas charlas privadas fueron compartidas entre sus contactos telefónicos por Alexa

El asistente de voz de Amazon les grabó la conversación y la envió por ‘email’ a un amigo. Este y otras historias similares ponen en tela de juicio la seguridad de estos aparatos.

28 de mayo de 2018
| Foto: Pixabay

Las paredes hablan”, decía la gente cuando quería proteger un secreto o una conversación privada. Ahora, en la era de los teléfonos celulares inteligentes, el temor es que estos dispositivos sean los que revelen estas conversaciones privadas. El caso de una familia de Seattle, Washington,  en Estados Unidos, que padeció una brecha de seguridad en su propia casa a través de un asistente personal de Amazon conocido como Echo, ha disparado las alarmas. La familia se encontraba en su residencia cuando recibieron una llamada de un amigo que les decía: “Apaguen a Alexa. Los están hackeando”. Aparentemente este aparato había grabado la conversación familiar y la había enviado a alguien en la lista de contactos en dicho aparato, sin ninguna autorización.

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No es la primera vez que algo así sucede con estos aparatos. El mes pasado investigadores reportaron una falla en Alexa, el asistente de voz de Amazon, que se activó cuando escuchó por error un comando de una conversación en vivo. Según un comunicado enviado al diario The Washington Post, los voceros de Amazon explicaron que Echo se activó cuando oyó el sonido ‘Alexa’. Luego escuchó el comando de enviar mensaje a lo que el robot contestó ‘ ¿a quién? De esa misma conversación salió el nombre del contacto al que fue enviado. “Estas máquinas pueden interpretar voces humanas de forma errada“, dice Wenchao Zhou, un experto en ciencias de la computación de Georgetown.

Oír lo que no toca no es problema exclusivo de Amazon. El año pasado Google tuvo inconvenientes con su Home Mini, un parlante controlado por voz que se usa para escuchar música y  administrar aparatos electrónicos, debido a que se encontró que grababa constantemente sonidos en el hogar y los enviaba a Google. Recientemente, los investigadores supieron que Siri, Alexa y el asistente de Google escuchaban instrucciones de audio secretas indetectables para el oído humano.

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Aunque Amazon señala que está evaluando estos casos para que no vuelvan a suceder, el incidente pone de nuevo el dedo en el tema álgido de la seguridad en estos aparatos, que se denominan internet de las cosas, un término que se usa para describir electrodomésticos que tienen sensores conectados a la red.  En marzo de este año, Kaspersky lab encontró una brecha de seguridad en cámaras inteligentes que se utilizan con frecuencia para monitorear a los bebés cuando están solos o para la seguridad del hogar y la oficina. Estas vulnerabilidades permitirían a los hackers tener acceso a distancia a las transmisiones de audio y video de las cámaras, con lo que podrían deshabilitarlas remotamente o ejecutar códigos arbitrarios maliciosos.

Pero es más preocupante con los asistentes de voz como Siri, Alexa y Cortana porque casi todos los tienen activos en sus teléfonos móviles sin saber que está escuchando sus conversaciones y enviándolas a cualquiera en la lista de contactos. Después de todo, son computadores con micrófonos y parlantes y está conectados a la red por lo cual, dicen los expertos, podrían convertirse en aparatos de espionaje. Según Goeffrey  Fawler, experto en tecnología del diario The Washington Post,  estos dispositivos siempre están despiertos y oyendo pasivamente un comando que los active como “Alexa,  O.K. Google o hey Siri”. El problema es que dichos aparatos no son perfectos y responden en momentos diferentes a cuando lo quiere el usuario. Esto se debe en parte a que separar un comando de voz de un sonido similar en una conversación en casa no es fácil. Los voceros de Amazon sin embargo, dicen que estos eventos son muy escasos y que trabajarán para que lo sean aún menos.

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Mientras tanto todos los que tienen estas tecnologías en sus casas o en sus celulares se preguntan qué  hacer para que no les pase lo mismo de la familia de Seattle. Fowler recomienda deshabilitar algunas funciones de la aplicación de Alexa, como por ejemplo, la que permite hacer compras con comandos de voz. Otra opción es apagar la opción de que Alexa se active automáticamente. También es posible quitarles el sonido y desconectar el micrófono. La más radical de todas es  apagarlos, como lo hizo la familia de Seattle que ahora está solicitando a Amazon que les devuelva la plata.