Las EAI son complejas y multifactoriales debido a que sus causas son medioambientales y genéticas. Se presentan en cerca del cinco por ciento de la población y si no son detectadas y tratadas a tiempo pueden comprometer gravemente la salud de los pacientes que las padecen, con una pérdida de la calidad de vida y altos costos en servicios de salud.
El doctor Juan Manuel Anaya, director del Centro de Estudio de Enfermedades Autoinmunes (CREA), de la Universidad del Rosario, le dijo a SEMANA que desafortunadamente en Colombia son pocos los médicos que se especializan en el área de inmunología y pocas las bases que se brindan en los currículos de medicina general. “Desde el punto de vista de salud pública no hay ninguna campaña de información, prevención, ni concienciación de que estas enfermedades tienden a aumentar actualmente”, asegura.
Según Anaya, las EAI hacen parte de un grupo conocido como enfermedades crónicas no transmisibles y las más comunes son la tiroiditis autoinmune, la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico, la diabetes tipo 1 y la esclerosis múltiple.
Resulta preocupante conocer que en la mayoría de casos el diagnóstico de la enfermedad tarda entre cuatro y ocho años en brindarse y que luego de esto comienza una lucha con las EPS ya que los tratamientos suelen ser de alto costo.
A través de varios estudios el CREA ha demostrado que algunos individuos pueden presentar más de una EAI, lo que se denomina como poliautoinmunidad, afirma la doctora e investigadora del CREA Adriana Rojas. Además agrega, “una paciente puede tener artritis reumatoide, su madre hipotiroidismo, y su tía lupus. A esto se le denomina autoinmunidad familiar”.
A pesar de que este tipo de enfermedades no son curables, con una evaluación personalizada y un buen seguimiento médico, se pueden controlar. “No es lo mismo tener la enfermedad que estar enfermo, la enfermedad no va a desaparecer pero el paciente no tiene por qué padecer y sufrir con los síntomas”, asegura el doctor Anaya.
Las enfermedades autoinmunes más comunes
Artritis reumatoide: Compromete principalmente las articulaciones que tienen movimiento, inflamándolas y destruyéndolas.
Lupus eritematoso sistémico: Afecta la piel, genera lesiones rojizas y puede afectar el riñón y las articulaciones. Es “sistémico”.
Diabetes tipo 1: Se destruyen las células del páncreas que producen la insulina y se trastorna el nivel corporal de azúcar.
Tiroiditis autoinmune: Se disminuye el nivel de hormona tiroidea. Se trastorna el peso, además de producirse cansancio y depresión.
Esclerosis múltiple: Ataca el sistema nervioso central. Se manifiesta con dificultades en movimientos de las extremidades, la visión o las sensaciones táctiles.
“Lo más frustrante es que nadie te cree que estás enfermo”
Desde que era una niña, Liliana Ramírez sentía que le dolían las piernas y muchas veces hasta el pararse de la cama era una misión imposible.
Lograr que me hicieran un seguimiento interdisciplinar en la EPS fue una angustia diaria. Apenas hace tres meses unos análisis, pagados por mí, me confirmaron que sufría de artritis reumatoide, con la que conviví por más de 30 años sin saberlo.
Los exámenes me salían buenos, me decían que era estrés y depresión, pero mis dolores seguían. Me decían que me inventaba los dolores e incluso algunos médicos me llegaron a tratar de loca.
Me siento discriminada constantemente, por mi enfermedad suelo incapacitarme mucho, por ese motivo me han sacado de varios trabajos. Tengo buen semblante y hasta he aumentado de peso por eso la gente no cree que estoy enferma. Pero el sufrimiento va por dentro.
Ahora lucho por una pensión por invalidez y espero que nadie más tenga que soportar eternos dolores y eternas esperas hasta obtener un diagnóstico correcto, como ocurrió en mi caso.