DIETA
La familia que pasó un año sin comer azúcar
El experimento tuvo como resultado un libro que narra cómo fue el reto e invita a ser más conscientes de la alimentación.
La familia Schaub logró un reto que muchos quisieran cumplir: evitar comer azúcar durante un año. Tan desafiante y enriquecedora fue la experiencia que los Schaub decidieron narrarla en un libro Year of no sugar (El año sin azúcar).
La fuente de la motivación fue un video de un endocrinólogo en el que hablaba de los efectos que el azúcar tiene sobre el cuerpo. . “En todas partes veía azúcar, empecé a cuestionarme no sólo la cultura alimentaria americana sino la mía propia: ¿Qué le estoy dando de comer a mi familia?”. El video hizo tal mella en la conciencia de Eve Schaub que decidió, junto a su marido y sus dos hijas, vivir todo el año (2011) sin la presencia de ningún tipo de azúcar añadido en su organismo.
Naturalmente, a quienes les costó más trabajo asumir la nueva dieta (y vida) fue a sus hijas, Greta e Ilsa, de 6 y 11 años. “Se pusieron a llorar”, comenta su madre. “Sabían que los cumpleaños y Halloween no serían lo mismo”.
Pero “yo quería probar si era posible dejar el azúcar sin vivir miserablemente”, agrega.
La familia solo se permitió una pequeña licencia mensual: cada uno podía consumir un producto con una dosis mínima de azúcar. Eva optó por un vaso de vino tinto mientras que el resto por un postre.
Para evitar las tensiones, Eva aconsejó a su hija escribir un diario, y algunos de sus fragmentos se han rescatado en el libro.
Los resultados
Tras cumplir el año, los resultados fueron muy favorables aunque no totalmente previsibles. Ningún miembro de la familia perdió peso.
“Siento que la gente está decepcionada con el resultado, pero yo no buscaba perder peso”, dijo Eva, según relata el diario El Mundo de España. Asegura que solamente quería comprobar cómo se sentía su cuerpo y su paladar ante la ausencia de azúcar. “Nuestros paladares comenzaron a cambiar con el tiempo. Las cosas dulces comenzaron a no gustarnos e, incluso, a repugnar”, señala. Además asegura que se sintieron más sanos y se enfermaron menos.
Cuando terminó la experiencia, todos pensaban que una vez cumplido el reto, estarían ansiosos por consumir azúcar. Pero “no fue así en absoluto”. Aunque no deseaban consumir azúcar, una de las cosas más complicadas fue precisamente encontrar productos sin azúcar. “Tuve que hacer mi propia mayonesa e incluso hornear mi propio pan. Tuve que recorrer muchos kilómetros para comprar los diferentes productos sin azúcar”, afirma.
Tras la experiencia, Eva recomienda a todo el mundo llevar a cabo esta práctica. “La gente no tiene que ser tan estricta como nosotros, pero les recomiendo que empiecen por ser más conscientes del azúcar que consumen, para que tomen sus propias decisiones”, sentencia.
Algunas de las dificultades al hacer compras quedaron registradas en video: