URBANISMO
París sin carros
En 2024 la Ciudad Luz se convertiría en la primera metrópoli de la era posvehículo a motor. Los parqueaderos serán parques y en sus calles circularán bicicletas eléctricas y transporte público autónomo.
Hace un año, los parisienses hicieron la jornada sin carro para desalentar el uso de vehículos particulares, luego de saber que su ciudad ocupaba el primer puesto entre las más polucionadas del mundo. La Alcaldía cerró para los vehículos particulares un total de 650 kilómetros de vías, entre las que se contaba la avenida de los Campos Elíseos, una de las más congestionadas de esta urbe. Así, donde antes había caos, ruido y tumulto, peatones, ciclistas y usuarios de metro circularon felices. Pero muchos no saben que para 2024 ese panorama podría ser permanente y no cosa de un día.
Jean Louis Missika, encargado de urbanismo de París, anunció recientemente que para 2024, el mismo año en que celebrará los XXXIII Juegos Olímpicos, la ciudad habrá sufrido una gran transformación: los vehículos de motor a gasolina tanto públicos como privados habrán sido prohibidos, y en las calles solo andarán buses y txis autónomos que harán una carrera tras otra sin parar y sin causar accidentes.
Para lograrlo ya han tomado medidas drásticas. Una de ellas fue aumentar el precio de la hora de parqueo. A diario 150.000 carros estacionan en la ciudad y ocupan cada uno 12 metros cuadrados. “¿Por qué tienen que copar tanto espacio para movilizar a una sola persona?”, dijo Missika al diario The Financial Times. También prohibieron los carros con motor diésel a partir de 2020 y han añadido más carriles para las bicicletas.
Según el funcionario, París tiene las condiciones para ser pionera en ese sentido porque cuenta con uno de los sistemas de metro más completos del mundo, que será ampliado para conectar la ciudad con los suburbios en un proyecto conocido como el Grand Paris Express; tiene un presidente joven que apoya este tipo de iniciativas; la industria automotriz ha ido cortando empleos desde 1980 y ya no tiene tanta fuerza para oponerse a ese futuro, y además 2,2 millones de parisienses no tienen automóvil particular.
La Ciudad Luz fue diseñada en una época en la que no existían carros, y hoy no solo está sofocada por su denso tráfico sino por el humo que emanan los motores de explosión. Se calcula que 6.500 muertes que ocurren allí al año tienen que ver con la contaminación ambiental. La ciudad dispondrá del espacio recuperado de los estacionamientos para parques, cafés o carriles, donde circularán las bicicletas, que serán eléctricas para facilitar la movilidad.
Otras capitales europeas tienen planes similares. Oslo anunció que prohibirá los carros particulares para 2019 y adelanta un plan para impedir estacionar en la ciudad. En Copenhague, la ciudad con menos propietarios de carros de Europa, 50 por ciento de la gente se moviliza en bicicleta, para lo que cuentan con más de 320 kilómetros de ciclorrutas. Y Londres prohibirá los autos con motores de gasolina para 2020.
Los vientos de cambio se ven por todas partes. En Estados Unidos, un país que tiene un romance con los automóviles, Tony Seba y James Arbib, dos economistas de la Universidad de Stanford, mostraron en un estudio que para 2030 habrá 80 por ciento menos vehículos particulares y el número de carros en las autopistas pasará de 247 millones en 2020 a 44 millones en 2030. Compañías como BMW, conscientes del panorama, apoyan iniciativas como DriveNow, un club para compartir carros que logra movilizar a 60 personas en lugar de solo una. Además, el número de licencias de conducir está bajando en Europa.
En fin, la relación del individuo con el carro está cambiando. Sampo Hietanen, experto en transporte en Finlandia, dice que si la gente tiene un buen servicio de transporte se cambiará a otras formas de movilidad. “Si me ofrecen que por 100 libras tengo acceso ilimitado a taxis, ¿para qué voy a necesitar un carro?”, señala.
Sin carros las ciudades cambiarán y el concepto de barrio tendrá más relevancia porque ofrecerán todo para evitar que la gente tenga que transportarse tanto. Como dicen los expertos, las ciudades del futuro se parecerán más a las ciudades del pasado: sin carros, sin ruido, con más espacios verdes, y con todas las soluciones de descanso, trabajo y comercio al alcance.