Durante las últimas semanas, los amantes de la tecnología no paran de hablar acerca del que para muchos será el gadget del futuro. Se trata de Google Glass, unas gafas inteligentes que le permitirán al usuario conectarse a internet para obtener, compartir e intercambiar información sin necesidad de usar su computador, tableta o celular.
Esta es la gran apuesta de Google, uno de los gigantes del mundo de la informática, y aunque algunos ven el dispositivo como impulsor de la próxima revolución de la era digital, otros lo esperan con prudencia, pues podría tener ciertas implicaciones en la vida privada de las personas.
La idea de este proyecto surgió como respuesta a la necesidad de obtener los mayores beneficios de la tecnología sin tener las manos ocupadas. Manipular aparatos es esencial en la actualidad “pero a veces genera distracciones en el usuario. Por eso lo ideal es que le brinde la información que requiere sin que le estorbe”, señala Steve Lee, uno de los creadores de Project Glass en Google. Ese es el motivo por el cual las grandes marcas, como Apple, que desarrolla el iWatch o reloj inteligente, están creando dispositivos portátiles, que se llevan como una prenda más.
A esta tendencia se le conoce como computación para vestir (wearable computing) y es el cambio radical que algunos expertos plantean como la nueva revolución digital. “Este tipo de dispositivos se crea con base en la idea del ‘ciborg’ o el hombre-máquina. La tecnología se incorpora al usuario, quien recupera sus manos y puede controlarla sin que obstaculice sus actividades”, señaló a SEMANA Pablo F. Arrieta, especialista en tecnologías de la información.
Aunque algunas de sus funciones son similares a las de un teléfono inteligente, la experiencia en Google Glass es “muy diferente y revolucionaria. La información se está trasladando de las pantallas al mundo físico gracias a la realidad aumentada. Tener estos datos a la vista mientras caminas o trotas por una calle es algo único”, dijo a SEMANA Mike Liebhold, investigador en nuevas tecnologías y miembro del Instituto para el Futuro (IFTF, por sus siglas en inglés) en Palo Alto, California.
Google Glass tiene un miniproyector en el extremo cercano al ojo derecho, a una distancia mayor del lente de unas gafas tradicionales. Por medio de una tecnología sofisticada genera el efecto de realidad aumentada, esto es, información adicional virtual que se sobrepone a lo que el sujeto está percibiendo de su entorno.
De esa forma, el usuario observa a través de las gafas el paisaje sin alteraciones y tiene la posibilidad de conocer la temperatura, tomar fotos con solo guiñar el ojo, grabar videos, hacer llamadas telefónicas y buscar direcciones o datos en la web. Para esto el aparato incluye GPS, Bluetooth y Wi-Fi. Además, funciona por medio de mandos de voz, una tecnología similar a la de Siri utilizada en el iPhone, y tendrá integrado el sistema operativo Android.
A pesar de que las gafas no saldrán al mercado sino a finales de 2013 o principios de 2014, un grupo de 8.000 personas en Estados Unidos, entre quienes se encuentran gomosos de la tecnología, periodistas y líderes de opinión, ya ensayaron la versión de prueba del dispositivo. Fueron seleccionados por medio de un concurso en Twitter en el que se les pedía decir, en pocas palabras, qué harían con los lentes.
Las primeras impresiones de este selecto grupo son variadas. Joshua Topolsky, editor del portal de noticias de tecnología The Verge, señala que el diseño y la proyección de realidad aumentada que Google Glass genera es asombrosa, “limpia, elegante y relativamente coherente”. Sin embargo, otros que tuvieron los lentes puestos durante varias horas del día no ocultaron que se sintieron raros en la calle y que a pesar de permitirles estar hiperconectados también los hacía “sentir menos involucrados con lo que está pasando en la vida real”, escribió Megan Rose Dickey en su columna del sitio web businessinsider.com.
Como es de esperarse con las versiones de prueba, Google Glass tiene puntos técnicos por mejorar. Algunos usuarios de este modelo señalaron que sería bueno repensar el diseño de los lentes de tal forma que sean más discretos. También observan que la pantalla, aunque nítida y brillante, podría mejorar. En cuanto a la batería, el problema radica en su corta duración. Según varios reportes, la pila es tan limitada que si el usuario graba un video de diez segundos podría gastar el 20 por ciento de su energía. Otro punto en contra es su alto costo, pues por ahora tendrá un valor aproximado de 1.500 dólares.
Más allá de los problemas técnicos, que pueden solucionarse con el tiempo, la mayor preocupación que suscita este novedoso dispositivo es que amenaza la privacidad. “En esta era la gente está siendo fotografiada constantemente por cámaras de seguridad, por extraños que registran escenas de eventos multitudinarios y por nuestros propios amigos y familiares”, explicó a SEMANA Isabel Pedersen, profesora asociada del Instituto de Tecnología de la Universidad de Toronto, Canadá, y autora del reciente libro Ready to Wear: A Rhetoric of Wearable Computers and Reality-Shifting Media. Con Google Glass ese riesgo podría aumentar debido a que cualquiera podría tomar una foto o grabar un video de un extraño en la calle sin que este lo sepa.
Lo anterior hace parte de un fenómeno conocido como lifelogging que según explica Pedersen, significa tomar fotografías continuamente durante el día para tener una memoria digital. Aunque parece una práctica inocua ha generado un gran debate porque esta información se almacena en la nube y empresas como Apple y Google no han dado aún garantías de qué tan protegida está del alcance de extraños.
Aunque para Pedersen es muy prematuro juzgar a Google Glass, su éxito se medirá según si el aparato se vuelve imprescindible para la gente, así como lo es hoy un teléfono inteligente. “Tiene que ser cómodo e indispensable como la ropa que usan las personas a diario”, dice la experta. Para Arrieta, este puede ser el principio de algo más grande, que tardará unos años en desarrollarse y masificarse.
“Basta con ver cómo tuvo que pasar alrededor de una década desde que apareció el celular hasta el iPhone, que marcó un hito”.
Los expertos dicen que, sin duda, estas gafas harán parte de una gran revolución. Por ello no hay que perderlas de vista.
Señales particulares
Infografía: Martin Missfeldt - www.brille-kaufen.org
Las gafas de Google son un minicomputador con capacidad para realizar muchas funciones, entre ellas hacer llamadas telefónicas. Estas son sus principales características.
- Están hechas a base de plástico, silicona y titanio.
- Pantalla de 640x360 píxeles, equivalente a un monitor de 25 pulgadas visto a 3 metros de distancia.
- Cámara de 5 megapixeles con video de 720 pixeles de resolución.
- Capacidad de 16 gigabytes de almacenamiento (12 de ellas libres).
- Sistema de audio que transmite el sonido directamente a los huesos cercanos al oído para eliminar interferencias.
- Conectividad a Wi-Fi y Bluetooth 4.0.
- La batería dura un día en uso normal.
- Software para teléfono inteligente con plataforma Android 4.0.3.
- Sistemas GPS y SMS.