VIDA MODERNA

¿Cómo distinguir las noticias de salud falsas?

Información sobre curas, dietas, enfermedades y testimonios milagrosos abundan por Internet. Cómo evitar caer engañados en recomendaciones sin sustento científico.

12 de enero de 2017
De los 20 artículos más compartidos en Facebook durante el 2016, referentes al cáncer, más de la mitad contenían afirmaciones desmentidas | Foto: pixabay.com

La salud es a todos interesa y por ello genera opiniones de todo tipo. Por ser un tema tan taquillero en Internet abundan blogs, libros y páginas con recomendaciones muy atractivas pero en muchos casos sin ningún respaldo de investigadores, especialistas, ni instituciones acreditadas en el campo. Es un asunto muy serio porque esa información falsa es un potencial peligro para la vida.

Investigadores de la Universidad de Wisconsin analizaron 200 publicaciones en Facebook y descubrieron que aquella información fundamentada en rumores y teorías conspirativas en contra de la industria farmacéutica o los gobiernos, fueron más populares y compartidas que los artículos provenientes de fuentes confiables. Por su parte, el medio inglés The Independent hizo lo propio y analizó que de los 20 artículos más compartidos en Facebook durante el 2016, referentes al cáncer, más de la mitad contenían afirmaciones ampliamente desmentidas por autoridades sanitarias e investigadores médicos.

La doctora Fernanda Hernández, especialista en epidemiología y presentadora de la sección de salud de Noticias Caracol, habló con Semana.com sobre cuáles son las claves para reconocer cuándo este tipo de información es falsa.

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1. No crea en curas mágicas: Aquellas noticias en donde se asegura que milagrosamente se encontró la clave para bajar de peso en una semana o la cura para las enfermedades crónicas es muy dudosa. Hay que tener en cuenta que las patologías más complicadas como el cáncer, la diabetes o artritis no son una sola enfermedad, sino un conjunto de dolencias con distintas causas y comportamientos diferentes. “Ante un diagnóstico de estos, pacientes, familiares y amigos en su desespero por buscar una salida pueden recurrir a lo que sea y, en esa búsqueda, se cometen errores que pueden costar la vida”, explica Hernández.

2. Mirada crítica: La médica recomienda leer toda la información con mirada crítica, “aún más, si piensa tomar decisiones basada en esa información ¡Es la salud la que está en juego!”, añade.

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3. Busque fuentes confiables: Este es un principio básico del periodismo y también debería ser de los lectores. La idea es que la referencia a la que está acudiendo en busca de información tenga ante todo soporte científico avalado por instituciones, profesionales o medios con credibilidad. Adicional, asegura Hernández, un artículo con información verdadera “nunca recomienda un tratamiento específico sino que orienta o habla de todas las aristas de un tratamiento. Es decir, ventajas pero también desventajas, efectos secundarios, contraindicaciones”.

4. Desconfíe si le quieren vender: Otra recomendación es desconfiar de aquella información que intenta vender productos para mejorar la salud. Estas noticias pobres de sustento científico y basadas en experiencias personales, por lo general no están respaldadas por profesionales especializados y de esa manera, el usuario no solo puede perder su tiempo y dinero, sino poner en riesgo su salud con productos que se venden como “naturales”: Natural no significa que sean inofensivos.

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5. Nada reemplaza la consulta con el médico: Es importante tener claro que todos los organismos son diferentes y reaccionan distinto ante los tratamientos, por ello no se debe creer que los artículos están escritos basados en casos particulares. No existen enfermedades sino enfermos y cada caso debe ser individualizado según características que nos hacen particulares como edad, género, presencia de enfermedades o consumo de ciertos medicamentos, entre muchos otros”, asegura Hernández. Por eso en lugar de tomar la información en salud como una guía a seguir, lo que se busca es que sea una ayuda para comprender la enfermedad que complemente lo que el médico ya ha recomendado.