Fruta ‘milagrosa’ que previene infartos, regula los niveles de azúcar y hace bajar de peso

Una alimentación sana y equilibrada es vital para gozar de buena salud. Por lo tanto, expertos e instituciones se han puesto a la tarea de investigar y dar a conocer los alimentos más convenientes para seguir una dieta balanceada.

Lo clave es tener constancia que los productos sean provenientes exclusivamente de la naturaleza, debido a que son los que más beneficios proporcionan. Entre estos, se destacan las frutas, siendo imprescindibles en el día a día.

En ese orden de ideas, la Organización Mundial de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura apunta que estos productos son los encargados de mantener al cuerpo sano, aportando variedad, sabor y textura a las dietas. Sea complementándolos con arroz, pan u otro alimento natural, las frutas siempre serán saludables para el organismo y beneficioso para el cuidado del medio ambiente.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la recomendación es consumir al menos 400 gramos diarios para ser testigo de los beneficios que tienen las frutas. Del mismo modo, las estadísticas del órgano internacional exponen que la ingesta mínima de frutas y verduras es la causa de aproximádamente del 14% de las muertes por cáncer gastrointestinal, 11% de las cardiopatías isquémicas y 9% de fallecimientos por accidentes cerebrovasculares alrededor del planeta.

Las frutas y verduras se consideran partes comestibles de las plantas (por ejemplo, estructuras portadoras de semillas, flores, brotes, hojas, tallos, brotes y raíces), ya sean cultivadas o cosechadas en forma silvestre, en estado crudo o en forma mínimamente elaborada. Igualmente, la Fundación Española del Corazón apunta que estos alimentos aportan vitaminas, minerales, antioxidantes, flavonoides, terpenos, selenio, compuestos fenólicos y sustancias fitoquímicas. Todas estas propiedades son vitales para el organismo.

Entre toda la variedad de frutas presente en los mercados, una buena apuesta es la pera. Las hay naturales como híbridas, pero sin perder las propiedades que la caracterizan y benefician al organismo. Con forma oval o redondeada, de piel fina y jugosa pulpa, la pera es una fruta presente en las mesas de todo el mundo. Aunque puede que no sea tan popular como la naranja, el plátano o incluso la manzana, su dulce sabor y sus beneficios la han convertido en imprescindible.

Es originaria de Europa oriental y Asia occidental, siendo España uno de los grandes productores en la actualidad junto a China, superando a Italia y Estados Unidos como exportadores.

La Fundación Española de la Nutrición señala que la pera está compuesta por más de 80% de agua, lo cual hace que sea importante para hidratar, depurar y eliminar toxinas. Igualmente, aporta en la sensación de saciedad y controla el apetito por su alto contenido en fibra.

Las personas que incluyen esta fruta en su alimentación diaria, según un estudio realizado por la Universidad Estatal de Luisiana, tienen 35% de probabilidades más de ser menos propensas a tener obesidad. Del mismo modo, es una gran aliada para adelgazar. También tiene capacidad de regular los niveles de azúcar en sangre. Con un índice glucémico bajo, esta fruta es buena para los diabéticos.

Además de favorecer el tránsito intestinal combatiendo el estreñimiento, las fibras que contiene la pera, como la pectina, no solo ayuda a regular los niveles de colesterol LDL (conocido popularmente como ‘el malo’), también evita la acumulación de grasa en las arterias, lo que reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares como los infartos.

Por su contenido de vitamina C, el cual es importante para absorber el hierro, potasio y reforzar el sistema inmunológico; la pera es clave para agregarla a desayunos, almuerzos, cenas y medias nueves.